Los pueblos Lule, Atacama, Tastil, Iogis, y Weenhayek buscan desde hace tiempo ser reconocidos oficialmente con la modificación de un artículo de la Ley N°7121. Qué interés se esconde detrás de su no inclusión. (Por Andrea Sztychmasjter)

La situación reviste una contradicción en sí misma, los cinco pueblos que piden ser incorporados ya cuentan con el reconocimiento histórico no así con el reconocimiento oficial; esto representa una contradicción histórica para los pueblos. Es que detrás del mero trámite administrativo que los colocaría como reconocidos se evidencia una ausencia de políticas de estados en una de las provincias con mayor cantidad de pueblos indígenas.

La modificación para que sean reconocidos consiste en la sustitución del artículo 5 de la Ley por otro que explicite la cantidad de pueblos originarios reconocidos por la provincia y con derecho a representatividad en el Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta (IPPIS). La iniciativa que tiene origen en la Cámara alta por parte del Senador Walter Cruz -y que ya posee la media sanción- propone llevar de nueve a catorce las comunidades reconocidas oficialmente. Específicamente se trata del Proyecto de Modificación de la Ley Provincial N° 7121 (expediente N° 90-27.215/18).

Actualmente están reconocidas las etnias: Kolla, Diaguita, Wichí, Chorote, Chané, Chulupí, Guaraní, Toba y Tapiete.

A más de un año de la media sanción y ante una posible pérdida de su condición, integrantes de los pueblos solicitan su tratamiento de manera inmediata en la Cámara de Diputados para que no pierda estado parlamentario.

Intereses sobre la tierra

Detrás de esta aun negativa de reconocimiento se vislumbran intereses que tiene que ver con sendos negocios que involucran las tierras donde estas comunidades viven. El pueblo Atacama se encuentra sobre el litio, Los Tastil donde se intenta presentar un proyecto similar a la Quebrada de Humahuaca y los Weenhayek sobre una posible reserva de petróleo, por nombrar solo algunos ejemplos.

Las dos localidades con mayor nivel de extranjerización del país son salteñas. Se trata de San Carlos, un área declarada «lugar histórico nacional» en los Valles Calchaquíes (con el 58% de su territorio extranjerizado) y el departamento de Molinos (con el 57% de extranjerización)

El referente de la nación Atacama Alfredo, comentó a este medio que su territorio comprende los departamentos de La Poma y Los Andes y se encuentra conformado por una red de 10 comunidades y cerca de 600 familias. Se dedican al cultivo de la papa, maíz y haba, a la ganadería y a la artesanía, y señaló que actualmente se encuentran iniciados en la capacitación del turismo comunitario en la zona. El lugar es además rico en litio por lo que sus pobladores se han tenido que enfrentar a las instalaciones de empresas internacionales interesadas en explorar la zona. Para Alfredo “existe una falta de voluntad” que atrasa la aprobación de esta ley, más allá de los intereses sobre los territorios “Queremos que se respete el convenio 169 y la consulta previa libre e informada”, describió.

Este pueblo que tiene presencia en tres países de Latinoamérica se encuentra en proceso de recuperación de su propia lengua, la Kumza, que por los registros se cree podría ser una lengua polisintética.

Los distintos

La Comunidad Aborigen El Quebracho Kyelhyuktaj- Km 5 Ruta 86 está ubicada a 5 kilómetros de Tartagal y enfrenta problemas de ocupación de la tierra. Otra comunidad ubicada en Tartagal es la Comunidad Aborigen Sachapera 2 Weenhayeck. La Comunidad Gallardo Weenhayek y la Comunidad Marquez – Pueblo Weenhayek se hallan en Embarcación.

El año pasado las comunidades del Pueblo Weenhayek Kyelhyuktaj (El Quebracho) y O Ka Pukie (La Troja), informaron a través de un comunicado que un sereno de la finca de la empresaria María Monserrat les advirtió que debían dejar sus casas y salir del territorio porque de lo contrario, serían desalojadas por la fuerza, con ayuda de la Policía. Sin embargo, no les exhibieron ninguna orden judicial.

Encubrimiento no descubrimiento

“Existe un gran desconocimiento sobre los pueblos en Salta, en el libro de primaria de cuarto grado nos enseñaban en tiempo pasado, como si no estuvieran, que los pueblos eran tales y que estaban muertos. Hay una historia oficial que hizo que se invisibilice la presencia de otros pueblos en Salta y solo estén los que fueron colaboradores de la conquista o los que han sido aliados o aquellos que fueron enemigos acérrimos y que han sido vencidos y representa un orgullo haberles ganado, el resto no merecía la atención del conquistador y eso se trasladó a la escuela”, comentó David Torres del pueblo Lule.

Este desconocimiento, señala Torres, coloca a la provincia en un estado de mucho retraso en materia de reclamos en defensa de derechos. Ésta es quizás una de las respuestas a por qué en la provincia con mayor cantidad de “etnias” le cuesta a través de sus legisladores aprobar una ley de inclusión indígena de primaria importancia.

La historia la cuentan los que “ganan” dice una frase popular, aunque en el encubrimiento de América sea difícil darle el premio de vencedores a los españoles, esta historia como recuerda un Lule, sirvió para borrar otra parte: “En una reunión que mantuvimos nos preguntaron si nosotros veníamos de Tucumán”, refleja Torres que describe que los Lule habitaron desde el sur del Pilcomayo al sur de Santiago del estero.

“En una zona de Tucumán existió San Isidro de Lule como reducción, donde se llevaban los hermanos de Salta a esos lugares de Tucumán donde eran repartidos como mano de obra a estancieros, después de haberlos educado bajo el mando de la iglesia con las costumbres occidentales. La iglesia los occidentalizaban y los ponían al servicio de los terratenientes de la zona; eso se convirtió para la historia oficial como el origen de los Lule y en realidad había una fábrica de mano de obra, no tan solo los tenían presos. Que a eso nos pondere como el origen nuestro es casi un insulto”, retrató.

Celestino presidente de la comunidad Iogis de Tartagal  comentó: “Queremos que se trate en la Cámara de diputados porque estamos hace mucho con este pedido. En este momento me encuentro en el territorio levantando firmas para avalar este pedido”, consignó.

Mientras que Victor Cruz representante del pueblo Tastil señaló que la inclusión de los pueblos significaría una muestra de que las políticas públicas tan nombradas por políticos y académicos deje de ser papel pintado. El pueblo Tastil está compuesto por 14 comunidades ubicados sobre la ruta 51 a lo largo y ancho de la Quebrada del toro. Según detalló Cruz es un pueblo con territorialidad muy dispersa: “La comunidad más alejada de Campo Quijano está a 160km hacia el oeste estamos con el pueblo Lule y hacia el este con Potrero de Payogasta y la Poma”, señaló. Se dedican a la ganadería y a la agricultura de cultivo como el choclo capia y variedades de frutas como pera, uva, durazno y manzana. “Al no tener participación a nosotros en vez de defendernos no nos reconocen. Por eso nos sumamos para ser parte de este reconocimiento y así poder trabajar en conjunto con los 14 pueblos.”, mencionó.

 

Si querés acompañar este pedido podés hacerlo con tu firma a través del siguiente link:

 https://www.change.org/p/esteban-amat-lacroix-presidente-de-la-camara-de-diputados-de-la-provincia-de-salta-argentina-ley-7121-reconocimiento-de-los-pueblos-ind%C3%ADgenas-lule-atacama-tastil-iogis-y-weenhayek?utm_content=cl_sharecopy_28295056_es-AR%3A0&recruiter=201322901&utm_source=share_petition&utm_medium=copylink&utm_campaign=share_petition