La empresa recicladora de metal intenta instalar una planta de fundición al lado de una zona urbana (B° Pinares) de Cerrillos, lo que generó malestar en los habitantes. El hecho permanecía aislado pero los reclamos comienzan a tomar relevancia a pesar de un obvio ocultamiento. (Gabriela Hernández)
Metalnor es una empresa que trabaja hace 20 años en la provincia, es la principal recolectora de chatarra, su actividad se basa en el procesamiento, clasificación, transporte y comercialización de ferrosos como chatarra de hierro y no ferrosos (chatarra de cobre, bronce, aluminio, plomo, batería, pasta, acero inoxidable), desde el 2007 cuentan con Metalnor electricidad, encargada de distribuir materiales eléctricos y artefactos de iluminación.
El 9 de octubre de este año un pequeño productor, Agustín Hoyos, denunció que la empresa Metalnor, acompañada por la justicia, compró 22 hectáreas incluidas las 8 de su propiedad, dejando al hombre despojado del hogar en el que vivió más de 60 años; pasó el tiempo y el caso del hombre despojado de sus tierras fue olvidado. A partir de ese momento los conflictos en torno a los proyectos de la empresa, entre los que estaría la construcción de una fundidora de metal, preocupa a los vecinos a los que primero se los intentó seducir con la idea de “1000 puestos de trabajo”, pero la preocupación en torno al posible desastre ambiental provocó diferentes organizaciones para detener los planes de la empresa.
Actualmente los vecinos de barrio Pinares de Cerrillos atraviesan una situación difícil: primero sufren la contaminación y malos olores del vertedero San Javier (una deuda ambiental de décadas sin resolver) por lo que no es rara su alarma al escuchar a representantes de Metalnor hablar sobre una industria del metal considerada no apta para una zona urbanizada, para sumar, la construcción que se vino haciendo vio desplomarse un muro de metros de altura, situación que alertó a la zona, más aún cuando algunas personas denunciaron que sus casas se resquebrajaron por la circulación de maquinaria y materiales pesados.
El avispero se movió y las autoridades temerosas de quedar mal ante los votantes se movieron y finalmente se paralizó la construcción acompañada de multas por infracciones que todo este tiempo fueron ignoradas. Sin embargo hay sospechas relacionadas a que todo continúa bajo poncho, en una página de vecinos autoconvocados retrataron de esta forma la noticia de la paralización: “Los Vecinos Autoconvocados de Ruta 26, invitamos a los medios en general a cubrir la ‘supuesta suspensión’ de la ‘supuesta obra de Metalnor’(incluidas las conexiones clandestinas de luz y agua) por parte de funcionarios municipales de Cerrillos encabezados por el ing. Carlos Infante”.
Ciegos de un ojo viendo con otro
Las autoridades parecían no saber (o hacerse las distraídas) después de meses realizaron una primera investigación ocular algo tuerta, incluso un concejal oficialista señaló que los que se quejaban de la instalación “eran 20 locos”, pero la convocatoria vecinal creció obligando al municipio a tomar cartas en el asunto en el concejo deliberante. Algunos vecinos sospechan de un pacto secreto entre la empresa y el oficialismo local que busca excusas del bolsillo a favor de Metalnor, en el lugar muchos se enteraron recientemente que en 2016 la zona se recategorizó (no muy de acuerdo a la ley) como zona mixta o sea que podría admitirse industrias, emprendimientos y urbanizaciones en el lugar al mismo tiempo.
Comunicado del concejo deliberante de Cerrillos
Temas tratados en Comisión: Metalnor.
Lo único que presentó la empresa en el Municipio es un informe sobre el cercado perimetral del inmueble que es de su propiedad. El mismo se hizo con todas las normas vigentes y se verificó. Algo para recalcar es que el dueño de la empresa cedió dos metros necesarios para vereda a lo largo de su terreno.
En caso de que la misma quiera instalar su industria en el lugar deberá conseguir la habilitación en la Secretaría de la Industria de la Provincia, ente encargado de regular las mismas. Una vez conseguida la aprobación, recién se dirigirían al Municipio a realizar los trámites pertinentes.
Hay que recalcar que es importante que industrias de esta envergadura inviertan en nuestro Municipio ya que el mismo genera empleo y mejor calidad de vida para nuestros habitantes. La zona de ruta 26 está considerada como zona industrial en el éjido Municipal en caso de que otras empresas quieran invertir en nuestra jurisdicción.
Otras quejas
En el año 2016 Cuarto poder redactó “Con olor a currometal” en donde detalla: “primero fueron los vecinos del barrio El Parque quienes informaron que, tras los operativos de descacharrado, los residuos se depositan en Metalnor. La cosa no pasaría a mayores de no ser por no ser que la empresa es una de las compradoras de desechos más grande de la zona”, y no termina ahí, sino que también hubo quejas del tipo ambiental “Los vecinos se movilizaron en repudio de las actividades que lleva a cabo la empresa que incluyen ruidos molestos, contaminación ambiental, propagación de bacterias y virus”, esto casi anticipando lo que vivirán los vecinos de Pinares, ya que la empresa es obstinada, ya construyó una base y no la va a dejar tirada, es más posee una estratégica ubicación cercana al río por lo que se habló de posible contaminación acuífera, también hubo desplazamiento de flora y fauna.
En Salta las empresas amigas del poder siempre tuvieron privilegios, más si sus propietarios están relacionados directamente con la política, se permiten desmontes ilegales, desalojos de comunidades, contaminación de ríos y ambientes, perjuicio de los vecinos que viven cercanos a industrias, etc. Solo la organización autoconvocada podrá hacer fuerza para cambiar las realidades.