Ejemplos mundiales de mujeres que han creado un idioma especial para expresar percepciones propias del género femenino.

Aunque lingüísticamente hablando no existe tal cosa como el ´lenguaje de las mujeres’ o el ‘idioma natural femenino’, los siguientes ejemplos demuestran una reacción a la imposibilidad de los tipos de lenguaje existentes de reflejar sentimientos y emociones específicos de las mujeres.

En conmemoración del Día Internacional de la Mujer, que se celebra cada 8 de marzo, lingüistas de la aplicación para el aprendizaje de idiomas Babbel destacaron algunos ejemplos de mujeres que han creado un idioma especial para expresar percepciones propias del género femenino.

El papel de las mujeres en el desarrollo del lenguaje es innegable. Por concesión biológica o social, las madres han sido las encargadas de transmitir el idioma a sus hijos (por algo se llama lengua materna), facilitando su asociación con una identidad y una cultura, así como la pertenencia a una determinada comunidad geográfica o social. Aunque lingüísticamente hablando no existe tal cosa como el ´lenguaje de las mujeres’ o el ‘idioma natural femenino’, los siguientes ejemplos demuestran una reacción a la imposibilidad de los tipos de lenguaje existentes de reflejar sentimientos y emociones específicos de las mujeres.

Nüshu: el único idioma femenino del mundo que fue descubierto por casualidad

El nüshu es un sistema de escritura simplificado de los caracteres chinos al que los hombres no tenían acceso y que fue transmitido silenciosamente de generación en generación por las mujeres del condado de Jiang Yong en Hunan, China. Actualmente es catalogado como uno de los idiomas más antiguos y es, de hecho, el único idioma femenino real jamás descubierto. El nüshu se descubrió en 1982 cuando el profesor Gong Zhebing acompañó a sus estudiantes en un viaje para investigar la cultura y costumbres de la comunidad de Jiang Yong. Para su sorpresa, se encontrarían con una extraña caligrafía utilizada solo por las mujeres y a la que la comunidad se refería como nüshu (“la escritura de las mujeres”).

Con la ayuda del lingüista y profesor Yan Xuejiong los investigadores lograron recolectar muestras de caligrafía, grabados en abanicos y bordados en pañuelos que reunían un vocabulario de unas 20.000 palabras y más de 500 caracteres. El contenido de los manuscritos en nüshu ha revelado aspectos históricos, culturales, sociales y de identidad nacional, los cuales reflejan la alegría, pero sobre todo el dolor de la opresión y el sufrimiento experimentado en la sociedad feudal de la época.

A pesar de ser un idioma secreto, escrito y leído únicamente por las mujeres, el nüshu ha logrado sobrevivir y ha sido retratado en documentales, libros e, incluso, obtuvo el premio Guinness al “lenguaje de género más específico”. La última mujer que lo conocía, escribía y leía, Yang Huanyi, murió en 2004.

Láadan: el idioma del conocimiento perceptivo

A comienzos de los años ‘80, la lingüista y escritora de libros de ciencia ficción estadounidense Suzette Haden Elgin se basó en la hipótesis feminista de que los lenguajes humanos existentes son inadecuados para expresar las percepciones de las mujeres. Así se le ocurrió que, si las mujeres tuvieran un lenguaje apropiado para expresar sus puntos de vista, muy seguramente reflejarían una realidad muy diferente a la percibida por los hombres.

Para justificar la creación de su idioma femenino, Haden se basó en la teoría de la relatividad lingüística, así como en una curiosa interpretación de los teoremas de incompletitud de Gödel, que sugiere que hay ciertos LP que un tocadiscos no debería tocar porque lo destruirían indirectamente. Así, Haden concluyó que cada idioma tiene percepciones que no debe expresar porque conducirían a su destrucción indirecta. Su pregunta principal fue: ¿Qué pasaría con la cultura si las mujeres tuvieran y utilizaran un lenguaje que expresara sus percepciones? ¿Se autodestruiría?

Basándose en ello y sin intentar igualar a las mujeres con los hombres o sin demostrar su superioridad, en su trilogía de ficción conocida como Native Tongue (Lengua Materna), Suzette decidió crear el láadan. El láadan es un idioma ideado por un grupo de lingüistas feministas en el siglo XXII como acto de resistencia frente a un gobierno opresor que privó a las mujeres de su derecho a votar en 1996 (una trama parecida a la de la popular novela “El cuento de la criada”, de Margaret Atwood). Como sabemos, muchos idiomas — incluyendo el español — tratan a la forma masculina como el género gramatical por defecto, cosa que no pasa en el láadan, donde se usa la forma femenina.

El láadan es un idioma que no hereda aspectos de una generación dominada por los hombres y cuya gramática es una versión simplificada de los modelos de lenguas naturales como el inglés o el latín. Pero el aspecto en el que Haden más se concentró fue el vocabulario. Su interés principal era generar una serie de conceptos prácticos que ayudaran a definir los sentimientos y las situaciones relacionadas únicamente con el hecho de “ser mujer”.

Algunos ejemplos son: lóda (estar embarazada y agotada); lalewida (estar felizmente embarazada); loláad (percibir internamente); doólelasholan (estar sola después de una experiencia tediosa con otras personas); sholalan (estar sola en una multitud de personas); óosholan (estar sola y con pena); elasholan (estar sola y feliz de estarlo).