El jefe de la policía salteña no sabe cómo explicar la impericia de sus subordinados, tanto en el resonado caso de las francesas como en el alto número de denuncias por apremios ilegales. Consultado por el método de marcar casas para luego robarlas, dijo desconocer tal modus operando. Así está la policía que dice cuidarnos.
Reproducimos a continuación una nota enviada por la periodista Mónica Abilés, quien conduce el programa Día de Miércoles, emitido por Cablevisión. Un breve análisis de la cabeza visible de una policía provincial que moco tras moco se hunde cada vez más sin encontrar explicaciones coherentes a la hora de analizar sus contradicciones.
Fiel a su estilo, el jefe de Policía, Marcelo Lami, minimizó todos y cada uno de los problemas que se suscitan en materia de seguridad en la provincia, tanto en torno a los delincuentes como de los hombres que integran la fila que comanda, donde pocos reconocen su autoridad moral. En este sentido, para Lami el incremento de las denuncias por apremios ilegales, que ascienden a más de 1700 en lo que va del año no son tales ya que alrededor de 1300 son efectuadas por delincuentes “para direccionar su situación personal” sino “se producirían mil bajas en la policía”. Los dichos de quien está al frente de la seguridad de los salteños suenan irrisorios y plantea más de una interrogante teniendo en cuenta que no tan sólo las denuncias surgen de dichos de detenidos o familiares sino que la falta de complicidad de algunos camaradas deja al descubierto algunos de los atropellos que se cometen en las comisarías.
Los números de bajas que maneja Lami van en consonancia con sus dichos ya que en la Policía se registran entre dos a tres bajas de servicio por abandono o incumplimiento de servicio, mientras que por abuso de autoridad el número es similar, con la diferencia que se dan anualmente, tres o cuatro por año.
Olvidando que la capacitación es el método más eficaz para persuadir e investigar el delito, Lami titubeó a la hora de explicar dónde se instruye a la fuerza policial, parece que los recursos son escasos y unos cuantos salen de comisión por capacitación a La Plata, Uruguay o un par de bici policías tuvo la posibilidad de aprender cómo los uniformados recorren las calles en Estados Unidos, el resto… bien gracias, demostrado que en hechos emblemáticos el método es hacer “cantar” a los detenidos como de lugar. “Tecnológicamente Europa tiene mayores elementos para determinar el delito, es muy relativo el tema de las capacidades, siempre capacitamos en el tema de la investigación, depende de la habilidad de cada personal”, así justifica el jefe de Policía la falta de idoneidad del personal policial en el caso de las turistas francesas y prefirió no dar más detalles porque es un tema que aún no está cerrado y como en todos los hechos denunciados “los policías tienen derecho a la defensa para plantear y cuestionar la situación que lleva un tiempo judicial”.
Otro párrafo aparte merecen los dichos de Lami cuando le consultaron sobre la preocupación de algunos vecinos de Capital que encontraron sus domicilios con marcas que son utilizadas en el ambiente delictivo para ingresar a robar, sobre lo que el jefe de Policía dijo “hay mitad de mito y mitad de cierto. El patrullaje policial está atento a esas cuestiones, si el policía determina que hay una casa marcada informa a inteligencia criminal para investigar “. “En mi práctica no conozco específicamente eso, no quiero negar, es muy difícil que un ladrón marque donde va a ir a robar”, indica Lami que parece no estar al tanto de muchas cosas que ocurren en materia de seguridad, ante todo que hay denuncias sobre “casas marcadas” y por otro que no es la policía quien las detecta sino los propios damnificados. Será cuestión de tener paciencia y esperar que sucede con el paso de los días y los años, porque como dice Lami “el delito muta, porque hay gente que vive para el delito” y cruzar los dedos de que quienes nos deban proteger y cuidar tengan “la habilidad policial de detectarlos”.