Francisco firmó la remera del «Lujanazo», la movilización opositora que lideró Moyano pese a que la iglesia argentina intentó despegarlo. 

El Papa bendijo una camiseta con el lema «Paz, Pan y Trabajo» que le llevó una integrante de la Fundación La Alameda, la ONG presidida por el dirigente Gustavo Vera.

Su iglesia en la Argentina, fue criticada por avalar el acto opositor que presidió Hugo Moyano frente a la Basílica de Luján y que protagonizaron organizaciones sindicales, sociales y políticos críticos del Gobierno nacional.

El guiño de Francisco consistió en firmar una remera del «Lujanazo» que rezaba la consigna «Paz Pan y Trabajo», los principales reclamos de la multitud que presenció el pasado 20 de octubre la misa oficiada por el arzobispo de Mercedes – Luján, Agustín Radrizzani.

La militante de la Fundación Alameda, Ximena Rattoni, fue quien le llevó la camiseta a Bergoglio a la tradicional audiencia pública de los miércoles en la plaza San Pedro del Vaticano. Dicha ONG es liderada por el amigo de Francisco, el ex legislador porteño Gustavo Vera.

«Hemos tenido el orgullo de llevar la remera que usamos para ir a Luján los trabajadores, que pedía por «paz, pan y trabajo» para todos en Argentina», contó la dirigente. «Es una hermosa muestra de apoyo a estos trabajos por la unidad del campo popular y el movimiento obrero que estamos haciendo entre todas las organizaciones, de cara a poder seguir planteándole al Gobierno y a la oposición que es necesario un diálogo social urgente que cambie el modelo económico», precisó.

El arzobispo de Mercedes - Luján, Agustín Radrizzani, junto a Moyano en el "Lujanazo". (Foto: Twitter @cgt_camioneros)El gobierno nacional de la alianza Cambiemos – que nunca se llevó bien con el actual jefe del Estado del Vaticano – había pedido explicaciones a la iglesia católica por participar de la movilización. «Si es verdad que el acto fue promovido por el Papa, es grave. Deberían aclararlo», había reclamado el diputado oficialista, Daniel Lipovetzky.

“No me parece que la Iglesia Católica tenga que participar de un acto político-sindical. Es inexplicable en este contexto», consideró y luego sugirió: «Si desde la Iglesia se quieren expresar y preocuparse por la pobreza, podrían hacerlo sin los movimientos sindicales”.