Urtubey habló en New York y sus palabras sonaron a provocación a Cristina Fernández: bromeó sobre el paradero del espía Stiuso en EEUU, calificó de setentista al discurso de Cristina en la ONU y habló de pagar a los fondos buitres. La más maravillosa música para el oído de los empresarios. (Gonzalo Teruel)

No fue su primera vez. Pero si la más importante. En Estados Unidos Juan Manuel Urtubey habló durante la semana al influyente Council of the Americas y sus palabras tuvieron inmediata repercusión allá y acá. “Manifestará la visión que tiene el candidato presidencial, Daniel Scioli, y todo su equipo económico para el país en los 4 años que vienen” había anticipado tímidamente el ministro de Gobierno, Juan Pablo Rodríguez.

En efecto, el mandatario salteño habló este viernes ante los empresarios, economistas, políticos y líderes de opinión que conforman el Consejo de las Américas y planteó “una visión optimista sobre Argentina y la región”. Según dijo, el país está “ante una inmejorable oportunidad para seguir creciendo” pero “debemos trabajar fuertemente para tener presencia regional e internacional”.

Estas palabras fueron seguidas con enorme atención porque fueron dichas no a título personal sino en nombre del muy posible próximo presidente argentino, Daniel Scioli.

Ultraliberales, hipercapitalistas

De acuerdo a sus propios documentos, el Consejo de las Américas es “una organización empresarial internacional cuyos miembros comparten un compromiso común con el desarrollo económico y social, los mercados abiertos, el estado de derecho y la democracia en todo el Hemisferio Occidental”. Está formado por las principales empresas internacionales y representa a un amplio espectro de sectores, como la banca y las finanzas, servicios de consultoría, productos de consumo, energía y minería, manufactura, medios de comunicación, la tecnología y el transporte. Y aunque nadie lo reconoce públicamente, es una creación del Departamento de Estado (la Cancillería de Estados Unidos) que opera a través de las embajadas yankees en los países latinoamericanos contactando líderes empresariales y políticos para promover las ideas (y acciones) del libre mercado en la región.

Una publicación del Centro Mandela de Estudios e Investigación Social detalla que el Council of the Americas fue creado en 1965 por el magnate David Rockefeller para agrupar a las más importantes empresas norteamericanas “basado en la creencia fundamental que los mercados libres y los emprendimientos privados ofrecen los medios más efectivos para lograr el crecimiento y la prosperidad económicos de la región”. “Se trata del más puro y rancio dogma liberal hípercapitalista, que supone que la libertad de comercio y la iniciativa privada constituyen el mejor medio para hacer desarrollar económica y socialmente a Hispanoamérica” puntualiza el texto del Centro Mandela y añade que “en los meses de julio y agosto de cada año, organiza en varias capitales de nuestros países jornadas de un día de duración con referentes políticos de cada país anfitrión: Santiago, Buenos Aires, Montevideo, Lima, Bogotá, San Pablo (…) en la segunda quincena del mes de setiembre de cada año, los presidentes de nuestros países son agasajados en la sede neoyorkina del Consejo, donde exponen sus consideraciones políticas y sus proyectos ante los representantes de las empresas que forman parte del organismo”.

La más maravillosa música…

En su disertación, Juan Manuel Urtubey planteó la necesidad de recuperar el financiamiento privado y aseguró que “hay que atraer inversores con ventajas impositivas y tributarias con claras reglas de juego” y ratificó lo que horas antes había dicho a la prensa: se debe pagar a los holdouts porque “no haber acordado nos terminó generando mayores problemas”.

Estas definiciones sacudieron la mañana del viernes. “Vine a New York a ver dónde está Stiuso” bromeó Urtubey y aseguró que “hay que pagarle a los fondos buitre”.

Sus palabras sonaron como una velada provocación a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que hace apenas una semana acusó ante la asamblea de Naciones Unidas y en la mismísima New York al gobierno de Estados Unidos de “proteger” al agente de inteligencia y de “conspirar” contra el proceso de desendeudamiento argentino.

En Salta y tan bien en Buenos Aires el interrogante quedó flotando en el aire ¿por qué a tan solo 20 días de las elecciones presidenciales un dirigente del oficialismo cuestiona el discurso sostenido contra viento y marea por el kirchnerismo en los últimos años? Una posible respuesta, tibia e intrascendente pero respuesta al fin, la entregó el ministro de Economía de Salta, Carlos Parodi. Palabras más, palabras menos, el funcionario de Urtubey explicó que “no hay contradicción entre la presidenta y el gobernador” porque “no dijo que hay que pagar a cualquier precio sino con una negociación seria”.

De eso se trata, de negociar y arreglar porque según analizó Urtubey “no haber acordado nos terminó generando mayores problemas”. Lo saben el salteño y su par bonaerense que, tal vez, lo mandó a decir lo que él todavía no puede o no quiere explicitar.

El sobrino del tío Sam

Juan Manuel Urtubey forma parte de la “mesa chica” del sciolismo y cobró en los últimos meses un enorme e innegable predicamento dentro de las filas del peronismo. Sus palabras nunca son inoportunas y no ponen en riesgo el futuro electoral de Scioli ni la relación entre el peronismo y el kirchnerismo que, por ahora, construyen una paz armada. Los kirchneristas no van a atacar a Urtuey ni a Scioli porque necesitan un triunfo en primera vuelta y con un porcentaje de votos bien inferior al 54% que obtuvo Cristina Kirchner en 2011 para mantener en alto la figura de la actual mandataria. Los peronistas lo aceptan para no gastar pólvora en chimangos pero son conscientes de que el 10 de diciembre encontrarán una economía con problemas y que van a necesitar plata fresca.

¿Dónde buscarla?, ¿a quién mandar a hacer las gestiones? Respuestas lógicas: a Estados Unidos, y a uno de los preferidos del Council of the Americas: el cada vez más influyente Juan Manuel Urtubey.