En verano, las escuelas siguen enseñando. En este caso, a los chorros, que aprovechan la soledad de los establecimientos para aprender a robar sin ser atrapados. Las autoridades piden vigilancia.

María Graneros es la directora de la escuela Santa Teresita, uno de los establecimientos que sufrió robos en este receso veraniego. Ya son varias las voces que se alzaron solicitando una mayor vigilancia en los colegios durante el cese de actividades.

En El Tribuno, Graneros aseguró: «Compramos todas esas cosas con mucho sacrificio, esto no nos perjudica a nosotros sino a los niños, que se quedan sin elementos para poder aprender». Para asaltar el lugar, los maleantes ingresaron por los techos y evitaron las alarmas. Se llevaron un proyector, una netbook y un pendrive. Intentaron llevarse pizarras y otros objetos, pero los abandonaron sobre el techo durante el escape.

Hernán Martínez, ordenanza de la escuela, dijo: «Yo antes trabajaba como sereno y de noche podía ver cómo se juntaban grupos de jóvenes en la vereda de la escuela. No ingresaban porque sabían que siempre había alguien. Ahora ya no queda nadie y eso lo aprovechan para robar. También se suben a los techos para tomar o drogarse”.
Desde principios del año pasado, numerosos directivos de la ciudad de Güemes llevan adelante gestiones para que la Provincia realice el nombramiento de serenos. Hasta el momento no tuvieron ninguna respuesta. Cuando el ministro de Educación, Roberto Dib Ashur, visitó la escuela especial Julio Cintioni, evitó referirse al tema. Solo señaló: «Estamos dialogando con el 911 para intensificar los patrullajes».