Y pasaron las PASO en Salta. Algunas cosas causaron sorpresa y otras no tanto…
Desde el urtubeycismo se le dieron varias manos al que decía representar a los Fernández en estas tierras, como para compensar el desdoble de las elecciones que claramente favorecía a Sáenz. Una de las más importantes, se le dio en la tarde del día que terminaba el plazo para la presentación de los frentes. Una de las figuras más importantes del urtubeycismo, que ya había renunciado a cualquier tipo de candidatura, acercó al frente de Todos, al PJ, de la mano de Miguel Isa. El trato era que el candidato o candidata a la vicegobernación que acompaña a Leavy sea de la riñonada de Isa. Una, Ivette Dousset, hubiera quedado muy bien al lado de Leavy y todo el Isismo trabajaría para ella, teniendo en cuenta quien es. Pero también podría haber sido cualquier otra figura. Lo importante es que mientras el Oso le decía que si al representante del PJ, preparaba su reunión con Jorge Brito y Fernando Yarade, de la cual saldría la figura que complete el binomio y prenda fuerte en el electorado capitalino más puro. Fue así que Emiliano Estrada, un chico bien, sin carisma y sin la mínima idea de cómo hacer política, pero con una gran virtud, ser el primo de Yarade. Su presentación se camufló tras una reunión con los intendentes que “le pidieron que sea Estrada el candidato”. 29 de ellos, a los que la matemática proselitista subió a 40.
Con la presentación de listas llegó la inclusión de Isa como el otro candidato a gobernador por el frente de Todos. Hubo presentaciones judiciales pero nada le obstaculizó seguir en carrera. El ambiente se cortaba con cuchillo dentro del propio espacio. Quienes trabajaban dentro del partido recibían órdenes de Alfredo Petrón y de José Vilariño, ladero numero uno de Yarade y de Leavy, respectivamente. A veces las órdenes coincidían, a veces no; lo que complicaba bastante la vida de quienes desarrollaban una tarea dentro de este ámbito. Vilariño, desde su conveniencia, hacía todo lo posible para que la candidatura del Oso tome fuerza y gane la gobernación sin enfrentar escollo alguno, para que, cuando gane la senaduría nacional la deje en sus manos. Petrón tenía una motivación diferente, dado que si la generalización aristotélica equipara toda acción en conjunto con lo político, no por ello toda movida debe tener una meta filantrópica.
Todo estaba muy tranquilo y todos estaban muy confiados hasta la NO venida de CFK a presentar su libro a Salta. “La señora no avala perdedores” se escuchó decir allá en Capital. Pero se avisó a Salta de la mañana para la tarde. Con eso quedó al desnudo que los números que manejaban los Fernández respecto a Salta eran otros y no favorecía a Todos en este Frente.
Mientras tanto, desde el otro lado, Gustavo Sáenz viajaba a la tierra del Oso, donde la dirigencia “U” lo recibía y presentaba como “el candidato de Urtubey”, entendiendo que las negociaciones del Oso iban más allá de la política. Estaban en juego otros intereses que no estaban dispuestos a avalar. Mientras Antonio Marocco, El Gringo, se encargaba de saber, de muy buena fuente, que se pensaba desde Buenos Aires respecto al panorama salteño.
La venida de Alberto fue tirada de los pelos. La cercanía con el candidato a Presidente no la tenía el Oso, nunca la tuvo. Fue idea de uno de sus candidatos a Intendente y debido a la amistad que ambos tienen, Alberto le dijo sí. Ya había dicho antes que su candidato en Salta era el Oso, no podía hacerse atrás así como así.
De la reunión en que se decidió traerlo a Alberto no participó el candidato a Intendente más popular porque el Oso “se olvidó” de avisarle. Más aún sabiendo que este candidato guarda una lealtad hacia Miguel Isa que podía hacer que le cuente los planes y le arruine el salvataje al Oso.
Ese sábado fue una película de los Tres Chiflados. Había reuniones secretas por todos lados en el Delmi. A los empleados se les decía que no digan nada de lo que veían, pero todos sabían todo lo que pasada en cada pasillo del Estadio. Isa necesitaba saber a qué hora llegaba Alberto a Salta. El Oso a toda costa no quería que se informe nada. Llegó a decir que no le iba a permitir el ingreso al estadio. Pero Miguel no sólo que se enteró sino que lo fue a recibir como Vicegobernador de la Provincia, recurso con el que el Oso no contaba.
Llegada la hora de que el evento comience empezó la pelea por los lugares. se robaban las sillas entre ellos, se peleaban, se trataban de hacer sacar por los guardias. Una locura. Al comienzo del acto subieron todos los candidatos, menos Miguel, Alberto habló de unidad y los nombró a los dos, pero a uno de ellos no lo dejaron siquiera subir.
El acto pasó sin pena ni gloria. El Delmi no se llenó. Alberto se fue y todo siguió como entonces. El Oso rechazó las invitaciones a las caminatas que los precandidatos a intendentes de capital organizaron durante la semana y se refugió en el norte.
Dicen los que saben que durante esa semana no sólo estuvo en San Martín sino también en “la tacita de plata”. Dicen que hubo un asado en una mansión, donde todos eran potentados y que el único “pobrecito” allí fue el Oso. Que hasta tímido estaba. Que en un momento el dueño de cada lo llamó a otra habitación y le dijo “tiene que ganar Bettina en Salta, entendés, no” al tiempo que le daba en manos propias una bolsa de papel madera con un par de millones. El Oso miraba sin entender demasiado o por lo menos ponía cara de no entender. Era nuevo en ese ambiente. A él lo llevaron. “Juan Carlos y yo somos socios y tenemos los mismos intereses, y no confía en Sáenz por eso te lo pido yo”, le dijo para concluir.
Los negocios del Oso nunca habrían sido limpios pero digamos que no le habría tocado tranzar con la cúpula del poder que maneja este paso obligado del narcotráfico en Argentina, que nada tiene que envidiarle al bueno de Pablo Emilio, hasta ahora.
Ese domingo, ante la inminente derrota, tuvo que salir a dar la cara. Quiso manejar la situación diciendo que lo importante era que le había ganado las PASO a Miguel Isa, pero eso no resultaría. Que es solo una PASO tampoco. Fernández ganó la PASO y prácticamente lo declararon presidente en ese momento, porque entonces cuando se pierde, se minimiza la cosa diciendo que “es solo una PASO”. Una PASO en que el adversario lo triplicó. Luego de que se le empezó a desmoronar el Frente de Todos. Sus propios candidatos del interior le dieron la mitad de los votos que ellos obtuvieron.
Durante esta semana se empezó a notar con mayor fuerza la fusión Urtubey – Sáenz en el interior y se le cayeron los arreglos de El Quebrachal y Rosario de la Frontera. El panorama no es alentador para el Oso. (NJ)