Macri llevó su entusiasmo por el acuerdo con los holdouts a EE.UU. En la comitiva oficial que participa de la cumbre nuclear hubo satisfacción por la ley aprobada. También defendieron la suba de tarifas.

WASHINGTON.- La primavera boreal que recibió ayer a Mauricio Macri en esta ciudad se percibió más en la comitiva presidencial que en el día gris que acechó las calles. El presidente y la reducida delegación que arribó para la cumbre de seguridad nuclear se mostraban eufóricos por el triunfo parlamentario que habilitó al Gobierno a avanzar en el acuerdo con los holdouts y, a la vez, expusieron una firme defensa ante la decisión «inevitable» y «equitativa» de aumentar las tarifas para el transporte metropolitano.

Macri llegó en un vuelo comercial de American Airlines a las 12. 10 con su esposa, Juliana Awada, y se dirigió al hotel The Hay Adams, situado justo frente a la Casa Blanca, para meterse de lleno en la agenda movida de ayer y hoy en Washington, que incluye la Cumbre de Seguridad Nuclear y siete reuniones bilaterales con jefes de Estado.

Pero entre su arribo al hotel y el comienzo de las reuniones de trabajo almorzó con su comitiva en el restaurante BLT Steak, en plena ciudad. Según confió a LA NACION una fuente de la delegación, el Presidente se mostró muy satisfecho con la aprobación en el Senado de las leyes que lo habilitan a cerrar el acuerdo con los fondos buitre y destacó el apoyo del peronismo dialoguista.

«Este acuerdo le abre a la Argentina las puertas al mundo y será clave para retornar al mercado financiero mundial», detalló el funcionario consultado. En el lugar donde almorzó Macri con su comitiva hubo coincidencias en que «está todo el equipo técnico del Ministerio de Hacienda listo para cerrar el 13 de abril y pagar a tiempo el acuerdo». Hubo también una idea generalizada de que el costo de las tasas para pagar a los bonistas, que ronda el 8 por ciento, es alta. Pero hay optimismo en el Gobierno en que hacia adelante bajarán esas tasas cuando el país genere mayor confianza en el exterior.

Macri y Juliana Awada se sumaron al almuerzo a una cuadra de su hotel junto con el secretario de Planeamiento Estratégico, Fulvio Pompeo; el vocero presidencial, Iván Pavlovsky, y el embajador argentino en Estados Unidos, Martín Lousteau, y su esposa, la actriz Carla Petersen. La canciller Susana Malcorra y el ministro de Energía, Juan José Aranguren, no formaron parte del convite porque estaban con agendas en marcha en otros lugares.

El Presidente se mostraba cansado por el viaje pero muy optimista por el resultado del Congreso. No quiso hablar con la prensa, pero una fuente de la delegación dijo a LA NACION que el tema de aumentos de hasta un 100 por ciento en las tarifas para el transporte del área metropolitana de Buenos Aires es «justo y equitativo» para todo el país. En este sentido, en la comitiva oficial del Presidente se remarcó que el aumento no resulta una novedad: «Ya se había anunciado en la campaña presidencial que se iba a hacer para igualar al ciudadano de Córdoba o el de Misiones, que hoy pagan un boleto más caro que en el Gran Buenos Aires y la Capital». El Gobierno aclaró que 6 millones de personas pagarán el precio reducido de tarifa social.

Sobre este tema, no quisieron hablar públicamente ni el Presidente ni el resto de la comitiva. Aunque según lo que trascendió está claro que Macri no va a dar marcha atrás con esa medida y que de ahora en adelante los subsidios que se darán al transporte desde el Estado serán «más transparentes» y no los recibirán directamente las empresas, sino los consumidores.

El boleto mínimo de colectivo costará $ 6 a partir del 8 del mes actual y el pasaje de tren tendrá un valor inicial de entre $ 2 y $ 4, según el ramal. El viaje en subte, en tanto, costará $ 7,50. Así lo anunció ayer mismo el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, que prometió que habrá una tarifa social e inversiones por 5000 millones de pesos en los próximos 15 meses.

Con esta decisión Macri no sólo busca diferenciarse del esquema de subsidios que aplicaron los Kirchner durante muchos años, sino que también servirá de herramienta para aumentar la recaudación.

Macri tuvo ayer una agenda movida: mantuvo encuentros bilaterales con los primeros ministros de Canadá y de Nueva Zelanda, Justin Trudeau y John Key, respectivamente (ver aparte). Por la noche se dirigió a la cena de honor que brindó el presidente norteamericano, Barack Obama, en la Casa Blanca para unos 53 jefes de Estado que llegaron a la Cumbre de Seguridad Nuclear.

El presidente hablará hoy ante el plenario de presidentes sobre seguridad nuclear. Hará una fuerte defensa del trabajo que viene haciendo la Argentina en material de energía nuclear con fines pacíficos y destacará los trabajos que vienen hacienda el Invap y la Comisión de Energía Atómica que ayer recibieron los Innovation Awards.

Fuente: La Nación