La iniciativa para producir combustible a partir de residuos prometía ser una revolución energética para el municipio de Vaqueros, pero la realidad resultó ser mucho menos inspiradora.

 

Medios de la provincia y el país se hicieron eco del innovador proyecto del municipio de Vaqueros para convertir residuos urbanos en combustible. La iniciativa que se viene gestando desde hace al menos dos años cobró fuerza y visibilidad en los primeros meses de 2022 durante la crisis del gasoil. En algunos sectores germinó la idea de que la producción artesanal y a pequeñísima escala de combustible podría paliar el faltante de gasoil en el pueblo, por lo que se puso primera con el proyecto. 

Algunos meses antes, un grupo de salteños había instalado plantas modelo para el tratamiento de residuos urbanos y su conversión en gasoil euro 5 y nafta premium. Durante la presentación del proyecto instaron a los municipios a optar por esta nueva iniciativa, que incluía la capacitación para generar e instalar una planta más grande.

Y así fue. La municipalidad de Vaqueros se anotó en primer lugar y no tardó en anunciar la instalación de dos plantas: Una para reciclar el aceite quemado de los tanques de los lubricentros y convertirlos en gasoil; y otra para generar petróleo, aunque no hubo muchas precisiones respecto del proceso de esta última. Todo eso se emplazaría en el predio de la Municipalidad de Vaqueros, ubicado en pleno centro y a metros de viviendas particulares. 

El proyecto, de honrosas intenciones, pero de dudosa viabilidad técnica, fue presentado como un cambio de paradigma y un ejemplo de la denominada economía circular. Se anunció la inversión de aproximadamente dos millones y medio de pesos para la primera planta y la contratación de 2 (dos) empleados, que serían los encargados de mantener funcionando los equipos. 

Casi cinco meses después de la instalación, la planta generadora de combustible se encuentra inoperativa. Los estudios de impacto ambiental se desconocen y los de calidad mucho más aún. El concejal vaquereño Ruben Yapura dialogó con Cuarto Poder y subrayó la falta de respuesta a los reiterados pedidos de informe elevados al ejecutivo.

«Desde el Concejo Deliberante nos enteramos de la instalación de esta planta por medio de publicaciones de redes sociales. El intendente nos citó a una reunión en su despacho y ahí nos explicaron que era un prototipo de máquina que destila gasoil a través de aceite quemado de maquinaria. Se había desembolsado un adelanto de un millón de pesos y la máquina costaba en total dos millones. En esa reunión yo pedí que se hicieran los estudios correspondientes y se comprometieron a realizarlos mediante un estudio de laboratorio de la UNSa».

En suma, según las palabras del intendente Daniel Moreno y el ingeniero a cargo del proyecto, lo que se había presentado como una planta generadora de combustible, era en realidad un «prototipo» que se estaba probando y poniendo a punto. Por tal motivo, carecía de certificaciones y permisos. 

«Los estudios se hicieron, pero a nosotros no nos presentaron ninguno de los resultados. No nos dijeron de dónde se sacó el dinero ni si se canceló el pago. Los estudios de impacto ambiental tampoco fueron presentados. Yo mandé hace dos semanas un pedido de informe a la secretaría de Medio Ambiente y todavía no lo contestaron», añadió Yapura. 

Algo huele mal…

Cuando los concejales conocieron el funcionamiento del prototipo remarcaron la necesidad de contar con un plan de Seguridad e Higiene que hasta el momento no se presentó. La «planta» está ubicada nada menos que en el predio de la Municipalidad y los vecinos de las cuadras adyacentes pusieron de manifiesto su malestar. 

«Cuando estuvo funcionando generaba malos olores y los vecinos se quejaron. La planta está en el predio de la municipalidad, atrás de la antena de telefonía. Al frente está lleno de viviendas, atrás también», destacó el concejal.

Consultados sobre el costo final de la producción de gasoil y los márgenes de beneficio para el municipio en comparación al gasoil común, los especialistas de la comuna respondieron que, en los cálculos, se piensa amortizar el costo de la planta en seis meses. Todo eso sin considerar el costo de la logística para la provisión del aceite quemado, que sería en este caso, la materia prima para producir el combustible.

«Lo que decían ellos es que podía producir hasta 200 litros por día y con eso hacer funcionar los vehículos municipales. 

Durante la época de faltante de gasoil, en las redes sociales dijeron que el municipio le hacía frente al faltante mediante el uso de estas máquinas, cuando en realidad recién se estaban haciendo las pruebas. Nos dijeron que también tenían pensado avanzar en otra maquinaria que iba a obtener petróleo a partir de la basura. Era algo que tenían proyectado, pero nunca se explicó nada», añade Yapura. 

Mientras tanto, tanto los ediles, como los vecinos de Vaqueros siguen a la espera de información fehaciente por parte del municipio. Al menos tres pedidos de informe se elevaron al ejecutivo para conocer en detalle el funcionamiento de la máquina. «Seguimos pidiendo información sobre los estudios, pero nada de eso fue respondido», finalizó Yapura.