En Buenos Aires, la división de delitos informáticos advierte que se han detectado fraudes con la conocida aplicación Uber. Un par de avivados se aprovechan de las clientas.

El fraude tiene como objetivo el aprovecharse de víctimas de sexo femenino mediante una aplicación que ocupa el lugar de la ahora tan utilizada Uber, una plataforma para conseguir remises que funciona mejor que pegar el grito en plena calle.

Las primeras sospechas fueron levantadas por usuarias que advirtieron que en la página de inscripción al servicio pedían las medidas y una foto de cuerpo entero. Era extraño también que en la opción de estado civil aparecieran, además de las posibilidades de soltera y casada, las de “casada tramposa”, “novia insatisfecha”, “amiga con beneficios” y “señora mayor que te ordeña”.

Pese a lo que cualquier persona pudiera imaginar, las víctimas que no se percataron de estas inconsistencias y pidieron el servicio no tardaron en presentar las denuncias correspondientes.

Alejandra G. de Villa del Parque aseguró que el conductor manejó todo el viaje con una sola mano y que jadeaba constantemente, sobre todo en los lomos de burro. Al principio eso no le resultó sospechoso, sino hasta que vio cómo el hombre “sacaba una crema de la guantera, luego unos pañuelitos”.

Por su parte, Doña Matilde, viuda de M. confesó que eligió la opción señora mayor que te ordeña, pero que “creía que era otra cosa” y que se horrorizó cuando el conductor le pidió que le agarrara “la palanca”. Sin embargo, afirmó que volvería a usar el servicio, “más allá de que era un degenerado, manejaba mejor que la mayoría de los taxistas de Buenos Aires” afirmó.