Al igual que Alfredo Olmedo, el ex vicepresidente y el ministro de Seguridad bonaerense, están a favor del regreso del servicio militar obligatorio. Página/12 tituló: “Un debate que remite a la década del ’90”.

La pesadilla insospechada: el país se está volviendo olmedista. Algo impensado hasta hace unos meses ahora está cobrando forma y amenaza con hacerse realidad: la vuelta de los colimbas, un viaje en el tiempo.
“A veinte años del asesinato del soldado Omar Carrasco, el senador provincial Mario Ishii y el ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados, propusieron reabrir el debate sobre el Servicio Militar Obligatorio. “Para quien no trabaja ni estudia y duerme hasta las dos de la tarde, servicio militar”, fue la consigna del ex intendente de José C. Paz”, comienza la nota de Página/12.
Este matutino porteño ningunea a Olmedo y atribuye la idea (aunque la palabra idea no es la adecuada para este engendro) al intendente massista Jesús Cariglino, quien consideró que se debía reinstaurar el servicio militar para que “los jóvenes se alineen en sus estudios”. Le siguió el acto en el Luna Park donde Ishii presentó su bloque. Allí el ex intendente llamó a una “consulta popular para que los ciudadanos expongan si quieren o no que se retome el Servicio Militar Obligatorio para los jóvenes que no estudian ni trabajan, los chicos llamados ni-ni”.
Otro predecesor olmediano habría sido Julio Cobos, quien implementó en Mendoza un “Servicio Cívico Voluntario”.
Por otra parte, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel dijo que es un error volver a pensar en el servicio militar. «La colimba es corre, limpia y barre, y terminaban siendo sirvientes de los oficiales. No ayuda a los jóvenes, sino que agrava su situación, o sea que los usaban para cualquier cosa. Tenemos que ver todo lo que pasó dentro de las Fuerzas Armadas. Esperemos que no se vuelva otra vez a utilizar a los jóvenes para las Fuerzas Armadas», dijo a La Nación.
Los debates de los lectores de los diarios no tiene un alto vuelo intelectual; aunque tampoco los que proponen esto poseen un gran coeficiente. Un lector de La Nación apoya la medida con este argumento: “SERIA BUENO.ASI SE SACA DE LAS CALLES A MUCHOS LADRONES Y DROGADICTOS”. Otro refuta: “Claaaro, llenamos los cuarteles de ladrones y drogadictos y les damos un FAL a cada uno… GENIO!”