Ayer al mediodía hubo una reunión en el senado nacional de la que participó el salteño Rodolfo Urtubey. Advirtieron que si los jueces de la Corte designados por decreto juran, ya no serán intachables y rechazaran los pliegos cuando corresponda.  

Según Ámbito Financiero, ayer al mediodía, el despacho de Miguel Ángel Pichetto, jefe del bloque de senadores del PJ/FPV, se convirtió en un búnker por el que desfilaron el salteño Rodolfo Urtubey, el santafesino Omar Perotti, el misionero Juan Irrazabal, «Camau» Espínola de Corrientes, Juan Manuel Abal Medina, el catamarqueño Dalmacio Mera, Pedro Guastavino de Entre Ríos y la sanjuanina Marina Riofrío.

De esas charlas, según el medio nacional, surgió un planteo específico: si Rosatti y Rosenkrantz juran como jueces de la Corte, estarán convalidando una decisión «irregular» ante lo cual el bloque del PJ/FpV anticipará el rechazo a sus pliegos cuando, en período ordinario, lleguen al Senado.

La postura adquirió volumen con las horas y consiste en sembrar la duda en los postulados. «Aceptar que los designen irregularmente, y jurar como jueces del máximo tribunal , implica ser cómplices de esa decisión irregular e injustificada. No hay ningún argumento que lo justifique», avisó Guastavino.

Con esa posición, los senadores ponen la pelota en los pies de Rosatti y Rosenkrantz porque les avisan que, en caso de asumir, sus pliegos no serán aceptados en el futuro. Ayer, desde el Gobierno, se le pidió a Ricardo Lorenzetti que acelere la jura y asunción de los cortesanos designados.

«Es un disparate jurídico y es incomprensible desde lo político. Los pliegos de Rosatti y Rosenkrantz hubiesen sido analizados y seguramente aprobados. No se entiende lo que hizo Macri», dijo ayer Abal Medina. La respuesta a ese interrogante fue que se trató de un mensaje de autoridad de Macri, una señal de que ejercerá el poder aunque tenga que, en ese proceso, convertirse en aquello que objetó con dureza como el uso de los DNU. «Paga un costo político muy alto si es sólo un mensaje para la política», coincidieron en el Senado.

Además de ser la cámara donde se discute, por Constitución, la designación de los cortesanos, el Senado es el vórtice del peronismo fuera del poder: sintetiza a los territoriales del PJ y al kirchnerismo, además de ser el ring donde, con más de 40 butacas, pueden forzar a Macri a negociar y buscar acuerdos.