Hace cuatro meses que el Ingenio San Isidro cerró sus puertas y la zafra ya inició. No hay posibles compradores y no cabe la posibilidad de expropiarlo, tal como plantea la izquierda. Hay complicaciones en la política económica del gobernador Urtubey y se destaca el silencio de la ministra Bibini tras fracasar las negociaciones. Aníbal Roldán

Parece ser un problema irresoluble. Las horas pasan y lo único claro es que continuará cerrado el Ingenio. Algunos pensaban que de la reunión entre Mauricio Macri y Juan Manuel Urtubey, emergería una solución, pero el salteño, en conferencia de prensa, no anunció nada concreto.

Negociaciones

En apariencia, Paula Bibini venía junto a Fernando Yarade siguiendo el tema muy de cerca. Por lo menos eso demostraban públicamente. Hasta hace poco la ministra declaraba que había once posibles compradores del ingenio. Yarade le seguía el juego. Hoy no aparecen por ningún lado. Y las negociaciones que entablaron fueron cayendo por una escalera descendente hasta el punto que asistimos: la nula posibilidad de venta o arrendamiento.

Si bien los funcionarios desde un principio habían aclarado que se trataba de una negociación entre privados, lo cierto es que cuando dialogaban con el periodismo dejaban por sentado que se llegaría a buen puerto. Nadie que hable sobre el tema hoy, puede afirmar algo en ese sentido; incluso el gobernador se mostró resignado ante la situación.

A finales de enero, cuando Juan Manuel Urtubey se reunía en Lima con el directorio del Grupo Gloria, no decía lo mismo. Más bien intentaba calmar las aguas diciendo que harían todo lo posible para que interviniera el Ministerio de Trabajo de la Nación, para resguardar a los obreros. Sin embargo, en sus últimas apariciones sólo se limitó a decir que la situación era “lamentable”.

Marcelo López Arias, al ser consultado, reconoció que el Gobierno tiene poca certidumbre sobre las decisiones de la empresa que no termina de decidir, o al menos comunicar oficialmente, qué hará. Lo dicho por el ministro no hace otra cosa que confirmar que la empresa nunca estuvo influenciada por la provincia sino que todo fue a la inversa.

Buscando la manera

En una reunión realizada en el despacho de presidencia de la Cámara de Diputados, se informó el fracaso de la operación de venta. Fue una reunión de urgencia y al finalizar la misma, Manuel Santiago Godoy declaró a la prensa: “Es una decisión política que debe tomarse en conjunto. Por lo pronto supe que Marcelo López Arias estuvo haciendo el esfuerzo de acercar a gente que quería arrendar pero no hay avances”, dijo Godoy y contó que mediante un mensaje de texto se comunicó con el gerente del Grupo Gloria pero no tuvo ninguna novedad.

Además, comentó que se encuentra analizando junto a Fernando Yarade, jefe de Gabinete de la Provincia, minuto a minuto el tema. “La situación es grave se están venciendo los plazos de la cosecha de la caña”, reconoció. También reiteró que es imposible llevar adelante la expropiación propuesta por el PO —y apoyada por el diputado Germán Rallé— puesto que “hay que pagar, luego hay que iniciar juicio, y seguidamente hay que tomar posesión”.

Godoy indicó que una posibilidad es que Nación “ponga su granito de arena” pero a la vez consideró difícil que eso ocurra. “Estamos buscando la manera. Hay que hacer un esfuerzo entre todos. La semana que entra es importante porque los que tienen la caña para vender al ingenio, ya la están ofreciendo”.

No es oro

El Grupo Gloria, quien posee una subsidiaria llamada  Corporación Azucarera del Perú S.A —dueña del 60% del paquete accionario del ingenio San Isidro—, desde el 2011 desarrolla actividades azucareras en Campo Santo. En los últimos años, según dicen sus CEO´s, las pérdidas del Ingenio fueron millonarias y consideran que deben retirarse de la provincia.

En la reunión con Urtubey y Yarade, el gerente general de Gloria,  Carlos Montalvo, dijo que se van por tres motivos: 1) la caída del precio del azúcar a nivel mundial; 2) el cambio desfavorable en la Argentina y, 3) el clásico costo laboral. En el encuentro además aclararon que estaban dispuestos a discutir su rentabilidad y que, no obstante, su posición de retirarse era indeclinable.

El Grupo Gloria tiene negocios en Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador, Argentina y Puerto Rico. Su actividad abarca los sectores de lácteos y alimentos, en cemento, papeles, agroindustria, transporte y servicios.

A la hora de ver su historial aparecen casos que manchan su imagen sobre todo en relación al cumplimiento de las condiciones laborales: ha atravesado una serie de conflictos gremiales, puesto que en reiteradas oportunidades fue blanco de denuncias. Esos conflictos han incluido paros y represión por parte de la Policía salteña en varias ocasiones. Uno de ellos tuvo que ver con el incumplimiento de los acuerdos que estipula la Argentina en los Convenios Colectivos de Trabajo, como el pase a planta permanente de trabajadores con más de doce meses, elementos de higiene, protección y seguridad, entre otros reclamos fundamentales.

Varios sectores sociales, políticos y sindicales se manifestaron y solidarizaron públicamente con los trabajadores del ingenio San Isidro, quienes sostienen que el ingenio no da pérdidas. Lo mismo afirmaron gerentes de la empresa cuando visitaron el despacho de Manuel Santiago “Indio” Godoy.

El Grupo Gloria usufructúa el uso de la caña de azúcar, base de la economía de Salta y uno de los cultivos industriales más desarrollados del país.

Paro

Tras una asamblea en la que se analizó la situación límite, los obreros del Ingenio San Isidro decidieron iniciar un plan de lucha sin límite de tiempo “salvo el que implique la recuperación de nuestras fuentes de trabajo”.

En ese sentido, convocaron al paro provincial y una movilización el martes a la Cámara de Diputados para que se trate el proyecto de expropiación presentado por el PO en diputados, y el cual de antemano fue rechazado ampliamente por el oficialismo. .

“La actitud del Grupo Gloria no solamente afecta a nuestros afiliados, sino a la población en general de toda una región: obreros y empleados sin fuente de ingresos, pequeños y medianos comerciantes que no venden, prestadores de servicios que pierden sus clientes habituales”, dijo Mariano Cuenca.

“Nuestra propuesta es la expropiación del ingenio San Isidro ante la ausencia de compradores privados que por distintas razones no han aparecido todavía”, agregó el sindicalista quien en estuvo el martes por la cámara de diputados.

En Diputados, seguramente, el bloque de la izquierda colocará el tema aunque pocos se animan a afirmar que será tenido en cuenta.

Para cerrar bien vale recordar lo dicho por el gobernador Urtubey, quien en declaraciones a la prensa como relator oficial, dijo que: “Hemos estado permanentemente cerca de aquellos que estaban interesados pero lamentablemente no se pusieron de acuerdo”.