Después de un par de años de bajo perfil tras su salida del gobierno provincial, el ex futbolista Marcelo Cil volvió a la escena pública y ofició de comentarista radial del clásico entre Juventud Antoniana y Gimnasia y Tiro. (G.T.)

Más de dos años, casi tres, sin trabajar es mucho para cualquiera. Incluso para quien goza de una fortuna importante como el ex futbolista y ex funcionario del gobierno provincial Marcelo “Topo” Cil.

Muy sospechado y cuestionado por su (falta de) transparencia y capacidad, en enero de 2015 renunció a su cargo de presidente de la Comisión de Preservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico de la Provincia de Salta, en el ámbito de la Secretaría de Obras Públicas del Ministerio de Economía, Infraestructura y Servicios Públicos. Desde entonces, su única actividad conocida es la administración y alquiler de canchas de fútbol para la realización de torneos amateurs. Pero esta semana sumó otro currito: comentó el clásico Juventud Antoniana vs. Gimnasia y Tiro que relataron Federico Zamarian y Benjamín Batista para FM Cielo.

En noviembre de 2014, la entonces diputada provincial Liliana Mazzone denunció en plena sesión “un manto de sospechas muy fuerte en torno al financiamiento de la construcción de canchas de fútbol tanto en la capital provincial como en la cercana localidad de General Güemes”. “Al parecer el ex futbolista de Juventud Antoniana, quien fuera investigado por un meteórico enriquecimiento que lo llevó a hacerse de cinco propiedades en apenas cuatro años además de vehículos de alta gama, tendría ahora varias canchas de fútbol en la zona de la Ruta 26, donde tendría previsto realizar un gran campeonato amateur a partir del año que viene, con equipos que actualmente juegan otros certámenes” consignó Cuarto Poder a partir del testimonio de Mazzone.

Unos meses antes, en julio, este mismo semanario bautizó “aloe vera” al funcionario. “El humor cordobés inmortalizó un apodo para la política argentina cuando definió al ex gobernador y ex candidato presidencial Eduardo Angeloz como ‘aloe vera’. Es que mientras más lo investigaban, más propiedades le encontraban. El apodo, casi un alias en la jerga policial, se aplica desde entonces a todos aquellos funcionarios que tienen dificultades para explicar su patrimonio. En Salta, el ex futbolista y actual funcionario público, Marcelo Cil, bien puede recibir ese mote” explicó. Y, a partir de una denuncia del ex concejal Carlos Saravia, argumentó las inconsistencias en la declaración jurada del entonces funcionario. “En las manifestación de bienes que hizo, solo declaró dos inmuebles y dos automóviles, pero en un relevamiento en las oficinas de Inmuebles de Salta y de Jujuy aparecieron tres casas más y otros bienes” comentó Saravia y enfatizó que “en la declaración jurada de 2012 menciona dos inmuebles pero ya tenía, al menos, cinco, es decir que el falseó la declaración y omitió tres inmuebles”.

Después de abandonar la práctica profesional del fútbol, Cil ocupó distintos cargos en la administración pública. Un rápido repaso por el Boletín Oficial revela que durante la gestión de Juan Carlos Romero, en 2005, obtuvo un contrato de locación de servicios con el Ministerio de Hacienda y en 2006 fue nombrado gerente del IPS. Ya con Juan Manuel Urtubey en la gobernación, en diciembre de 2007, fue designado coordinador del Ministerio de Finanzas y condujo la Unidad de Coordinación de Obras en Municipios desde dónde saltó a la estratégica Secretaría de Asuntos Municipales que encabezó valija en mano entre 2011 y 2013. Y, ya muy cuestionado, desde entonces y hasta 2015 estuvo al frente de la Comisión de Preservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico de la Provincia de Salta.

“Además del fútbol, nadie le conoció otro trabajo por fuera de la administración provincial. Sin embargo, consultado al respecto, el propio Cil explicó que siempre tuvo buen pasar y ratificó que sus dineros los hizo sobre el verde césped. ‘Yo cobraba mucha plata. Cobraba unos 3 mil dólares cuando jugaba’, dijo sin agregar que esos dólares eran, fantasía menemista mediante, pesos. Sus 3 mil dólares eran 3 mil pesos y, nobleza obliga, eran mucha plata pero no como para justificar la adquisición de tantos inmuebles y vehículos” porfió Cuarto Poder.

Ahora despunta el vicio y comenta fútbol en radio. Pero, según se cree, es sólo un pasatiempo y no una actividad lucrativa. “Yo creo q lo hace de onda, ¿cuánto le puede pagar (Javier) Matus?” arriesgó un relator de partidos de fútbol y sugirió que “cualquier cosa que le den son monedas para él, además a los changos que trabajan ahí les paga dos con cincuenta”.

Pero en un razonamiento infrecuente para un periodista deportivo arrojó una insidiosa hipótesis. “Otra posibilidad es que el gobierno lo ponga ahí para justificar el pago, como hacía Juan Carlos Romero con Fil Palopoli o Iván Romero que encabezaban transmisiones en la AM Radio Salta para justificar las pautas oficiales” planteó y, de inmediato, agregó “esas cosas se hacen mucho en Salta”.

Otro trabajador de la prensa deportiva con años y años de trayectoria en el ámbito local explicó la real intensión de Cil. “Quiere ser técnico de algún equipo salteño y por eso comenzó a usar los medios para posicionarse” dijo y recordó que, no hace mucho, “él mismo puso o consiguió la guita para transmitir y comentar alguno de los partidos de la eliminatorias para el Mundial de Rusia”.