En la era “U”, la Auditoria redactó más de 200 informes definitivos. En todas detectó falencias increíbles y en muchas irregularidades que inclinaron a los auditores a solicitar nuevas investigaciones para determinar el daño al Fisco. El ministerio de Parodi es la excepción: allí el mundo es perfecto. (Gonzalo Teruel)

Cuando Juan Manuel Urtubey despidió a Pablo Kosiner, para que marchará al Congreso de la Nación, dijo sin ponerse colorado que se iba “el mejor ministro del gobierno”. No mentía. Pese al halo oscuro que lo rodea, el funcionario saliente era responsable de un megaministerio de Seguridad, Derechos Humanos y Gobierno, además había puesto la cara y la lengua para defender cada medida del gobierno. Entonces, Urtubey no mentía pero tal vez exageraba porque junto a Kosiner debió nombrar y ubicar en un mismo sitial de privilegio a Carlos Roberto Teófilo Parodi, el ministro de Economía.

Sin Kosiner y con un gabinete -renovado hace unos meses- que no acierta en definir un rumbo cierto para las políticas de gobierno, Parodi es por amplio margen el funcionario más prolijo de Urtubey. Buena prueba de ello es un informe elaborado por la Auditoría de la Provincia sobre la “distribución y acreditación de los fondos provinciales coparticipables a: Municipios, Cooperadoras Asistenciales, Caja de Escribanos, Secretaría General de la Gobernación y Fondo de Promoción Turística”. El relevamiento realizado al ministerio de Economía, en cambio, concluye con mínimas recomendaciones técnicas y deja en claro que la gestión de Parodi es satisfactoria.

Los técnicos del organismo de control examinaron las registraciones presupuestarias, contables y la documentación respaldatoria correspondiente al ejercicio 2010 y concluyeron -como no podía ser de otra manera- que “el Ministerio de Economía tiene implementado un circuito operativo razonable”. Además, el informe asegura que “el examen global efectuado y su conexidad con la legislación específica inherente, permiten colegir un adecuado cumplimiento de la legislación vigente”.

Casi perfecto

Según se reseña en el documento profesional de la Auditoría “el monto total coparticipable a los Municipios es del 15% del monto recaudado por el sistema tributario provincial” y son coparticipados el Inmobiliario Rural, Actividades Económicas, de Sellos, a los Productos forestales, por la venta de boletos de carreras de caballos, a la Lotería. Además, del total recaudado por el impuesto a las Cooperadoras Asistenciales, se distribuye a los Municipios el 80% y el 20% restante se asigna a la Secretaría de Desarrollo Social para programas de descentralización.

Las funciones de recaudación, registración, control y distribución de los recursos se encuentran a cargo de la Dirección General de Rentas y de la Contaduría General de la Provincia. A este respecto, el informe observa que “en el Programa Recursos y Financiamiento de Contaduría General de la Provincia no existen manuales de procedimientos y de control aprobados” pero, no obstante la inexistencia de los mencionados manuales, “se observa la aplicación coordinada de procedimientos tanto en el Programa Recursos y Financiamiento como en el Subprograma Municipios que cubren todos los aspectos relacionados a la registración y distribución de los recursos objeto de la auditoría”.

A juicio de la Auditoría, las falencias de orden administrativo son tan menores que el informe de control destaca por ejemplo que “no existen observaciones respecto a las acreditaciones de los fondos que ingresan, según consta en los Partes Diarios de Recaudación elaborados por el Subprograma Administrativo Contable de la Dirección General de Rentas”.

En efecto, en los meses de enero, mayo, septiembre y diciembre se recaudaron $4.757.574,43; $3.889.486,94; $4.327.326,32; y $4.582.345,49 y se distribuyeron a las Cooperadoras Asistenciales: $3.806.059,54; $3.111.589,55; $3.461.861,06; $3.665.876,39 exactamente el 80% que marca la ley. No se escapó ni un centavo. O Parodi es muy capaz, o la Auditoría tiene miedo de contradecirlo.

Lo mismo ocurre con la recaudación y posterior distribución del 3% del tributo a los Sellos que se destina por ley a la Caja de Escribanos. La diferencia entre ingresos y giros es 0 -cero- por lo que la cuenta es perfecta.

La pulcritud de los libros de Parodi contrasta con los oficios políticos del ministro: semanas atrás, concejales de una veintena de localidades emitieron un comunicado en el que piden que “se hagan auditorías a todas las gestiones municipales” y solicitan “que se abran las paritarias con los empleados”. Los ediles reclaman a sus intendentes pero, también, ponen el ojo en el gobierno provincial: piden la eliminación de gastos superfluos y -sobre todo- el aumento de los envíos de la coparticipación.

No es mucho pero es un aviso. En el interior de la provincia, algunos concejales e intendentes, empiezan a cuestionar el manejo discrecional de fondos que hace el ministro de Economía. En la misma línea, algunos gremios también se animan a desafiar a Parodi. Después del conflicto policial, los docentes y ahora los estatales quieren rediscutir sus salarios. Desde el gobierno insisten en que “hay que respetar los acuerdos salariales celebrados el año pasado” pero la presión sindical va en aumento, en sintonía con el marco nacional.

Con recursos escasos y reclamos crecientes, Parodi deberá mostrar que es más que un técnico para sustentar su futuro político.

Recomendaciones finales

“Las tareas realizadas, nos permiten sugerir recomendaciones destinadas a contribuir a la mejora de la administración de la Hacienda Pública”, asegura la Auditoría utilizando el plural en el capítulo destinado justamente a las “recomendaciones”. Sin embargo, concluye su informe con una sola y liviana moción para la gente de Parodi: la “elaboración del Manual de Procedimientos y de Control”.

Finalmente, en el capítulo “Opinión” la Auditoría es tajante. “El Ministerio de Economía, Infraestructura y Servicios Públicos a través de Contaduría General de la Provincia, Tesorería General y Dirección General de Rentas, tiene implementado un circuito operativo razonable a efectos de cubrir adecuadamente todos los aspectos relacionados a la registración y distribución de los recursos y su exposición”, concluye.

Nadie sabe a ciencia cierta cuál será el futuro de Carlos Parodi pero cuando deje su cargo, el gobernador deberá salvar su omisión de 2011 y decir que fue su mejor o por lo menos más prolijo ministro. Por lo pronto, sus papeles están en orden o, al menos, nadie se atreve a discutírselo.