Un informe publicado en la web del Poder Judicial muestra que las frías estadísticas indican que en 2006 hubo 3.323 expedientes; en 2007, 13.959; en 2008, 15.312; en 2009, 15.349; en 2010, 15.245; en 2011, 16.548; en 2012, 10.413; y en 2013, 14.226. En el primer semestre de este año los trámites suman ya 6.664. (Gonzalo Teruel)

El valor del informe reside en que permite cuantificar un proceso social en curso como el de la violencia familiar. El relevamiento de los expedientes iniciados en el Distrito Judicial Centro muestra sin espacio para dudas que la violencia domestica se mantiene constante y en niveles alarmantes. En 2006 se iniciaron 3.323 legajos mientras que en sólo los primeros 6 meses del 2014 ya se anotaron 6.664.

El frío detalle estadístico indica que en 2006 hubo 3.323 expedientes; en 2007, 13.959; en 2008, 15.312; en 2009, 15.349; en 2010, 15.245; en 2011, 16.548; en 2012, 10.413; y en 2013, 14.226. En el primer semestre de este año los trámites suman ya 6.664.

Cargado de números, tablas, y gráficos ilustrativos, el documento judicial es útil porque desmenuza la información y posibilita -o debería posibilitar- una mayor comprensión de la problemática y el diseño de políticas de intervención en la materia. El desglose ofrece, entre otros, el detalle por procedencia, por sexo y edad, por sexo y estado civil, por sexo y nacionalidad, de denunciantes y denunciados.

Según se desprende del documento, la Policía sigue siendo y por amplísimo margen el principal lugar de recepción de las denuncias. Más de 5.900 o casi el 90% de las alarmas fueron recibidas en sede policial. El resto de los organismos recepta un porcentaje bajísimo: la Oficina de Violencia Familiar el 3,96%, la Oficina de Orientación y Denuncia el 3,47%, la Unidad de Atención Temprana 0,29%, y los Juzgados el 0,27%.

Estos números revelan que, pese a los esfuerzos que puedan realizarse, distintos los organismos de intervención territorial corren todavía muy de atrás a la Policía y no tienen mayor incidencia en esta problemática social.

Siempre de acuerdo al paper del Poder Judicial, en cuanto a la edad de las víctimas, las franjas más afectadas son las que van de 18 a 21 años, 22 a 29, 30 a 39, y 40 a 49. Entre estas 4 categorías -el documento no explica la metodología y el porqué de esta categorización- suman más del 63% de las denuncias de violencia domestica. El 70% de las alertas tienen por víctimas a mujeres y, ergo, el 30% a varones. Los denunciados son en un 20% mujeres y en un 80% varones.

Como era de esperarse, el análisis del tipo de vínculo con el denunciado confirma que las “ex parejas” son responsables del mayor porcentaje de los hechos que llegan a la justicia. Ex pareja 19%, cónyuge 12%, concubino/a 10%, ex concubino/a 7% encabezan el listado de agresores. Le siguen hijo 12%, padre/madre 7%, hermano 6,5%.

Desmintiendo a la Cenicienta, padrastros y hermanastros no llegan al punto porcentual entre las denuncias por violencia familiar. En el mismo sentido, desmintiendo a Mirtha Legrand, a Alfredo Olmedo y a todos los que presagiaban el caos social con la aprobación de matrimonio igualitario, casi no hay denuncias de violencia entre parejas del mismo sexo y suman el 0,00% entre las mujeres y el 0,03% entre los varones.

La gran mayoría de las denuncias proceden de grandes centros urbanos. Casi el 80% de los registros del Distrito Judicial Centro fueron originados en Capital sin que ningún otro departamento alcance al 5%.

A partir de ese dato, el Poder Judicial elaboró una zonificación de la ciudad según la cantidad de casos de violencia denunciados. La zona sudeste presenta el porcentaje más elevado con el 27,81% de los casos; le siguen las zonas oeste y sudoeste con 12,81% y 12,72% respectivamente. En tendencia decreciente se anotan las zonas norte, este y centro con 10,62%, 9,75% y 6,48% respectivamente.

Un dato complementario -y útil para un correcto direccionamiento de los recursos públicos- indica que en las populosas barriadas del amplio sur de la ciudad -sudeste y sudoeste- se concentran más del 40% de las denuncias de violencia familiar.

Si los datos del primer semestre se proyectan para todo el 2014, el año terminará con un cúmulo de procesos vinculados a la violencia familiar similar al de los años anteriores. Por ahora, que el Poder Judicial haya sistematizado y publicado sus estadísticas -con algunas deficiencias metodológicas menores- invita a pensar que esta problemática finalmente es tomada en serio en la provincia y que se tomarán medidas tendientes a revertirla.