Hay estudios que sentencian que Campo Quijano está contaminado. Uno publicado en el 2008 por la UNSa, indica que Borax Argentina y Minera Santa Rita eran “una fuente de contaminación del aire, suelo y aguas”. La afección de catarro en vías aéreas entre hombres y mujeres de barrios de esa localidad lo confirma. (Claudio Yapura)
Partamos de la siguiente pregunta: ¿Por qué Campo Quijano es un lugar propicio para que empresas mineras puedan desarrollarse? Podemos responder acorde al sentido empresarial y del management: la unidad de negocio se instala de acuerdo a un diagnóstico que le permita establecer una estrategia comercial y que genere valor. Campo Quijano era ese lugar… hace cincuenta años. La variable del medio ambiente fue la menos analizada; el paso de los años muestra un gran crecimiento poblacional en una zona que antaño permitía generar emanaciones químicas sin mucho control.
Actualmente existen estudios que permiten avanzar en una premisa: Campo Quijano está contaminado. El estudio realizado en el año 2005 y publicado en el 2008 por el Instituto de Ecología y Ambiente Humano de la Universidad Nacional de Salta (INEAH), indica que la empresa Borax Argentina S.A y la Minera Santa Rita S.A, constituían en aquel entonces “una fuente puntual de contaminación del aire, suelo y aguas”.
El legado
Los resultados arrojados por el estudio del INEAH describen la prevalencia de enfermedades respiratorias en la población urbana de Campo Quijano. En el mismo se trabajó con los datos de las planillas de consultas diarias externas del hospital Francisco Herrera. Se consideraron cuatro grupos de afecciones, seleccionados por la sintomatología y su posible asociación con las emisiones gaseosas de las borateras: rinitis, catarro en vías aéreas superiores, espasmos y tos irritativa. Además se estimó y comparó la prevalencia de las enfermedades por barrio. Se evidenció que los espasmos y catarros en vías aéreas superiores constituían las afecciones más frecuentes en la población de Campo Quijano. Hay componentes que permiten elaborar la premisa: que la vía causal entre riesgo ambiental y aparición de una enfermedad es compleja.
Los resultados demostraron que, de 2664 consultas de las enfermedades consideradas que se realizaron en el hospital, el mayor porcentaje correspondía a la afección de catarro en vías aéreas superiores. En todas las afecciones, hubo más casos en mujeres que en varones. Los barrios más afectados en caso de rinitis resultaron Las Lomitas, barrio San Roque y Municipal. El barrio San Roque también presentó la mayor prevalencia de catarro en vías aéreas superiores, seguido por los barrios 9 de Julio, San Jorge y Libertad. En espasmos, la mayor prevalencia también se registró en San Roque, seguido por 9 de Julio y Libertad. En tos irritativa, barrio San Roque, seguido de Libertad, San Jorge, las Lomitas y 9 de Julio. En el caso de la rinitis no se encontraron diferencias significativas entre los barrios aunque la prevalencia más elevada se registró en el barrio Las Lomitas. Todos barrios que no pasan los 2 kilómetros de distancia de la fábrica; barrio San Jorge y San Roque contienen una población de escasos recursos en comparación con los demás.
En el año 2008, un grupo de profesionales y vecinos preocupados formaron una comisión de trabajo interdisciplinario con el objetivo de combatir la contaminación generada por la Minera Santa Rita S.A. La empresa estaba habilitada para tratar los minerales con ácido sulfúrico con la venia de la mayoría de los concejales del pueblo. “El trabajo que estaba iniciando la minera era en detrimento de las personas”, comenta uno de los integrantes de aquella comisión, y agrega, “el gran problema es que la zona donde está localizada la Minera Santa Rita está definida como zona industrial, entonces lo primero que se debería hacer es modificarla como zona urbana”, tarea que llevó adelante la comisión mientras duró. También hubo audiencia pública y se realizó una marcha con decenas de personas en contra de la utilización de ácido sulfúrico.
En estudios médicos que se realizaron durante la década de los noventa se vislumbraron datos que orientaron la mirada de los profesionales de la salud hacia la creciente producción tabacalera de la zona. “Todos los días nos caía alguien intoxicado, y no era precisamente por los derivados de Borax, era producto de los compuestos organofosforados en la época del tabaco, toda esa gente trabajaba fumigando con organofosforados sin ningún tipo de protección. Venían trabajadores golondrinas que dormían al lado de los químicos para fumigar, las fincas tenían mucho auge. Era un estado inhumano, esto generaba malformación congénita, y no estaba directamente relacionado con los boratos sino con los químicos de las fincas tabacaleras”, declara un profesional de la medicina de Campo Quijano. La mortalidad infantil por aquel entonces sobrepasaba la media de la provincia. “Fue algo muy evidente, se fueron las fincas de tabaco y bajó la mortalidad infantil”, asegura.
Los efectos más alarmantes de los boratos fueron en tierra, agua y aire. La mortandad adulta en Campo Quijano no es por enfermedades respiratorias sino por enfermedades digestivas. “La gente no se muere por las consecuencias que derivan de los boratos y sus procesamientos, sí se enferman pero no mueren, la gente se muere por cáncer al hígado, al colon, problemas gastrointestinales, etc. Yo realicé estudios sobre esto, y los pude corroborar ante las autoridades provinciales que no me dieron mucha pelota. ¿Por qué se muere la gente si supuestamente vivimos en un lugar hermoso, sano y sin contaminación? Bueno, la tierra está contaminada con tanino que venían a tirar desde la curtiembre Arlei en los afluentes de Campo Quijano, eso penetra en las napas de agua que tenemos, con eso se regaban huertas. Lleva años poder sanear eso, tenemos un panorama alarmante y no se sabe nada de esto. Tenemos contaminación de aire, tierra y agua”, así sentenciaba el médico.
El Portal contaminado
Hoy los vecinos de Campo Quijano se quejan de las emanaciones de la Minera Santa Rita, y utilizan las redes sociales para denunciarlo. Borax Argentina S.A cesó sus actividades en Quijano y se instaló en la Puna salteña. Se abre un interrogante sobre los proyectos de litio y los diferentes emprendimientos mineros que arrojan sus desechos en los afluentes que alimentan al río Toro que abraza a Campo Quijano. Desconocimiento, falta de control y negociados fueron históricamente en desmedro de la naturaleza y de los habitantes del lugar, que hoy hacen memoria para no repetir errores del pasado y no perpetuar el legado.