La devaluación implícita en la cotización minorista fue del 42%; el mayorista cerró a $ 13,38; el BCRA no intervino y avaló los precios; se espera el aporte de las cerealeras.

El Gobierno convalidó ayer una devaluación del peso del 36% contra el dólar mayorista, al dejar el Banco Central (BCRA) que el mercado opere libremente la divisa, aunque con los inconvenientes lógicos que provocó el cambio de sistema tras poco más de cuatro años de vigencia del cepo, un cerrojo que que se fue perfeccionando hasta lograr que el tipo de cambio oficial no fuera referencia para buena parte de la actividad económica.

La cotización mayorista de la divisa para la venta, que había cerrado a $ 9,8275 anteayer, escaló hasta $ 14 en la víspera, antes de volver sobre sus pasos y cerrar a un nivel promedio de $ 13,38. A nivel minorista, el salto se amplió al 42%, ya que el cierre vendedor fue de $ 13,95 en bancos y casas de cambio. Sin embargo, el escaso nivel de transacciones efectivizadas (hubo negocios por apenas US$ 125 millones, monto 46% inferior al operado en el último día del cepo) puso algo reacios a los operadores de tomar esos valores como una referencia definitiva.

Por eso se supone que el clima de incertidumbre, aunque en descenso, se extenderá algunos días más, hasta que un aumento significativo en el nivel de operaciones permita concluir que los precios resultaron avalados por el mercado, algo crucial para destrabar la actividad económica.

La primera versión del anunciado ajuste cambiario pareció así desilusionar a quienes, en las últimas jornadas, habían especulado con una depreciación mayor. Y dio lugar a variadas interpretaciones vinculadas con un intento oficial por moderarla para evitar un impacto inflacionario que pudiera impedirle al Gobierno avanzar en la segunda etapa de su plan: el pacto económico y social que buscará sellar en enero para estabilizar expectativas.

No obstante, quienes mejor conocen el funcionamiento del mercado prevén que la situación se irá regularizando con el correr de los días, especialmente desde el lunes, cuando aparezca la oferta de las exportadoras cerealeras.

La presencia de estos actores es crucial en la apuesta oficialista. El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, dijo anteayer que contaban con un compromiso para que liquiden «US$ 400 millones por día» en las próximas tres semanas. Eso no ocurrió ayer, lo que llevó al BCRA a avisar en un comunicado -difundido apenas cerraron las operaciones y para informar los precios- que el mercado había cerrado «con ofertas abiertas por US$ 304 millones para mañana» (por hoy).

El aporte cerealero

La demora en el ingreso obedecería a que apenas ayer estas empresas comenzaron a demandar a bancos y matrices del exterior los créditos para prefinanciar las futuras exportaciones. «No te olvides que pese a que todos sabíamos que esto iba a pasar, no sabíamos cuándo», confiaron en una empresa del sector.

Y porque, pese a haber tanteado para comprar los granos acopiados, se encontraron con productores aún cautos para vender hasta ver «en qué nivel se estabiliza el dólar», dato que pareció corroborado por un bajo nivel de operaciones en la plaza granaria, pese a mejoras en los precios para trigo y maíz (la soja bajó). «Cuando el productor vea que la liquidación de divisas aparece, va a vender y la rueda comenzará a girar, porque no querrá correr el riesgo de vender tarde lo que tiene guardado», interpretan.

Los negocios a nivel minorista fueron mínimos por la demora de bancos y agencias de cambio en la readaptación de sistemas. Sólo la AFIP aclaró desde temprano en su página que ya no se necesitaba tramitar autorizaciones para comprar divisas.

Eso no impidió dejar a la vista que, esta vez y contra lo que algunos podían temer, no hubo colas de compradores ansiosos. «Es una buena señal», celebró el economista y ex jefe del BCRA, Mario Blejer. Igual interpretación hizo el ministro Prat-Gay: «No hubo casi ventas en el mercado minorista. La única plaza activa fue la mayorista, y no hubo compradores porque las empresas están sobrecompradas» (ver aparte).

El ajuste cambiario aún no logró detener la sangría de reservas, aunque sirvió para atenuarla significativamente. El BCRA anoche declaró una pérdida de apenas US$ 14 millones, monto que implica el 10% de la caída diaria de US$ 147 millones que promediaba en diciembre.

fuente: La Nación