El transcurrir de los días no aporta certezas sobre lo que pasó con el preso que según la versión oficial quemó un colchón mientras estaba en una celda de aislamiento y que según la familia habría sido asesinado por personal penitenciario. ¿Qué ocurre entre los muros del penal? (M.A.)

Fue una muerte concluyente: entre los muros de villa las Rosas ocurren continuamente hechos sospechosos. Aquella noche de viernes, Rene Ortiz protagonizaba una pelea con otro recluso. “Que nadie se meta, esto es entre nosotros dos”, el grito de Ortiz retumbó en las paredes del comedor y detuvo a otros internos que intentaban separarlos. La refriega se ponía densa; entonces, un grupo de guardias intervino. Después los dos fueron trasladados a la celda de castigo.

Ortiz ingresó con vida acompañado por los guardias pero se suicidó. Eso indica la versión oficial: el interno prendió fuego su colchón e inmediatamente lo colocó en la puerta, ésta se dilató obstaculizando la apertura. Cuando ingresaron los guardias, su cuerpo estaba tendido en el piso casi sin vida. Murió por asfixia, al inhalar gases tóxicos, aseguraron los directivos del penal.

Beatriz Sosa, suegra de Rene Ortiz, dijo que en la morgue del San Bernardo le mostraron un cuerpo lleno de cortaduras. “Heridas en el pecho tenía”, declaró a la prensa la mujer y abrió sospechas en el espeluznante caso. El relato sobre la muerte del preso, incorporó ese testimonio y paralelamente, apareció un video en el cual otro preso denuncia torturas y represiones brutales. “Nos están matando de a poco. Usan balas de goma, nos dopan y duermen”, dice el recluso y muestra a la cámara cartuchos. En la grabación asegura que se ven obligados a defenderse a punta de cuchillo. “Es la única manera de estar vivo adentro” asegura, faca en mano. Las declaraciones cayeron como una bomba a las autoridades.

El impacto fue inmediato. Primero los diputados Claudio Del Plá y Mario Ángel concurrieron a la cárcel. Después, el secretario de Derechos Humanos, Martín García Cainzo hizo lo mismo con la presencia del director General, Cesar Rodríguez, quien  exhibió filmaciones de las cámaras de seguridad y relató lo sucedido. Del Plá declaró que cuando visitó el lugar de los hechos había sido lavado y que los videos correspondían a fragmentos de lo ocurrido. Por su parte, el director del penal, dijo, desligándose, que “todo está en manos de la justicia”.

De terror

El lugar donde estaba Ortiz podría ser fuente de inspiración para contar cualquier historia densa. Las celdas de castigo se encuentran entre el patio y la administración; para llegar  hay que atravesar un pasillo con dos portones enrejados y un detector de metales. Está todo monitoreado por cámaras. En el sector “M” -el de máxima seguridad- la estética es de thriller: diminutas celdas, una a lado de otra, que miden un metro y medio por dos. Según contó un viejo celador a todos los que entran a la redonda “tarde o temprano les toca estar”. Así son las reglas de juego en la cárcel. Adentro tiene lugar para una cama y una ventana pequeña en el techo por donde ingresa un mínimo de luz natural. No hay baño, tampoco agua. Menos posibilidad para hablar con alguien. La temperatura es más baja y el olor indescriptible. Este ambiente lo ilustra perfectamente: el peor de los males es caer preso.

Investigación en tinieblas

El fiscal de Derechos Humanos Vilar Rey y Gabriela González de la Fiscalía Penal 4 realizaron las primeras actuaciones investigativas junto con el cuestionado CIF. En su poder tienen la totalidad de grabaciones de las cámaras, documentación de los médicos y declaraciones testimoniales. La sucesión real de los hechos todavía no está clara ni fue difundida públicamente. Lo más llamativo del caso es cómo hizo el preso para prender fuego cuando al lugar no hay forma de ingresar siquiera un encendedor. Tampoco queda claro si fue un impulso suicida. Y como a cualquier “suicidado” no se le puede consultar porqué lo hizo, cabe preguntarse entonces ¿Cuáles fueron las causas?

El sentido común indica que un preso se mata en la celda de castigo si sabe que cuando sale de ahí lo matan. Considerando la pelea que tuvo antes de ser trasladado ¿Qué historia hay detrás  de la muerte? ¿Qué declararon los testigos de la pelea? Tampoco se conoce cuáles son las estadísticas de decesos oficiales en los últimos 10 años del penal. Se impone la necesidad de una historia de la muerte en el penal más importante de Salta. Este caso es uno entre varios pero escandalosamente pone de relieve lo que pasa en Villa Las Rosas.