Gago hace reposo en su casa y todavía no se sabe cuándo lo operan. El volante, que volvió a romperse el tendón de Aquiles izquierdo, volverá a jugar recién en octubre o noviembre.

El despertar de Boca tras el magro 0 a 0 con River tuvo sensaciones encontradas. La desazón del plantel ante una nueva grave lesión sufrida por Fernando Gago (otra vez rotura parcial del tendón de Aquiles izquierdo) es evidente. Todos los jugadores y el cuerpo técnico se comunicaron con el volante para estar cerca de su compañeros en un momento tan doloroso.

Desde anoche, Gago hace reposo en su hogar, junto a su familia: Gisela Dulko, su esposa, y sus hijos, Mateo y Antonella, que lo acompañan e intentan animarlo. Mientras, el volante espera la confirmación de la fecha de una nueva intervención quirúrgica, que iba a ser hoy, pero que se reprogramó. Podrá ser mañana o pasado, pero no hay nada definido. Lo único cierto es que el jugador recién podrá volver a las canchas en octubre o noviembre.

Por otro lado, es evidente el malestar del cuerpo técnico con Pablo Pérez. Los Barros Schelotto ya no saben qué más hacer para que el volante recapacite y aprenda a controlar su temperamento. Su patada al estómago de Eder Álvarez Balanta provocó que Boca jugara ante RIver con un hombre menos durante 78 minutos, e hizo trizas el planteo original de los entrenadores.

«Uno habla, habla, habla y habla. Pero del otro lado tiene que haber respuestas», expresó con un claro fastidio Guillermo, tras la conferencia de prensa de ayer.

Pareciera que las oportunidades se le agotaron a Pérez, pero la ausencia de mediocampistas por lesiones diversas le abren la puerta rumbo al partido del jueves.

Las buenas noticias que llegan al club de la Ribera provienen de los que ya están recuperados y que trabajan a la par de sus compañeros. Ellos son Daniel Díaz y Federico Carrizo, dos que casi con seguridad viajarán a Paraguay para el partido del jueves a las 21.45, en el Defensores del Chaco.

Fuente: Cancha Llena