Por José Veronelli

La provincia de Salta paga la luz más cara del país, y además está a punto de sufrir nuevos aumentos en todos los servicios básicos. En este contexto de tarifazos y aumentazos la crisis se agrava ante el congelamiento de los salarios de la mayoría de los trabajadores.

Una crisis de gas en puerta

Hay una crisis del gas natural en puerta y se debe a que la demanda interna de gas asciende a 84 millones de m3/día en la actualidad, lo que supera
la capacidad de transporte del sistema, que solo alcanza los 120 millones de m3/día. Esto ha empujado a que el gobierno tenga que cortar el suministro de gas a la industria y a estaciones de servicio de GNC para priorizar el abastecimiento residencial.
El retraso en la terminación del Gasoducto Néstor Kirchner, que debía ampliar la capacidad de transporte desde Vaca Muerta. Originalmente previsto para estar listo en mayo de 2024, el gobierno paralizó la obra. Problemas como la falta de inversión, la inminente venta de YPF y la desregulación del sector similar a la de los años 90 contribuyen a la crisis.
Para hacer frente a la situación, el gobierno tomó como medidas la Importación directa de GNL sin licitación, trayendo un barco de gas natural licuado (GNL) directamente de Brasil, para abastecer el país. La promesa del reinicio de la obra pública Gasoducto Néstor Kirchner y del “Reversal del Norte”, que ampliarán la capacidad de transporte de gas natural. La obra será operada por la estatal ENARSA.
Desde la vuelta a la democracia que la República Argentina no enfrenta una crisis multilateral como la que está castigando a 47 millones de argentinos.

La crisis Energética
Argentina enfrenta una crisis en el sector energético en 2024 que no tiene precedentes y que promete profundizarse en los próximos meses de un invierno económico que todavía no empezó. El presidente ha declarado una “emergencia” en los sectores de transporte y distribución de electricidad y gas, citando la obsolescencia de los activos de transporte y distribución, la insuficiente adecuación a la demanda actual y futura, y problemas derivados
de la falta de renovación y ampliación de las redes.
Para abordar esta crisis, el gobierno ha establecido un marco para la revisión de las tarifas energéticas, con el supuesto objetivo de garantizar las inversiones en el sector. Esto incluye la intervención de los entes reguladores de electricidad y gas que podrán aprobar aumentos transitorios de tarifas y ajustes periódicos de precios. La Secretaría de Energía debe publicar los nuevos costos de generación del trimestre mayo, junio y julio, que suelen ser más caros que en el verano, debido a que sube el precio del gas, utilizado para la generación térmica.

La peor de todas, la crisis cambiaria
En enero de 2024 Argentina comienza el año con una inflación del 20,6% en enero, desacelerando levemente respecto al récord de 25,5% en diciembre de 2023, aunque el propio presidente Milei admitiera que la inflación mayorista de diciembre -acompañando la devaluación del 118%- fue del 50%.
La inflación interanual alcanza el 254,2% en enero y se sostiene en febrero, datos oficiales del Banco Central confirman que la gente sacó dólares del colchón en el arranque de 2024,  con 405.000 personas vendiendo dólares al tipo de cambio oficial. Marzo trajo declaraciones de la ex presidenta Cristina Kirchner advirtiendo sobre una potencial “tercera crisis de deuda” en Argentina.
Mientras tanto Milei amenaza con buscar aprobar su ley de reforma por referéndum tras el fracaso en el Congreso. En el primer trimestre de 2024, Argentina logra un superávit financiero por primera vez desde 2008 a costa de drásticos recortes al gasto estatal y social, básicamente se dejó de cubrir todas las necesidades y el dinero fue destinado a pagar intereses de deuda vieja y nueva.
Milei anuncia el superávit en un discurso televisivo, revelando que el sector público nacional registró en marzo un superávit financiero superior a los 275.000 millones de pesos (315,4 millones de dólares), logrando un superávit del 0,2% del PBI en el trimestre. A su vez se jacta de haber realizado el recorte más grande de la historia del mundo.

El futuro…
Junio trae consigo subas en la luz y el gas, además de una inflación contenida por la distribución de los aumentos. El panorama para los próximos meses es crítico y no promete mejoras ante la ausencia de nuevos dólares y nuevas inversiones. Los viajes de Milei no han significado un beneficio para la República Argentina, ni siquiera en promesas de inversión o de acuerdos que signifiquen buenas noticias para la economía nacional.
Por otra parte el aumento en el combustible va volver a impactar en todos los productos que dependen de la logística camionera y la suba en el dólar blue recrudecerá la actualización de precios que en su mayoría no dependen de la divisa, pero que sin embargo se atan a ella para no perder rentabilidad.
La tormenta promete durar todo el invierno y la provincia de Salta no está en condiciones para soportar todos los embates que se avecinan. Sólo en el primer trimestre la caída de la producción y el comercio local ha significado una maquinaria ociosa en torno al 50% y una subventa en torno al 30%.
Todo esto va a empujar a una baja en la circulación de dinero y por ende un aumento en los despidos y retiros voluntarios. Si el Estado provincial no interviene para tomar medidas contracíclicas a este gran cataclismo económico la mayoría de los salteños va a quedar debajo de la línea de indigencia.
Salta es un fiel reflejo de lo que le ocurre a un país que sufrió el aumento de tarifas en servicios que no representaron un aumento de inversión ni una mejora en el servicio. En Argentina desde siempre esa lógica no caminó, hoy con el agravante de tener más de la mitad de los argentinos bajo la línea de pobreza.