A lo largo del globo hay ciudadanos recibiendo bonos de 3 a 6 tokens de la moneda de gobernanza del protocolo Worldcoin. En Vaqueros en cambio, lo agarraron de negocio rengo y se están llenando los bolsillos a costa de los inocentes.

Hace pocas semanas arribó a Salta el proyecto crypto WLD, y desde ese entonces no paró de generar polémicas y cuestionamientos. Si sólo se tratara del espíritu filántropo del protocolo no habría mucho que cuestionar, salvo la entrega de datos biométricos.

Salta, cuna de cantores y de pícaros, se encargó de convertir el popular AIRDROP de WLD en un curro para todo aquel que pueda convencer a gente humilde o necesitada, para que acepten venderles por unos 15 o 25 mil pesos, su tan valioso iris. Se trata de, en su mayoría, vecinos de Vaqueros, La Caldera y Zona Norte de Capital, quienes acuerdan con sus cercanos y no tan cercanos el pequeño negocio de comprarles el iris para disponer de sus cuentas personales de Worldcoin.

Las autoridades municipales habían denunciado la situación pero nada pasó, a fin de cuentas estamos en la era de la libertad de mercado, y cada uno es dueño de vender lo que tiene o cagarse de hambre. Y como la segunda opción no es apetecible, hay salteños y salteñas de todas las edades concurriendo cual procesión, a la Sede de WLD para certificar su identidad con los orbes y así poder acceder al bono de 10 tokens que se liberan en las primeras 24 horas.

El hermetismo no ha cambiado desde el primer día, lo que hace casi imposible obtener fotos del interior del predio, así como del procedimiento. ”Un periodista de Cuarto Poder” logró entrar y certificarse de todo lo que ahí sucedía, lo que se describe en las líneas anteriores.