La  Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (AMJA) impulsa la campaña Más Mujeres más Justicia que tiene como objetivo promover el acceso de las mujeres a puestos de decisión en la Justicia.

Si bien la campaña pretende una modificación estructural en la composición de la Justicia, su primer tramo se desarrolla en un contexto de emergencia: la renovación de múltiples cargos de decisión en la Justicia y en particular la cobertura de las vacantes en la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

La posibilidad concreta de que la vacante de la recientemente fallecida Dra. Carmen María Argibay, gran defensora de los derechos de la mujer, sea ocupada por un varón constituye un paso atrás en el camino hacia la igualdad.

Un derecho ya consagrado que debe concretarse.

La necesidad de asegurar la presencia de mujeres en los órganos de máxima decisión de la Justicia pareciera no estar presente en la agenda pública.  La idea de que más mujeres deben integrar los órganos de gobierno, no es simplemente una expresión de deseo, sino que constituye un compromiso asumido por el Estado Argentino en su Constitución y en normas legales que se reflejaron en diversos ámbitos públicos en los últimos 20 años. Sin embargo, son muy pocas las mujeres que hoy en día acceden a cargos jerárquicos dentro del Poder Judicial Argentino.

A nivel regional el Mapa de Género de la Justicia exhibe un panorama poco alentador: de 9 países que integran el registro, Argentina queda en el 8vo. y 9no. puesto en los cargos de camarista y jueza, respectivamente.

En una sociedad que se sustenta sobre los principios de igualdad y democracia, la participación de las mujeres en la vida pública no es un hecho discrecional sino constitutivo, ya que la calidad de la democracia se ve fortalecida cuando la integración de la Justicia refleja la diversidad existente en la sociedad.

MÁS MUJERES EN LOS MÁS ALTOS CARGOS.

La situación de acceso a la mujer en el Máximo Tribunal.

La incorporación de mujeres en puestos de máxima jerarquía judicial permite que la institución sea percibida como justa y representativa; y contribuye a desafiar el estereotipo social de que esos puestos sólo pueden ser ocupados por varones.

Sin embargo, las mujeres están teniendo grandes dificultades para acceder a los espacios de decisión en las cortes o superiores tribunales y en las cámaras.

En el caso de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, pese a la indicación del decreto 222/2003 de tener presente la “diversidad de género” en su composición, las propuestas realizadas hasta ahora no tienen en absoluta consideración que conforme a esa disposición y las obligaciones internacionales asumidas por el Estado deberían proponerse mujeres prioritariamente.

En caso de llegar a concretarse, el reemplazo por un varón, significaría además, un retroceso notable para la equidad de género en el alto tribunal y un empobrecimiento de la representatividad democrática.

En efecto, la integración de las mujeres juezas al mundo del derecho ha introducido importantísimos cambios en el sistema jurídico. En Argentina, la creación de Oficinas de la Mujer y de Violencia Doméstica, tanto en la Corte Suprema de Justicia como en el resto del país, y las políticas de género impulsadas desde estos espacios, son sólo algunos claros ejemplos de este gran avance en materia judicial. Es necesario avanzar con firmeza en esta política, sin dar pasos hacia atrás.

Fuente: Diario femenino