Hoy 6 de agosto se sabe que a la deuda ya acumulada de US$255 millones que tiene el estado argentino con su par boliviano, se le sumará un nuevo vencimiento esta semana por otros US$130 millones.
La demora en el pago se da en un contexto de ajuste en el gasto que implementa el ministerio de Hacienda para cumplir con las metas fiscales acordadas vigentes con el FMI (2,7% del PBI para 2018), y coincide en el tiempo con la salida del exministro de Energía, Juan José Aranguren, y de Hugo Balboa, expresidente de la compañía estatal IEASA, la empresa creada para fusionar los activos de Enarsa y Ebisa.
La Argentina compra 20,9 millones de metros cúbicos de gas por día a Bolivia y paga US$6 por el millar de BTU (unidad térmica británica), cifra que el gobierno boliviano quiere actualizar ya que este invierno la Argentina también adquirió Gas Natural Licuado (GNL) de Chile y pagó US$10 el millar de BTU.
El escenario ya genera rispideces entre el Gobierno argentino y las autoridades bolivianas. Según el ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Luis Alberto Sánchez, en caso de requerir mayores volúmenes de gas, la Argentina deberá pagar más que en la actualidad. «Tendrá que ser un precio indexado a lo que compra de Chile. No podemos rifar nuestro gas. Nuestro gas tiene un precio», afirmó al diario boliviano La Razón.
El funcionario explicó que «para transformar recursos en reservas se necesitan nuevas inversiones» y que, en ese contexto, es posible «trabajar en abrir el contrato con volúmenes adicionales pero con precios diferentes».
Consultado por el precio ideal para el gas boliviano, Sánchez replicó: «Primero que (Argentina) haga la propuesta, cuando la haga, haremos una contrapuesta». De todas formas insistió que «estamos prestos a negociar nuevos volúmenes, pero con precios mejores».
Fuentes: La Nación, La Razón (Bol)