Cada Primero de Mayo se celebra en casi todos los países del mundo el día internacional de los trabajadores. El historiador Carlos Fernando Abrahan hace un repaso sobre los principales hechos y su relación con Argentina y Salta.

El 1° de mayo nació como resultado de un movimiento ascendente de la clase obrera mundial. El impulso partió de los obreros de los Estados Unidos que organizaron y lucharon mediante paros contra los capitalistas que imponían largas jornada de trabajo y bajos salarios; un ejemplo fue la huelga nacional de los ferroviarios norteamericanos en 1877.

En medio de la crisis económica capitalista, los obreros norteamericanos continúan con la protesta exigiendo 8 horas de trabajo, y con esa exigencia se organizó una manifestación para el primero de mayo de 1886. La burguesía reprime y frente a la fuerza de la manifestación obrera encarceló a los principales dirigentes anarquistas en Chicago, condenados a muerte y luego ahorcados.

Esos dirigentes obreros asesinados, luego de juicios fraudulentos fueron: George Engel (tipógrafo), Adolph Fischer (periodista), Albert Parsons (periodista), August Spies (periodista) y Louis Lingg (carpintero). Ellos pasaron a la historia como “Los mártires de Chicago”.

Por las luchas señaladas y los “Mártires de Chicago” continuó la idea de un día de lucha obrera por las 8 horas de trabajo y luego distintos congresos socialistas resolvieron instituir el 1° de mayo como jornada de lucha y manifestación obrera en todas las ciudades de mundo a la vez; y fueron logrando paulatinamente la jornada de 8 horas en distintos países.

En nuestro país, la clase obrera concretó el primer 1° de mayo en Buenos Aires, Rosario de Santa Fe, Bahía Blanca y Chivilcoy en el año 1890, exigiendo las 8 horas de trabajo, la prohibición del trabajo de niños, del trabajo a destajo y el trabajo nocturno de las mujeres. Fueron actos políticos, de unidad de obreros anarquistas, socialistas y mazzinistas, con independencia de la clase obrera de las otras clases sociales.

En las primeras décadas del siglo XX, los 1° de mayo en Argentina fueron jornadas que mostraban crecimiento, lucha y organización de la clase obrera, frente a represiones por parte de los gobiernos conservadores y radicales. Con el peronismo, el 1° de mayo fue estatizado vaciándolo del contenido internacionalista, clasista, de combate. ¡Ahora lo importante era la “armonía” entre los empresarios y trabajadores! y el apoyo a dirigentes ajenos a los intereses de los trabajadores, conocidos como burocracia sindical.

Obviamente la provincia de Salta no es ajena a esta tradición de lucha obrera. Conocemos de oradores anarquistas y socialistas en los actos obreros salteños. Por ejemplo, el 1° de mayo de 1932 en Tartagal unos de los oradores Carlos Ocampo hace referencia a las ideas de Karl Marx y reivindica con fervor el internacionalismo obrero. Marx cuya obra, El Capital, se encuentra en la Biblioteca Popular de Salta desde antes de 1908.

Pero también un 1° de mayo de 1941, una asamblea en Salta reunida en el estadio del Cicles Box Club (esquina de Mitre y Necochea) fundó el gremio de la construcción. Su primera comisión directiva estuvo integrada por plomeros, albañiles, carpinteros, electricista, ladrilleros y pintores. Editaban “El Periódico del Obrero de la Construcción”, dirigido por el socialista Ramón Cardozo.

En la ciudad de Salta el 1° de mayo de 1969 se realizó un acto “relámpago” de la CGT Paseo Colón con la participación obreros, estudiantes y vecinos. El acto fue reprimido por la policía, se produjeron enfrentamientos y corridas en la Plaza 9 de Julio. Mientras, otros se reagruparon, y realizaron nuevos actos relámpagos. Estaría en la tónica de los mítines de esos 70’ revolucionarios.

En la Argentina actual los trabajadores ocupados, en general, se encuentran por peso numérico en el comercio, industria, servicios financieros, construcción, docencia, estatales, salud, transporte y servicios domésticos.

Hoy, los trabajadores son primera línea de fuego contra la pandemia y en la producción de mercancías para el resto sociedad. Los capitalistas y sus partidos, y los sindicalistas cómplices han degradado y pauperizado nuestras condiciones laborales, avanzando con el trabajo parcial, la precarización, el trabajo en negro y los contratos basura. El capitalismo ha aumentado a niveles terroríficos los trabajadores desocupados y pobres en todo el mundo.

El covid es la expresión de la devastación de la naturaleza por el capitalismo. La pandemia ha puesto de manifiesto la incompatibilidad entre la sociedad capitalista, de un lado, la vida y la salud de los trabajadores, del otro.  Hoy amplias fracciones y capas de los trabajadores enfrentan y luchan contra la presencialidad en pandemia y abren caminos a favor de una huelga general para que cierren escuelas y lugares de trabajo no esenciales.

Nosotros, los que vivimos de nuestro trabajo luchamos contra los patrones por aumento de salarios igual al costo de la canasta familiar, por mejores condiciones de trabajo, por nuestras vidas. Por estas y muchas reivindicaciones más: el primero mayo es una jornada obrera de lucha internacional contra el capital, en la perspectiva de la transformación revolucionaria de la sociedad.