Mientras las políticas basadas en el consumo interno motivaron el crecimiento exponencial del parque automotor en el país pasando de 10.147.931 en el año 2000 a 13.580.831 en 2015, las estaciones de servicio decrecieron. En Salta, en ese periodo, se pasó de 94 a 84.

Así lo informó el portal  Región Norte Grande que en un artículo precisó que durante la década del 90 se registró un gran crecimiento de las estaciones de servicio y a partir de la crisis del 2001 la caída fue abrupta. En 1999 funcionaban 6366 estaciones de servicio en todo el país y en la actualidad esa cifra descendió a 4429.

La escalada de cierres se puede visualizar en forma más nítida si se analiza el impacto por provincia, donde las más afectadas son las más grandes, donde hay mayor parque automotor y por ende, mayor demanda de combustibles. La provincia de Buenos Aires pasó de tener 2616 estaciones en 1999 a 1564 en 2015, Santa Fe se redujo de 828 a 514 en el mismo salto temporario; Córdoba tenía 682 en 1999 y hoy tiene 531; Entre Ríos vive una situación similar ya que pasó de 277 estaciones a 211 en 2015, al igual que Mendoza que descendió de 232 a 186 establecimientos. En el listado también se incluye a la provincia que paso de 94 en 1999 y paso a 84 en el 2015.

El declive tampoco hizo distinciones de empresas. YPF, Shell y ESSO, las tres empresas más reconocidas, sufrieron el golpe por igual: YPF contaba con 2534 estaciones de servicio en 1999 y hoy tiene 1527; Shell pasó de tener 1077 en 1999 a 618 en 2015 y ESSO, de 977 en 1999 a 500 en 2015.

Según se informó, mientras continúe el declive se generará un estrangulamiento peligroso que ya comienza a sentirse con esperas innecesarias y con la necesidad de recorrer grandes distancias para conseguir combustible, más aún en el interior del país, donde la cantidad de bocas de expendio es todavía menor. Esta situación no solo perjudica al usuario de automóviles particulares, sino también al campo y al transporte de cargas, el cual debe depender de la logística de la empresa o del distribuidor para entregar el gasoil en la única EESS que tiene en los alrededores. Además, desde el punto de vista laboral se calcula que por cada cierre de Estación de Servicio se pierden 15 puestos de trabajo.