Una encuesta del Indec mostró que en lo que a quehaceres domésticos, apoyo escolar y cuidado de personas, las mujeres siguen siendo las que mayoritariamente se encargan de esas tareas y las que más horas diarias destinan a las mismas. En Salta, además, los hombres son mucho más vagos y servidos que en el resto del país.
Esos datos son algunos de los datos arrojados por la “Encuesta sobre trabajo no remunerado y uso del tiempo”, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) durante el último trimestre de 2013. La muestra fue realizada entre ciudadanas y ciudadanos mayores de 18 años y sobre una muestra de la población que es “representativa del 80 por ciento del país”. Los resultados del mismo fueron publicados por Página 12 que enfatizo que es la primera vez que en la Argentina se realiza un estudio de este tipo, diseñado para registrar prácticas de la vida cotidiana que delata qué sucede con los estereotipos y sesgos de género puertas adentro.
La nota de Página 12 arranca con una conclusión: “Los cambios son mucho más lentos de lo que suele sospechar el sentido común”. En la Argentina el trabajo doméstico no remunerado sigue siendo realizado mayoritariamente por mujeres y, además, son esas mismas mujeres las que le dedican más horas de sus días. Según la encuesta del Indec, las que más se responsabilizan por estas tareas son las mujeres de entre 30 y 59, es decir, aquellas que se encuentran en sus años económicamente más activos. Entre los varones, sólo los separados o divorciados toman a su cargo el trabajo doméstico de sus hogares, aunque con moderación: dedican la mitad del tiempo que las mujeres en su misma situación.
“Mucho se ha escrito acerca de los prejuicios machistas, y si me preguntaban a mí una sensación pre-encuesta, habría arriesgado que entre la población más joven la distribución de actividades domésticas era más igualitaria. Y me habría equivocado”, señaló Ana María Edwin, directora del Indec, durante la presentación de los resultados para luego añadir que “falta mucho por recorrer para generar igualdad no sólo en el mundo del trabajo”.
La encuesta englobó bajo la etiqueta de “trabajo doméstico no remunerado” a tres tipos de actividades: quehaceres domésticos, apoyo escolar y cuidado de personas (ancianos o niños). De acuerdo con esas categorías, el 88,9 por ciento de las mujeres encuestadas realiza trabajo doméstico no remunerado, contra el 57,9 por ciento de los varones. Aunque está lejos de ser pequeña, la brecha es menor en Tierra del Fuego (91,7 de mujeres y 75,5 de varones), mientras que se incrementa notablemente en Salta, donde estas tareas son realizada por el 85,2 por ciento de las mujeres y el 46,6 de los varones. En la Ciudad de Buenos Aires, las mujeres tienen una tasa de participación del 88,1 por ciento y los varones del 62,6.
La medición en horas también muestra fuertes desigualdades: en promedio, por día, las mujeres dedican 5,7 horas a las actividades domésticas no remuneradas, mientras que los varones dedican dos horas cada jornada, menos de la mitad. Curiosamente, quienes más horas dedican cada día a estas tareas son mujeres y varones de Tierra del Fuego (las fueguinas dedican 7,4 horas cada día, los fueguinos, menos de la mitad, 3,5); por su parte, quienes menos tiempo dedican a esto son las y los riojanos (3,7 horas ellas, menos de la tercera parte, 1,1 hora ellos).
Quienes registran la tasa de participación más alta en estas tareas son las mujeres de entre 30 y 59 años (el 93,2 por ciento de ellas); los varones de la misma franja etaria son también los más abocados a ese trabajo, pero con una participación 30 por ciento menor (el 61,3 de ellos). Las mujeres que más toman a su cargo las tareas son aquellas en relación de pareja estable, sea formal o informal (el 95,3 de ellas lo hace), seguidas por las jefas de hogar (el 89 por ciento) y las hijas, hijastras o nueras (79,8). Jorge evaluó que esta brecha “señala cómo al interior de las familias se reproducen estereotipos y roles de género”, en las nuevas generaciones.
En promedio, los varones más atareados en lo doméstico son los separados o divorciados (el 70,4 por ciento), seguidos por los que viven en pareja (60,4), los viudos (59,8) y los solteros (50,2). Por otra parte, las mujeres separadas o divorciadas dedican a lo doméstico una hora y media menos que las que viven en pareja (6 horas frente a 7,5), lo que llevó a Jorge a señalar, con cierto humor, que “las mujeres divorciadas ganan una hora y media libre cada día”.