A días del levantamiento contra los ataques racistas en EE.UU, hicieron visible las puja de poderes que existen en la sociedad y que no solo están solo en el sur de América. En Argentina, los cuerpos marrones, los descendientes de pueblos originarios y campesinos que viven en espacios urbanos son blancos de discriminación y violencia. Miles de personas viven el racismo en nuestro país a diario pero nuestras prácticas cotidianas no permiten que lo reconozcamos. (Guadalupe Macedo)

La muerte de George Floyd, en manos de un policía por odio racial provoca fuertes protestas en todo Estados Unidos en repudio al racismo. Esto llevó a que miremos al racismo, pero desde lejos, pensando que solo Estados Unidos, es un país donde los ciudadanos tienen un alto grado de racismo. Esto no es así, ya que a diario en nuestro país existen prácticas racistas que vulneran derechos de miles de ciudadanos. Muchos cuerpos en el país son violentados por agentes del estado por cuestión racial en instituciones como comisarias, escuelas, hospitales, el transporte público.

Existe en la sociedad salteña rasgos de racismo, a diario miles de personas viven situaciones de violencia y estos se agravan cuando son mujeres ya que viven mayormente la discriminación y la violencia. El racismo muchas veces es una palabra que cuesta ser nombrada pero actual y diariamente sin pensar en nuestro color de piel accionamos con prácticas racistas que dañan a otras personas llevándola a una vida marginal y llena de violencia.

 ¿Cuánto vale la vida de estos “negros”, “coyas”, “bolita”, “chiretes”?

Cuando seremos capaces de reconocer el racismo que existe en nosotros y trasmitimos a nuestros pares en acciones tan simple como en una charla, clases, consejos y acciones. Pero también a través de la violencia institucional que se ejerce hacia estos cuerpos, donde no tienen importancias sus muertes, el gatillo fácil es común y muchos de estos casos todavía no tuvieron justicia.

Estos cuerpos no importan como lo que sucedió con las mujeres Quom que fueron violadas y violentadas físicamente por policías en sus hogares, otro caso reciente es el asesinato de Luis Armando Espinoza, un peón desaparecido y asesinado en Tucumán por la policía durante un operativo de cumplimiento de la cuarentena, y la reciente sentencia judicial, donde el Fiscal de Chubut, Fernando Rivarola, dictaminó como “desahogo sexual” un caso de violación grupal de seis hombres contra una adolescente y ninguno de los violadores irá preso.

En estos hechos observamos como existe una superioridad de unos cuerpos sobre otros, es decir cuerpos blancos cobre cuerpos oscuros, una raza se cree que es superior y por lo tanto puede realizar con la otra lo que quiere. A pesar que 1979, la Asamblea General aprobó un programa de actividades que se realizarían durante la segunda mitad del Decenio de la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial, hasta el día de hoy existen prácticas esclavizantes, discriminadoras y violentas a las personas por su color de piel.

En el norte del país según en segunda edición del mapa de la discriminación elaborado por INADI, en los lugares en donde las personas son discriminadas es en las escuelas y en las comisarías, este nivel de discriminación asciende a medida que la persona pertenezca a clases sociales bajas. Las dos instituciones generan a través de sus prácticas expulsión hacia las personas “diferentes” por su color de piel y su lugar de origen. Son los lugares en donde se promueven estas prácticas discriminatorias a través de la propagación de estereotipos que crean en el imaginario social de la sociedad salteña.

“Según el Censo realizado en el 2010, en nuestro país existen 149.493 personas que se reconocen afrodescendientes. El 92% de esta población nació en Argentina” pero a pesar de esto según el INADI el 38% de la población rechaza a las personas negras. En el NOA el 58% de la población discrimina a las personas afrodescendientes, negándoles trabajo, excluyéndolas y marginándolas en instituciones como la escuela, la policía y los hospitales. Pero el lugar en donde más se hace presente el racismo es en los lugares públicos en donde son agredidos física, verbal y psicológicamente.

En el NOA, la discriminación se da en gran medida por el nivel socio- económico existiendo una amplia brecha entre los lugares en donde pueden acceder las personas de un alto nivel económico como son los shopping, restaurantes, y boliches estableciendo que lugares son propios para un sector de salteños y cuáles no. Esto se da por los altos costos que estos tienen y por las condiciones de status que debe cumplir una persona para poder estar en estos lugares.

El segundo motivo de discriminación según el INADI es por el color de piel y el aspecto físico, en la sociedad salteña la palabra “negro”, “gordo”, es sinónimo de insulto y las personas buscan alejarse de la imagen del negro, buscando blanquearse. Existe una típica frase de los salteños: “mejorar la raza” donde se la utiliza para hacer referencia que van a tener hijos con una persona de una tez de color más blanca para que su descendencia sea de color más claro. Para los salteños la belleza está dada por la tez blanca, los ojos claros olvidando las raíces ancestrales de las que provenimos.

El tercer motivo de discriminación es por ser migrante, especialmente en la provincia, los migrantes son sinónimo de “sucio”, “incultos”, “coyas” y se los dicen a las personas que provienen de países limítrofes como Bolivia. Se menosprecia y denigra a estas personas creando en el imaginario social la idea que son personas inferiores por lo que les corresponde los peores trabajos y mal pagos, y se relaciona su presencia con los males de la sociedad con dichos como “vienen a la Argentina a cobrar la asignación”. El 27% del NOA afirma que preferiría vivir lejos de Bolivianos.