Persecución laboral, hostigamiento a mujeres, denuncias en la OVIF y desaparición de drogas se entremezclan en la veterinaria pública que, hasta hace poco más de dos años, atendía las 24 horas los 365 días del año y aspiraba a ser un centro modelo en el país.

 

“Lo que pido es que deje de hostigarme y maltratarme, que se abstenga de ejercer cualquier acto de violencia hacia mi persona; quiero trabajar tranquila”, rogó en la Oficina de Violencia Familiar y de Género (OVIF) del Polo Integral de Mujeres una empleada de la Municipalidad de Salta.

El destinatario de la denuncia, radicada en diciembre pasado, es el subsecretario de Bienestar Animal de la comuna y director del Hospital Público de Mascotas, Luciano Simkin

Según contó la mujer, de nombre María, fue la misma subsecretaria de la Mujer de la Municipalidad, Gabriela Gaspar, la que le aconsejó acercarse hasta la OVIF a radicar la denuncia. “Mis compañeros temen denunciar por represalias, y yo también tengo miedo. Pero trabajar así, en ese ambiente tan hostil es insostenible”, sostuvo.

La historia de María y el Hospital del Terror comenzó a fines de 2019, con la nueva gestión. Llegó para realizar tareas administrativas y, como suele suceder, todo marchó sobre ruedas al principio. Pero, luego de unos meses, empezó a sentir que el director del hospital, hacía “diferencias” entre el personal masculino y el femenino.

“Simkin descalificaba permanentemente mi trabajo y el de compañeras mujeres; nos decía frases como ‘sos una inservible, tu trabajo es insulso´, contó la empleada en su denuncia y recalcó que su trato es “autoritario, con abuso de poder” y que les dice frases como “yo soy el jefe”, “aquí el que manda soy” y “se hace lo que yo digo”

Al igual que María, una médica veterinaria del área de Zoonosis de la Municipalidad aseguró que el maltrato de su colega y jefe Simkin es permanente, tornando el ambiente de trabajo en algo insostenible. “Varias personas presentaron quejas al Secretario de Protección Ciudadana, Jorge Altamirano, pero hizo caso omiso”, narró la médica de animales para luego señalar que “tenemos compañeras que se piden licencia por stress laboral”.

A ello debe sumarse la falta de materiales descartables, la escasez de personal (dos veterinarios renunciaron, otro se enfermó por el sobreesfuerzo por la cantidad de cirugías que realizan y otro pidió el traslado)

La Muni sí investigó, pero….

La denuncia de María –contra Simkin y su secretaria- sí fue objeto de una investigación interna en la Municipalidad y, como resultado de ello, la Procuración General dictó la Resolución 32/22 en la que ordenó se realice un sumario administrativo a la empleada, mientras que a Simkin lo dejó sin sanción.

Para justificar lo injustificable, en sus considerandos, el Procurador explicó que “existiendo denuncias por supuesta violencia laboral en contra del Subsecretario de Bienestar Animal M.V Luciano Simkin y la administrativa Mabel Rivero, cabe tener presente que con respecto Luciano Simkin, por su condición de Funcionario Público y revistar la categoría de Estamento Político y no de planta permanente en esta Municipalidad de Salta, se encontraría fuera del ámbito de aplicación del Dcto No 0842/10, el cual regula el procedimiento de investigación sumarial ya que el art 1 del Dcto No 0842/10 establece que: “El Reglamento de Investigaciones Administrativas se aplicará a los agentes o funcionarios públicos de la Municipalidad de Salta pertenecientes a la planta permanente…”; caso contrario reviste la situación laboral de la administrativa Rivero, quien sí es personal de planta permanente en esta Municipalidad de Salta razón por la cual si corresponde aplicarle el procedimiento de investigación sumarial del Dcto No 0842/10”.

En resumen, por ser funcionario, a Simkin no se le abrirá un sumario, como tampoco se hizo cuando “desaparecieron” 150 dosis de una droga que se emplea para dormir a los animales antes de las cirugías y que estaban a su cargo.

En su denuncia en la OVIF, María se explayó sobre este hecho al contar que “el 1 de noviembre se perdieron unos psicotrópicos para dormir a los animales que estaban a cargo de él y me hizo responsable a mí junto a otra compañera”

La misteriosa desaparición de las drogas a cargo de Luciano Simkin (en su carácter de autoridad del área) fue confirmada por distintas fuentes que, además, calificaron el hecho como gravísimo.

Residuos patológicos

Como cualquier hospital, el de mascotas genera residuos patológicos -como sangre, productos sanguíneos, cultivos y cepas de agentes infecciosos- por lo que su descarte se debe realizar siguiendo la ley de residuos peligrosos.

Sin embargo, no sería el caso del Hospital de Mascotas. La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Provincia, en noviembre pasado, intimó a la Municipalidad de Salta para que en un plazo de 15 días regularice el descarte de patógenos.

Según confirmó personal del Hospital, hasta el momento esto no sucedió y los residuos serían eliminados en bolsas negras, como cualquier basura de la ciudad. El personal de Agrotécnica Fueguina -la empresa contratada por la ciudad para la recolección de residuos-también se habría quejado por ello.

Así las cosas, del Hospital Público de Mascotas, aquel que fue gestado por el ex intendente Gustavo Sáenz para atender a “los que no tienen voz” y que pretendía convertirse en una veterinaria modelo para todo el país, queda poco y nada.

Desde diciembre de 2019 cambió su nombre a Hospital Municipal de Salud Animal y la intendenta Bettina Romero limitó los horarios de atención. De repente, un día los salteños se levantaron y se enteraron que ya no tenían un nosocomio de animales 24 horas, 365 días, sino uno que funciona con horario de oficina, en el que se hostiga y persigue a las mujeres, desaparecen drogas y el personal se toma licencia por stress.

Apenas asumida, la intendenta Bettina Romero decidió cambiarle el nombre por Hospital Municipal de Salud Animal y limitar los horarios de atención. De repente, un día los salteños se levantaron y se enteraron que ya no tenían un nosocomio de animales 24 horas, 365 días, sino uno que funciona con horario de oficina, en el que se hostiga y persigue a las mujeres, desaparecen drogas y el personal se toma licencia por stress.

 y convertirse en el Hospital del Terror.