La Auditoría publicó un informe sobre el programa Remediar, que depende del Ministerio de Salud de la Nación y reparte medicamentos en los Centros de Salud de todo el país. En Salta, el estudio arrojó falta de medicamentos, remedios vencidos, personal sin capacitación y otras fallas que deberán ser corregidas. (Aníbal Roldán)

La auditoría del Programa Remediar en Salta fue publicada el 4 de junio de 2015. El informe abarca el año 2013 y se realizó entre abril y mayo de 2014. Se auditaron 19 distintos Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) de la provincia: seis de Rosario de la Frontera, cinco de Metán y ocho de Salta Capital. El informe expone una síntesis de las principales observaciones detectadas como resultado de la labor de la Auditoria General de la Provincia.

El Programa Remediar depende del Ministerio de Salud de la Nación. Está enmarcado en la Política Nacional de Medicamentos y define sus acciones sobre las cuatro fases del ciclo de gestión: selección, aprovisionamiento, distribución y uso de los medicamentos, con el fin de asegurar el acceso en el Sistema Público de Salud.

El programa se propone fortalecer la capacidad resolutiva del primer nivel de atención, promoviendo la estrategia de atención primaria de la salud y el uso racional de medicamentos. También busca consolidar un sistema federal de abastecimiento y brindar cobertura farmacológica directa y gratuita a más de quince millones de argentinos en todo el territorio nacional.

Los de Salta

Los CAPS de la ciudad que fueron auditados para este informe fueron ocho, todos de la zona sur.

En el CAPS Nº 10.440, de la zona de Cofruthos, el espacio físico destinado al resguardo de los medicamentos era de escasas dimensiones. Los productos estaban almacenados en armarios sin llave y en el mismo espacio en donde se realizaba la atención de los pacientes. La medicación vencida, que se encontraba perfectamente identificada y separada del resto, no era retirada por la empresa encargada para la recolección y procesamiento, desde hacía varios meses atrás.

En el Nº 9.046, de barrio El Tribuno, el depósito y almacenamiento de los medicamentos del Programa Remediar no se realizaba respetando algún criterio básico de modalidad de uso (oral, parental y de uso externo) ni alfabético. Por su parte, el de San Remo presentaba botiquines sin abrir, algo que se consideró de un alto riesgo, ya que los medicamentos incluidos en esos botiquines se exponían al riesgo de vencimiento y del incumplimiento de la normativa referida a la gestión de los insumos sanitarios, administración del stock, clearing y la dispensa a los pacientes.

El CAPS Nº 3.241, de Santa Ana, presentaba excedentes de ciertos medicamentos y faltantes de otros. El informe explica que se debe a una ausencia de planificación en cuanto a la composición y cantidades de medicamentos incluidos en los botiquines, algo que puede dificultar la operatividad del Programa. En cuanto a los sobrantes, corren el riesgo de vencerse.

En el Centro de Salud de Limache, el formulario B-1 no se utilizaba, si bien el encargado realizaba un control con método y registro propio. Tampoco se contaba con el Formulario C (clearing). La causa de esto, para la Auditoría, provenía de la falta de envíos de formularios requeridos por el programa, además de falta de capacitación del personal responsable. Como consecuencia, se dificultaban las tareas de control.

El CAPS Nº 9.056, Fª San Luis, no contaba con el formulario de Clearing, ni con lugar suficiente para lograr espacios entre lotes de medicamentos, imposibilitando la adecuada ventilación. Existían medicamentos vencidos. Se debe a que la Unidad de Gestión Provincial no proveía la totalidad de los formularios requeridos por el programa y había una ausencia de planificación en cuanto a los tipos y cantidades de medicamentos incluidos en los botiquines, dificultando el control que permitiría redistribuir los excedentes o solicitar faltantes.

El interior

El informe revela distintas fallas en los Centros de Salud auditados. Las observaciones son calificadas como de riesgo bajo, medio o alto y engloban problemáticas menores y otras graves y preocupantes, como el vencimiento de los medicamentos.

En el Centro Nº 9.025, de Rosario de la Frontera se encontraban botiquines sin abrir. Los medicamentos incluidos corren el riesgo de vencerse. En el mismo lugar, se comprobó que el personal no estaba lo suficientemente capacitado.

El Nº 10.819, también de Rosario de la Frontera, faltaba personal para la operatividad del programa y en los últimos tres años no se había realizado capacitación alguna a los que ya se encontraban trabajando allí. En ese lugar no confeccionaban regularmente el Formulario de Registro Diario de Consumo de Medicamentos, un trámite fundamental para que el Centro efectúe el registro periódico de los consumos y facilitar la tarea del control de stock. Tampoco contaban con el Formulario de registro de baja de medicamentos y se presentaban faltantes de medicamentos y medicación vencida, sin identificación.

En el Centro de Salud Nº 10.284, Ramón Abdala, de Rosario de la Frontera, durante los últimos años no se realizó capacitación alguna al personal responsable del Programa. Con frecuencia se dispensaban medicamentos a pacientes que se presentaban con recetas de otros centros de salud y del hospital de la zona. Además, los medicamentos eran almacenados en el mismo espacio en donde se realizaba la atención de los pacientes y eran de libre acceso. También había faltante de medicamentos y algunos excedentes de otros.

En el Centro de Salud Nº 9.800, El Potrero (Rosario de la Frontera) no se pudo verificar la firma de los remitos de recepción de los botiquines entregados, por parte del responsable. Tampoco se pudo verificar el archivo adecuado de la documentación necesaria y requerida por el Programa, atento a que la responsable del área se encontraba de licencia, y el personal entrevistado no pudo aportar certeza alguna sobre dicha documentación. A su vez, no se pudo verificar la coincidencia de stock físico existente con el informado en los formularios. También faltaban medicamentos.

El Centro 9.026, José Iriarte, de Rosario de la Frontera, no contaba con afiches, ni publicidad del programa Remediar a la hora de ser auditado. El espacio físico destinado al resguardo de los medicamentos era de escasas dimensiones y evidenciaba signos de humedad en paredes y techo. Durante el control de stock se hallaron medicamentos vencidos entre los acopiados para la entrega al público.

Para los auditores, esto era de un alto riesgo, ya que se podía desencadenar un posible deterioro y pérdida de la medicación del Programa por efecto de la humedad, como así también posibles errores en el despacho de la medicación ya que se podrían incluir en entregas de medicación vencida.

En el CAPS 10.259, 12 de Octubre, de Metán, se observó la existencia de medicamentos vencidos; los responsables aludieron que se trataban de medicamentos enviados en exceso. Además, las bajas de medicamentos no se hacían a través del Formulario de registro de baja.

El Centro Nº 10.255, también de Metán, no presentaba personal capacitado. Se observaba la existencia de medicamentos vencidos. Los responsables del CAPS aludían que se trataba de medicamentos que no tuvieron salida por la falta de profesionales médicos que los prescribieran. En ese lugar, los Formularios exigidos por el Programa no eran llevados en forma completa y correcta.

El 10.272, Dr. Joaquín Díaz de Bedoya, de Río Piedras, en Metán, no contaba con afiches ni publicidad del programa Remediar, por lo que la gente no podía informarse correctamente. Tampoco se archivaban los talones de las recetas, algo que dificulta el control. Al momento del trabajo de campo, existían medicamentos vencidos.

El CAPS  09794, Hospital San Francisco Solano, ubicado en El Galpón, presentaba humedad en las paredes y el techo del espacio destinado al resguardo de los medicamentos, que así corrían serios riesgos. Se comprobó que no se realizaba periódicamente el control de stock de los medicamentos del Programa. Había faltantes y excedentes.