En la semana entrante se fijarán las reglas del juego electoral que se disputará en 2023. La suspensión de las PASO es casi un hecho y se determinará por ley como se ganarán las bancas de concejales de cuatro años.
N. de R.
No solamente figuras políticas buscan triunfar en una competencia de largo aliento, sino familias poderosas que quieren volver. En el medio, la crisis rechaza ineptos y corruptos que quieren lugar en las sábanas y extorsionan a diario. La convulsión económica nacional dará poco margen para el debate legislativo y en octubre, entre el Milagro y el Mundial se largará la carrera por el sillón del Grand Bourg.
CHAU PASO
Finalmente se terminan las especulaciones y la razonabilidad gobierna el criterio por el que nuevamente se suspenderán las elecciones PASO. Las encuestan dicen que una mayoría de casi el 60% de ciudadanos considera que son un gasto innecesario que con el alto índice inflacionario representaría una inversión de $1.300.000.000. Además, en los últimos comicios las primarias abiertas y obligatorias solamente han representado una cara encuesta que en nada ha mejorado la democracia salteña.
La decisión se impuso por el criterio casi unánime de senadores, diputados e Intendentes. Estos últimos apenas pueden asumir los costos que representará el 35% de incremento salarial que se otorgó para cubrir un 80% total de depreciación de los sueldos de empleados municipales.
Los principales opositores a este ahorro son los que menos democracia tienen en sus partidos. Ahora Patria y PRO sin expresiones partidarias que carecen de vida interna y que solamente designan los candidatos a dedo. La insuficiencia de dirigentes en territorio los ha convertido en reservorio de especuladores, outsiders y rebeldes que no quieren dar internas en el oficialismo.
El radicalismo sufre el proceso inverso y, salvo para casos de cargos nacionales, son tan anárquicos que no logran unificar posturas entre sus pequeños sectores concentrados en la Capital, ni tampoco les garantizan a los socios de Juntos por el Cambio que no aparezcan listas radicales para hacerles le contra.
Desde el Frente de Todos también se resisten a una derogación o suspensión de las PASO y algunos chisporroteos se producirán en el debate parlamentario que se producirá en estos días. Emiliano Estrada, Jorge Guaymás, Sergio Leavy y hasta el resucitado Walter Wayar saben que con solo tirar su nombre provocarán un conflicto que solamente podrá resolverse con repartos de cargos o algunas prebendas.
LOS DINÁSTICOS
Cualquiera fuera el derrotero de las facciones o sectores políticos, oficialistas, opositores y supuestos independientes están atravesados por pretensiones de familiares que se auto-convencen de que el poder político salteño es suyo, siquiera de manera intermitente.
Algunas versiones dan cuenta de que Bettina Marcuzzi, cuando se retiraron de Finca Las Costas a fines de 2007, arengó en la casa a sus familiares y empleados y les dejó en claro: “El gobierno fue y será nuestro, no se olviden”. De allí que Juan Romero intentó volver sin éxito en 2015 y ahora, con algunos inconvenientes en las encuestas, quiere sembrar la candidatura de Bettina Romero para 2027. En su intimidad, quieren una tercera generación de Romeros y saben que un regreso del socio político y económico Mauricio Macri podría darles otra oportunidad.
Con la familia Biella pasa algo parecido. El abuelo Bernardino que fue primer mandatario en las filas de la UCRI que ingresó al gobierno en 1958 hasta que fue intervenido por el presidente Arturo Frondizi a fines de 1961 por negarse a proscribir peronistas y tener arrimes con la entonces poderosa CGT. Los radicales “del pueblo” y los militares lo voltearon. Fue también socio dueño de El Tribuno, que por algunas maniobras fue adquirido por Roberto Romero tras una apropiación contaminada de la proscripción al peronismo ejecutada por la Revolución Libertadora.
Su nieto Bernardo logró en 2011 llegar a una diputación nacional en acuerdo con la UCR y hoy ha construido con sus hermanos un partido emergente. Ellos también buscan una reivindicación familiar y política y juegan por la sucesión de Gustavo Sáenz.
Ni lerdo ni perezoso, hay otro actor que de la justicia incursiona por la política y es el actual Ministro de Seguridad y Justicia que se encuentra conformando el partido Movimiento de Integración Social de la mano de Angel Sarmiento y dirigentes de las 62 Organizaciones Peronistas. Descendiente del radical Joaquín Castellanos, también muestra la carta de la dinastía para sumarse a una lucha que no descarta que aparezcan otros actores. El conservadurismo tiene muchas fórmulas para cuando el oficialismo actual haga descansar al único líder que tiene y que, por ahora, no tiene heredero.
LA HERENCIA NO DESEADA
La diáspora también afecta a las facciones que comulgan con el macrismo y el rodriguezlarretismo en Salta y quieren monopolizar la centroderecha en Salta. En esta semana hicieron la presentación algunos dirigentes juveniles acompañados del renovador Oscar Rocha Alfaro (a quien el presidente del PRS Jorge Folloni lo desconoció como representante), proponiendo la integración del sector que acompañará al contundente y violento Javier Milei. Marcos Urtubey hijo de Juan Urtubey, Juan Bautista Romero hijo de “Tito” Romero y Felipe Biella marcan un sentido de transversalidad que descolocan a sus padres pero representan la necesidad ciudadana de apoyar a quienes despotrican o denuncian al establishment político.
Una de las novedades de este grupo emergente es que Marcos Urtubey ha asegurado que ya existe una grieta en Ahora Patria y que Alfredo Olmedo no apoyaría las incursiones denunciativas del diputado nacional Carlos Zapata. Es que los anticipos de denuncias del canoso contador podrían comprometer acuerdos de impunidad que se celebraron por los contratos de Salta Forestal entre el sojero y el anterior gobierno. Claramente, para Zapata la corrupción tiene diversas formas de interpretarse, pero se inclina por el silencio cuando hay que hablar de negociados de su jefe político (ahora en duda). Olmedo vive ahora en La Rioja, es dueño de un céntrico hotel y de una importante finca productora de aceitunas y sus derivados y se lo ve pasear tarde a tarde en un helicóptero nuevo.
Así, la oposición de centro derecha, cada vez más fraccionada, ya da por sentada una derrota local. Solamente buscan ganar puntos para futuros cargos nacionales y ya tienen como interlocutora para el mangueo inminente a Inés Liendo, la más porteña de todos los que desembarcaron en Juntos por el Cambio. Algunos ya extrañan a Roberto Ulloa, quien durante la gestión de Macri era el operador de los sueldos de muchos de los dirigentes de la derecha que, al margen de hablar de ajustes económicos, nunca piden que se acaben los buenos sueldos y los viáticos.
LA PELEA POR LOS MANDATOS DE LOS CONCEJALES
La Constitución Provincial reformada el año pasado, ha otorgado a los concejales cuatro años de mandato. El artículo 172 de la Carga Magna exige que se renueven por mitades.
Eran los únicos ediles del país con períodos tan cortos y el Ministro Ricardo Villada ha anunciado que el Gobierno Provincial presentará un proyecto de ley para que se terminen los sorteos siempre sospechados y que existan bases objetivas para que los que gocen de cuatro años desde 2023 sean los que más votos obtengan en las elecciones.
Más de 170 concejales quedarán con apenas dos años de mandato y hacen presión para que se los bendiga en cualquier fórmula que busque aprobarse en la Casa de los Leones.
LA REALIDAD DE LAS ENCUESTAS
El encuestador Julio Pizzeti ha ventilado una encuesta y lanzó sobre la mesa guarismos que, al margen del derecho de comunicar supuestas apetencias de la ciudadanía de la Capital, también reflejan preocupaciones ciudadanas, la expansión de la imagen de varios dirigentes, intenciones de voto y hasta deseos de alineamientos de quienes quieren seguir conduciendo la provincia.
No es la única que ha puesto sobre el tapete que es Gustavo Sáenz el dirigente con más conocimiento público y con la mayor intención de votos para reelegirse. Sin embargo, los salteños aparecen agobiados por preguntas sobre los mismos dirigentes que hasta hace poco ocuparon cargos importantes y ya fracasaron en el intento de ser vigentes de por vida. Juan Romero, Juan Urtubey y Alfredo Olmedo siguen con algún puntaje interesante que solamente entusiasmaría al nuevo actor político, pero que representan la clara imposibilidad de proponerse nuevamente para la gobernación cuando sus imágenes negativas no bajan de los 30 puntos.
Sí, despierta preocupación en el Gobierno que casi la mitad de los salteños tengan mal concepto de gran parte del gabinete de Gustavo Sáenz. Muchos ministros y secretarios están por debajo de la media de diligencia o gestión exigibles y eso explica que el Gobernador haya permanecido 15 o 20 puntos por arriba de ellos. La renovación de algunas carteras dará oxígeno y solo espera el momento oportuno para concretarse.
Lo contrario ocurre en la Capital en donde Bettina Romero ha oscilado entre 6 y 12 puntos de intención de votos para ser reelecta en las encuestas de los últimos 6 meses. Soberbia, hermética, con escaso carisma y contradictoria con sus adhesiones al gobierno provincial y al propio gobierno nacional, aparece en el subconsciente de los vecinos salteños como escasamente sensible y mucho menos integradora con figuras públicas o dirigencia que habría dado otro perfil superador a su gobierno.
Emiliano Durand aparece como la excepción. Contenedor de los emprendedores y un sector independiente que escapa a los nichos de contención clásicos (planes sociales y bolsones), tiene puntajes que lo sitúan como un serio candidato a ocupar el Sillón de Moldes, o formular acuerdos que lo ubiquen hasta como compañero de fórmula en el oficialismo.
El problema real lo tienen quienes ahora necesitan encabezar algunas listas para diputados o concejales en un municipio donde el bajo perfil o la ineptitud los deja en las estadísticas por debajo del piso electoral. Apenas llegan a 2 puntos ministros, presidentes de cámaras o bloques legislativos y casi un tercio de los intendentes no superan los 10 puntos y parecen no tener oportunidades de renovar mandatos si no encuentran arreglos electorales ingeniosos o se deciden por desfalcar las arcas municipales o las cajas de recursos que administran.
Necesitan un saco del cuál colgarse pero el dilema se presenta cuando la autonomía de los pocos dirigentes que miden algo en las encuestas no los consideran porque ello implicaría sacrificar lo construido. La boleta sábana hoy resulta útil para los políticos ortodoxos pero el perfil de los emergentes los vomita y ya no quieren más inútiles o corruptos escondidos detrás de ellos.
Como se ve, las encrucijadas de cada uno de estos pretendidos protagonistas son demasiado íntimas y se resumen en discusiones familiares. Ningún ciudadano con dos dedos de frente, agobiado por falta de plata y furioso por los privilegios y el buen pasar de algunos funcionarios que son amigos o socios, quiere pensar en cómo les alarga la buena vida. Todo lo contrario. Para ellos, la más maravillosa música de sus oídos la interpreta Javier Milei, que les asegura que quemará todas las cajas de la política y derogará los privilegios que la casta de ambos extremos de la grieta conserva. El desafío de todos los políticos es convencerlos de que hay excepciones y que la política en tiempos de crisis económica necesita muestras reales de cambio.