Los jueces de la Sala IV del Tribunal de Impugnación rechazaron el recurso de casación que interpuso la defensa de Andrés Alejandro Cruz, y confirmaron la sentencia que lo condenaba a la pena de prisión perpetua por el delito de homicidio calificado por la relación de pareja preexistente y por ensañamiento.
María Victoria Montoya Quiroga, Ángel Amadeo Longarte y Bernardo Ruiz, jueces de la Sala II del Tribunal de Juicio, habían condenado en diciembre del año pasado a Cruz por el femicidio de su pareja, Cyntia Carolina Saracho. Ese día, la víctima ingresó al hospital con quemaduras de tipo A y B en el 73% del cuerpo. Quedó internada en terapia intensiva y falleció poco después.
Los jueces dijeron que no se puede apartar el agravamiento por ensañamiento impuesto en la condena de Cruz, ya que él “… tuvo conocimiento y voluntad de asir la botella de alcohol etílico, desenroscar su tapa y volcarla sobre la humanidad de la víctima para luego prenderle fuego…”.
Agregaron que el accionar del imputado fue consciente y que sabía el peligro que conllevaba, ya que la experiencia común indica que el fuego, en presencia del alcohol, produce quemaduras que causan un dolor extremo. Ello, sumado a los gritos de agonía que se escuchaban en la comunicación con el Sistema de Emergencias 911, resulta un claro indicador, a decir de los jueces, que Carolina Saracho fue expuesta a sufrir una exagerada crueldad por parte de su pareja.
el accionar del imputado fue consciente, ya que la experiencia común indica que el fuego, en presencia del alcohol, produce quemaduras que causan un dolor extremo.
En relación al planteo defensivo que aludía a un estado de emoción violenta producto de despertarse por un vaso de agua arrojado en la cara por la víctima, dijeron los jueces que “de encontrarse latente el supuesto arrebato emocional de Cruz, éste hubiera reaccionado de la manera que lo hizo pero de modo inmediato”. Destacaron que, según el relato de los hechos detallado por el propio imputado en su indagatoria, luego de despertarse, fue a la cocina, regresó a la habitación, agarró la botella, prendió un cigarrillo en la cocina, entró al baño, bebió media botella de alcohol, y recién ahí comenzó la discusión con la víctima. Ello indica que tuvo mucho tiempo para reflexionar e incluso la posibilidad de retirarse del domicilio para no actuar del modo que lo hizo.
El femicidio
Un llamado al 911 alertó sobre un episodio violento en una casa del barrio Pablo Saravia, en el sur de la ciudad, el 21 de enero del año pasado. Alrededor de las 8, un grupo de policías llegaron al lugar y se encontraron con que Carolina estaba sentada en el suelo, sobre un charco de agua. Carolina Saracho estaba consciente y presentaba quemaduras en el rostro, brazos, piernas y diversas partes del cuerpo. Nerviosa y entre sollozos, la madre de Cruz le dijo a los policías que su hijo “le había prendido fuego a su novia”, mientras el imputado estaba a metros de la víctima, observando, y con quemaduras en su antebrazo y pantorrilla derecha.
La víctima fue trasladada al Hospital San Bernardo, donde ingresó con quemaduras en el 80% del cuerpo y quedó internada en terapia intensiva. La policía detuvo al joven a pesar de su resistencia y las agresiones de sus familiares para trasladarlo al Hospital Papa Francisco por las lesiones que presentaba. En su primera declaración ante el fiscal cuando estaba imputado por lesiones graves, Cruz aseguró que quemó a su novia por accidente.
Tres días después del hecho, el 24 de enero de 2017, Saracho falleció por shock hipovolémico, motivo por el cual el imputado fue nuevamente indagado pero bajo la figura de homicidio y su declaración cambió. “Dijo que se quemó sola, que ella estaba fumando mientras él tomaba de una botella de alcohol etílico y que forcejearon por una discusión y que así se produjo el accidente”, contó el abogado querellante Juan Pablo Ochoa Romero.
Fuego y muerte
Según datos de 2013, al menos 136 mujeres fueron incineradas desde el femicidio de Wanda Taddei, ocurrido tres años atrás, cuando su esposo, el baterista del grupo Callejeros, Eduardo Vázquez, le prendió fuego en medio de una discusión en la casa que en la que vivían. De ese total, 63 fallecieron como consecuencia de las heridas provocadas por las quemaduras y 74 sobrevivieron, de acuerdo con los datos del Observatorio de Femicidios en Argentina, Adriana Marisel Zambrano”, coordinado por la asociación civil La Casa del Encuentro.