El Frente de Todos local está en plena reorganización hacia los próximos llamados electorales, en base a dos hipótesis. Una de ellas, parece dispuesta a no ahorrar beligerancia e hipótesis ignominiosas acerca de la gestión provincial. Otra fracción, en cambio, apunta a un mejoramiento polietápico en el que no está exenta una autocrítica sobre los motivos por los que hoy gobierna la provincia otro sector político.

 

 

Por: Federico Pérez.

 

 

Entre la línea beligerante y otra que asoma como más calma y taimada, dos polos en los que abrevan conductas entre la dirigencia del principal segmento político no saenzista. Y liderazgos pretendidos por Manuel S. Godoy, más el diputado nacional Lucas G; y otro en el que emergen Gonzalo Quilodrán, Emiliano Estrada y Miguel Calabró.

La definición de dos modalidades de oposición al gobierno de Gustavo Sáenz se encuentra en plena definición, durante este fin de semana en que habrá romería hacia Buenos Aires. Allí, este domingo el presidente Alberto Fernández ofrecerá un balance y proyección de su gestión, a menos de tres meses de haber tomado el mando del Ejecutivo nacional.

Balcarce 50 y las oficinas aledañas son los respectivos santuarios a los que acuden los representantes del Frente de Todos gaucho, a la espera del próximo decreto con nombramiento en algún cargo nacional para Salta. Ahí se verá la capacidad de cada uno para desplegar coroneles en el mapa provincial y el desempeño que tienen, en cada caso en particular.

El primero de los sectores mencionados, encabezado por el diputado provincial capitalino y ex presidente de la Cámara baja, Manuel Santiago Godoy, vendría a representar la versión –si se quiere para simplificar-  más jacobina. En esta fracción no descartan en voz baja que en el panorama trazado se produzca hasta una caída de la gestión Sáenz, antes de completar el mandato constitucional.

¿Cómo? ¿Por qué? ¿Cuándo? Son preguntas menores y hasta molestas cada vez que son formuladas. Parece que más importante llega a ser la fe en lo que está por suceder, antes que la causa generadora del hecho. Al respecto, el propio Godoy ya prometió que la semana próxima, junto a su hijo –“el diputado nacional”- Lucas Godoy, y algún funcionario nacional verificarán en Metán la templanza guerrera de los lugareños.

El ex titular de la Cámara baja salteña en gran parte del romerismo y en los 12 años del urtubeísmo, ya  inició la avanzada en el sur provincial cuando el lunes pasado socorrió a un grupúsculo al borde de la dispersión -al que reunificó en torno al calor de una parrilla y apreciable ristra de choripanes- en protesta por el déficit del servicio de agua potable. Prometió volver, al estilo Schwarzenegger, a mitad de esta primera semana de marzo con proyectos concretos para la ruta 9/34. Y el agua.

 

Con el Gordo Mortero

 

En contraste con lo que resumió como simples patrañas, no del período Urtubey, sino de estos 80 días que lleva el saenzismo, y en referencia al servicio de Aguas, Godoy azuzó a los metanenses: “Cuenten. Cuenten con el senador nacional, con los diputados. Cuenten con todos nosotros”, dijo en el contexto de un corte de ruta poco concurrido y una posterior reunión asamblearia –celebrada en el restó “La Reina”- coordinada por el dirigente Ramiro García. En una de esas, también acude a prestar su apoyo a los metanenses el “Gordo mortero”, piquetero predilecto de la prensa derechosa.

En este tablero, Godoy mencionó la colaboración explícita del senador nacional Sergio Leavy, el diputado nacional Lucas Godoy, la de su par Lía Caliva y “el otro diputado que se llama…no me acuerdo pero está por dos años”, precisó en alusión a Juan Ameri. Y Nora Giménez, quien también es senadora nacional, recordó MSG. Además, prometió que estos legisladores traerán “algún referente nacional” en la materia relativa a obras viales y las correspondientes a mejorar el servicio de H2O.

 

En San Martín, Rivadavia y Orán, el lugar común parece estar en limar los nexos

que los líderes comunales hicieron con el oficialismo provincial, a raíz de la

emergencia social y económica.

 

 

Fuere por el aroma a pólvora que se aprecia en su entorno o una meta real, no parece una simple presunción, en base a un sinnúmero de trascendidos, respecto a que el duelo con el saenzismo sea sólo a primera sangre. Por el lado norte del mapa provincial, por ejemplo, la última ocurrencia está enfocada en aserrar el vínculo del oficialismo provincial con los caciques de comunidades afectadas por la emergencia sociosanitaria.

Por ello, le dieron cuerda a los mimeógrafos de la era digital con el fin de achacarles una cierta venalidad a los líderes comunitarios que se vieron obligados al trato cotidiano con enviados provinciales (también con los de Nación). Una avivada a mitad de camino entre lo artero y lo apresurado, lo cual se potencia con el dato que casi la totalidad del sector enlistado aquí se asume deudor de gentilezas con el ex Gobernador, Juan Manuel Urtubey.

Por caso, los mismos legisladores rivadavienses Mashur Lapad y Ramón Villa. El primero, dada la continuidad de beneficios previos concedidos por la gestión anterior en el Senado. El segundo, por algo similar y especialmente por el nombramiento de su esposa, Blanca Saade, en el Ministerio de Primera Infancia ¿Lapad y Villa recién se enteraron del grave problema nutricional que acarreaba el departamento al que representan con los fallecimientos infantiles en enero de este año?

 

Por vía diferente

 

Como ya se dijo al comienzo de este artículo, existe como si fuese una diferencia en el planteo trazado por otro sector del Frente de Todos. Por caso, el titular de Enacom Gonzalo Quilodrán, Emiliano Estrada (Subsecretario de Provincias del Ministerio del Interior), Miguel Calabró (Desarrollo Social de nación) y Pamela Ares (Consejo de Políticas Sociales), quienes mantienen sus críticas a la actual gestión provincial, aunque sin la virulencia ni aquel cortoplacismo.

En esta cuarteta de dirigentes, según varias señales así lo indican, la diferencia está dada en términos metodológicos como en el planteo estratégico. El punto de partida, entonces, sería un diagnóstico tendiente a dilucidar motivos por los que al FdT le fue como le fue en los comicios del 10 de noviembre pasado. Es el paso inicial para cualquier construcción alternativa que intente posicionarse de acá a dos años.

En esta evaluación, visto el caudal electoral propio que registraron en los cuatro comicios celebrados en 2019, ni estos guarismos favorecen a Godoy, Leavy y Villa. Ni hablar de los movimientos estratégicos o los de orden táctico, dados para contabilizar esa cosecha. Ello supone un cambio de aires en la propuesta que el FdT requerirá al ponerle el rostro a los desafíos electorales en 2021 y la pelea por la Gobernación que tendrá lugar en 2023.

En este plano, hasta es posible que el tándem Quilodrán-Estrada-Calabró-Ares deje hacer al otro grupo más tradicional del FdT. Tanto en el grosor de las críticas a la administración provincial, como en algunos amagues en dirección al titirromerismo. Aunque llegado el momento, la vía indicada parece que será muy distinta al diseñar la construcción de una opción política verdaderamente competitiva.