Según el triunvirato de la CGT, con el acuerdo unos 400 mil trabajadores dejarán de pagar Ganancias y la primera categoría pasará de tributar el 9% al 5%. Además, pactaron exenciones para el gremio de Transporte que ayer hizo huelga.
Luego de derrotas parlamentarias y paros de transporte, el Gobierno nacional acordó con la CGT las principales líneas de la reforma del impuesto a las Ganancias: el mínimo no imponible será de 27.941 pesos para solteros y de 37 mil para casados con dos hijos. Lejos de los 44 mil pesos que proponía la oposición, pero más todavía de los 25.500 que proponía el oficialismo inicialmente. Los funcionarios destacaron que se actualizará todos los años. La clave, no obstante, estuvo en la exención de una serie de ítems que reclamaban los gremios del transporte, que ayer paralizaron la Ciudad de Buenos Aires durante la mañana para mostrar su poder de fuego. En Casa Rosada se mostraban confiados en que llegarán hoy a un acuerdo en la reunión con los gobernadores y que el proyecto resultante atravesará el Senado y Diputados.
Luego de un fin de semana a pura rosca, los funcionarios macristas finalmente vieron el final del túnel en el que se metieron cuando el presidente Mauricio Macri llamó a sesiones extraordinarias para tratar Ganancias. En esa oportunidad, la oposición aprobó una reforma que llevaba el mínimo no imponible a 44 mil pesos y creaba impuestos al juego, a la renta financiera y a las viviendas ociosas. La media sanción de ese proyecto fue una sonora derrota, que el oficialismo tuvo que revertir a base de ceder fondos de recaudación.
El golpe inicial los llevó a reaccionar enfurecidos: el Presidente trató a Sergio Massa de “impostor” y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, dijo que era “la persona menos confiable del sistema político”. El martes pasado, tras presionar a los gobernadores con el recorte de obras públicas y ATN para 2017, el macrismo comenzó a torcer el destino del proyecto opositor. Allí se moderaron las críticas a Massa, que durante el fin de semana compartió sanguchitos y sushi con los funcionarios macristas en Tigre. Esa cena fue una de las múltiples reuniones que debió transpirar el grupo negociador que condujo el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
Inicialmente, el Gobierno se negó a conceder las exenciones que reclamaban los gremios del transporte. En un encuentro con el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, les adelantaron que no sería posible incluirlas en el proyecto. No obstante, luego del paro de ayer, finalmente cedieron a buena parte de esos planteos. Frigerio dijo públicamente que no entendía el motivo de esa medida de fuerza. En privado les reiteró: “Estamos en pleno diálogo y negociación. Lo vamos a sacar adelante entre todos. Eso quiere el Presidente”. En Balcarce 50, no obstante, reconocen que la llave del acuerdo fue eximir de Ganancias las horas extra, los días laborales y los feriados y los viáticos (estos últimos, con un tope). Esos eran los principales reclamos de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT).
Fumata amarilla
El encuentro con la CGT en el Ministerio de Trabajo duró desde las 13.30 hasta las 16.15. Estaba prevista una segunda reunión, en caso de que hiciera falta un cuarto intermedio, pero no fue necesaria. Luego del acuerdo, los integrantes del triunvirato que conduce la CGT fueron los primeros en hacer el anuncio. Héctor Daer advirtió que unos 400 mil trabajadores dejarán de pagar Ganancias el año próximo. “Se modifican las escalas. En la primera categoría, se va a pagar en vez del 9 el 5 por ciento del impuesto anual a las ganancias”, indicó.
El dirigente de la CGT aclaró que fue arduo sacarle cada conquista al macrismo. “Todo es duro porque cada cosa que se mueve para nosotros es dinero que le ingresa a los trabajadores y para el Gobierno es un costo fiscal”, sostuvo. En tanto, Juan Carlos Schmid destacó que va a haber una actualización anual en base al índice Ripte (Remuneración Imponible promedio de los trabajadores Estables). “Ahora hay una fórmula y todos los años se va a actualizar automáticamente el impuesto”, indicó.
En una conferencia de prensa posterior, estuvieron Frigerio, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y uno de los coordinadores del Gabinete, Mario Quintana. Sobre los impuestos que creaba la oposición, entre ellos a la minería y a la renta financiera, Frigerio indicó: “No van a estar presentes en la propuesta los impuestos distorsivos. Estamos dispuestos a buscar vías alternativas para financiar este enorme esfuerzo que hace la sociedad sobre este impuesto, que se había distorsionado tanto en los últimos años”. Al finalizar un acto, el ministro de Producción, Francisco Cabrera, advirtió que su posición era avanzar con el impuesto al juego. “Hay que ver si gano”, dijo.
“Después de una semana difícil, hoy estamos demostrando al mundo que la mayoría de la clase política argentina apuesta a la gobernabilidad y la seriedad y eso es importante para que se cristalicen las inversiones”, remarcó el ministro del Interior. “Más vale tarde que nunca. El diálogo apresurado y casi obligado de hoy se debió dar en el parlamento en su oportunidad. Se hubieran ahorrado insultos y agresiones”, les reprochó el ex gobernador de Córdoba José Manuel De la Sota.
Con sesiones
Quintana dio detalles sobre las deducciones, que fueron la clave del acuerdo de la CGT. “La intención es sostener la deducción por alquileres que nosotros planteamos en nuestro proyecto”, indicó. Sobre los días no laborables y feriados, dijo que “la intención es que el plus que reciben los trabajadores sea exento”. En tanto, para las horas extra advirtió que “la idea es que no modifiquen la escala sobre la que está tributando el impuesto”. “Con respecto a los viáticos, la intención es mantener lo que veníamos proponiendo en Cambiemos: contempla un tope de hasta 40 por ciento del mínimo no imponible como exención a los viáticos”, remarcó. Con el aguinaldo, indicó que se buscará una manera de que el descuento sea el mismo mes a mes.
Las expresiones que usó Quintana (“la idea”, “la intención”) denotaban que todavía les queda un trecho por recorrer. Pero los macristas sentía que ayer habían recuperado el manejo de la agenda: con el acuerdo con la CGT bajo el brazo, en el Gobierno descuentan que llegarán a aprobar el proyecto en ambas cámaras con la venia de los gobernadores. “Ahora rápidamente cerramos. Los gobernadores van a estar adentro”, se confiaban los negociadores.
Hoy habrá un encuentro con los 24 gobernadores para discutir el financiamiento y cómo se repartirá el costo fiscal. Ayer estaban haciendo los números y delineando la propuesta a los mandatarios provinciales. Seguido a esa reunión, en un calendario frenético, habría encuentros con los legisladores y el proyecto tendría dictamen hoy por la noche y sería tratado el miércoles en el Senado y el jueves en Diputados.
Fuente: Página 12