El falso abogado, Marcelo Sebastián D’Alessio, el fiscal Carlos Stornelli y el periodista de Clarín, Daniel Santoro, ya recibieron la acusación formal del Juez Ramos Padilla, como las tres patas de una asociación ilícita paraestatal durante el macrismo. 
El procesamiento también se hace extensivo a Pablo Pinamonti, funcionario de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante la gestión de Cambiemos, a cargo del «Proyecto AMBA». Pinamonti es un personaje clave porque era a quien respondía toda la estructura que tenía como vértice a D’Alessio.
Se trata de «la actividad de una organización paraestatal con fuertes vínculos con los tres poderes del Estado e incidencia en las instituciones democráticas mediante mecanismos de espionaje ilegal y pseudo mafiosos», fue lo que dijo Ramos Padilla en su resolución de 1125 páginas, que detalla más de 60 operaciones de inteligencia.
Las actividades de la banda de D’Alessio llegaban tan alto que incluso se incorporó dentro del procesamiento la inteligencia ilegal sobre el presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz. Entre los procesados, está además el compinche del falso abogado, Rolando Hugo Barreiro, y los dos fiscales que, formaban parte de esta estructura: Carlos Stornelli y Juan Ignacio Bidone.
El operador más importante del macrismo en Comodoro Py, Stornelli, tiene pedido de retención de pasaporte y una caución por 10 millones de pesos. Y se puso en conocimiento al Procurador Eduardo Casal del procesamiento como parte de una asociación ilícita paraestatal, de su subordinado. Idéntico procedimiento se llevó a cabo con la comisión bicameral que monitorea al Ministerio Público que encabeza el senador Martín Doñate. La situación de Stornelli será incluida en el orden del día de la comisión durante la próxima semana.
Ya en diciembre de 2019, Ramos Padilla procesó a Stornelli por siete casos, entre los que se contaban operaciones contra el exmarido de su actual pareja, Jorge Castañón. La actual ampliación del procesamiento suma aprietes contra Pablo Barreiro, el exsecretario de Cristina Fernández de Kirchner, con miras a involucrar a la expresidenta en la causa cuadernos.
La vinculación de Stornelli con D’Alessio comenzó en 2018, aunque el falso abogado tenía agendado al fiscal desde un año antes y hay pruebas suficientes para que el juez entienda que Stornelli sabía que D’Alessio era un agente de inteligencia.
“La cantidad y el alcance de los planes delictivos que llevó adelante esta asociación ilícita paraestatal, sus vínculos con la Agencia Federal de Inteligencia, miembros del Poder Judicial y/o del Ministerio Público Fiscal de la Nación y provinciales, con miembros de las fuerzas de seguridad e incluso con los medios de prensa, las características del armamento hallado, la acción de la organización en varias jurisdicciones del país y en el exterior, la posible participación o vinculación con agentes o ex agentes de alto rango de las fuerzas de seguridad, el consecuente apoyo, ayuda o dirección de funcionarios públicos al accionar ilícito de la organización investigada, entre otras circunstancias que se constataron en el desarrollo de los planes ilícitos descriptos, permite concluir que el accionar de esta organización puso en riesgo principios básicos e instituciones de orden constitucional de nuestro sistema democrático”, fueron las palabras de Ramos Padilla.
La causa está lista para ser elevada a juicio. Paralelamente se lleva a cabo la investigación del espionaje en la provincia de Buenos Aires, por el cual el juez ya indagó a las dos máximas autoridades de la AFI macrista, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani. Lo que se viene es la indagatoria a los máximos responsables de tres bases históricas de la AFI en la provincia: la de La Plata, la de Bahía Blanca y la de Mar del Plata, de donde surgió el espionaje a los familiares del ARA San Juan. Los presuntos implicados cada día más complicados.