Muchos defenestran el estilo y la vida privada del Gobernador pero dicen poco de la realidad provincial tras ocho años de gestión. Datos y estadísticas aportadas por el economista Claudio Lozano permiten mirar la “otra” Salta de Urtubey. (Daniel Escotorin)

Por ocho años contó con el apoyo incondicional de sectores del PJ (ninguna novedad) y de otros espacios dizque “progresistas” en nombre del kirchnerismo. Pero todo cambió y por arte de magia, Urtubey dejó el kirchnerismo en un típico pase de manos con posterior prestidigitación política pejotista y sus antiguos seguidores ahora descubren que Urtubey era… horror, parte de la odiada “oligarquía salteña”. Nunca es tarde y aquí entonces algunos datos que permiten esclarecer sobre la realidad salteña a partir de elementos estadísticos, cuantitativos (esa realidad rebelde de la que hablaba Antonio Gramsci). Los mismos provienen del estudio “Conociendo Salta y entendiendo a Urtubey” del exdiputado nacional Claudio Lozano, quien coordina el  Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP).

No es ninguna novedad que la provincia de Salta a lo largo de su historia, y en consonancia con gran parte de las provincias argentinas mantiene una estructura productiva basada en la producción primaria (explotación de materias primas) sobre un total de 11.000 empresas registradas en Salta en 2013, el 19% corresponde al sector extractivo (agronegocios e hidrocarburos) en volumen de exportaciones esto representa el 52% de productos primarios y el 33% al ramo Combustibles y Energía. Las exportaciones de Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) es el 8% y las de origen industrial (MOI) apenas el 7%. En el 2003 los porcentajes eran respectivamente del 37% (primarios), 49%(combustibles y energía), 6% (MOA) y 8% (MOI). Lo que muestra la clara tendencia a la “reprimarización” de la economía salteña.

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Modelo ¿nacional?

Un elemento siempre discutido fueron las características productivas de la reactivación económica que tuvo lugar en nuestro país a partir del año 2002, el tipo de inversión de los capitales y el origen de los mismos. En función de sus ventas y registros de movimiento comerciales nos encontramos con que Salta sigue el camino que neoliberalismo y globalización marcaron a la aldea global, de la que no escapamos.

Al poco popular modelo agro-minero-exportador (primario) se le suma que estas actividades están dominadas por capitales extranjeros o con alta participación en su composición accionaria: entre las principales están Pan American Energy (capital chino y local: Bulgheroni), Massalin Particulares (EE.UU.), Salta Refrescos (México), Tecpetrol (Italia), Termoandes (EE.UU.) entre las cinco primeras.

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La perlita “U”

Quizás esto sirva de muestra, como una mirada sobre una realidad particular, pero expresión de otras realidades, sobre todo en regiones como la del NOA y cercanas como el NEA. La medición de los ingresos de acuerdo a los grupos decílicos (deciles) muestran la brecha entre el grupo más bajo y el superior en términos de ingresos.

El decil más bajo, o sea, el 10% más pobre de Salta tiene un ingreso promedio en porcentual de 1.2% contra el 31% de ingresos que recibe o se queda el 10% mas rico. De igual manera agrupados en tres estratos: BAJO – MEDIO – ALTO, lo que equivaldría a las categorías de clase baja, media y alta. El estrato BAJO (40% de la población, alrededor de 480.000 personas) percibe el 15% de los ingresos; el estrato MEDIO (40%, se queda con el 38%) y el 20 % del estrato ALTO (240.000 personas) con el 47% de los ingresos, recordando que la mitad de ese conjunto a su vez se queda con el 31%.

Población total según escala de ingreso individual para el aglomerado de Salta. 2do trimestre 2015.

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En la medida que los beneficios de las políticas sociales no se consolidaron en derechos efectivos ni se profundizó la tarea de generar trabajo real, dado que para eso se hubiera necesitado reformular el modelo productivo, cosa que a vistas está, no sucedió; por el contrario se consolidó y se avanzó en el modelo extractivista de la mano del “consenso de los commodities”, como lo denomina el economista Claudio Lozano. Modelo expulsivo que no generó ni fuentes de trabajo ni trabajo genuino, sino que mantuvo el modelo de precarización laboral.

Quizás sea un buen momento para replantear a la luz de los efectos sociales y también políticos las formas y los contenidos de las construcciones políticas que se propongan hacer efectivos sistemas más democráticos, inclusivos y equitativos.