Los pasos fronterizos de la provincia actualmente se encuentran cerrados y solo pueden circular aquellas personas que se encuentren exceptuadas por el Decreto 409/2020 por el aislamiento social obligatorio. No pueden ingresar ni salir personas de las provincias ni de los departamentos. (Guadalupe Macedo)
Las fronteras son un espacio de intercambio social y económico que pertenece a la cotidianeidad de las personas que habitan próximas a ellas. Los movimientos migratorios en este tiempo de pandemia se dan escasamente. Algunas personas trabajan en países, provincias o municipios limítrofes, lo que implica un traslado de manera constante. El cierre total de fronteras, además de evitar el contagio de COVID- 19, evita el intercambio, cultural, social y económico. “El 80% de los negocios dependen de las ventas que se realizan al vecino país boliviano” expresaron el intendente de Salvador Mazza, Rubén Méndez y comerciantes de esa localidad, Gabriela Gareca y Emanuel Pieve en la reunión con ministro de Gobierno, Derechos Humanos, Trabajo y Justicia, Ricardo Villada.
Los comerciantes y los gobiernos municipales fronterizos presentaron un protocolo para reactivar la actividad comercial con Bolivia. “La actividad comercial de esa zona es sumamente importante para la provincia, es por eso que vamos a analizar los procedimientos que se presentaron, y si las condiciones están dadas, se le remitirá el permiso correspondiente a la municipalidad” analizó Villada.
Salta desde el inicio del mes de Mayo, en esta nueva etapa de flexibilización del aislamiento en la provincia, trabaja en un convenio con Jujuy para endurecer los controles en las fronteras del país, lo anunció el ministro de Gobierno, Derechos Humanos, Trabajo y Justicia, Ricardo Villada en reunión con el Comité de Emergencia de San Ramón de la Nueva Orán. El Ministro de Seguridad Juan Manuel Pulleiro destacó la importancia de “optimizar los recursos y ajustar el servicio a la demanda vecinal para brindar respuestas eficientes y atender las necesidades de la comunidad. También resaltó el trabajo articulado de la Policía con los distintos municipios para resguardar bienestar de la sociedad con acciones preventivas conjuntas de control”.
El 11 de Mayo, Nación envió a la frontera del Norte de Salta “60 gendarmes para reforzar el control y la seguridad de nuestras fronteras. Trabajarán coordinadamente con la Policía de la Provincia que también reforzará la cantidad de efectivos en la zona” anuncio el gobernador Gustavo Sáenz en su cuenta de Twitter. La provincia venia solicitando que se refuercen las fronteras debido a que en Bolivia existe circulación comunitaria de COVID- 19 y a la existencia de pasos fronterizos ilegales.
El ministerio de seguridad dispuso medidas de control muchos más severas que antes en algunas rutas salteñas por lo que las rutas como por ejemplo la limítrofe entre Salta capital y Metan, en la ruta 9/34 a la altura del acceso a Rosario de la Frontera solo se permite el ingreso hasta horas 18:00. En el puente que une El Condado con La Mamora (Bolivia), cerca de los Toldos el paso fronterizo no se encuentra controlado, por lo que los vecinos le solicitaron a través de una carta al Gobernador de la provincia que refuercen los controles ya que temen que ingresen personas desde Bolivia que sean COVI- 19 positivo. Mostrando las diversidades de criterios en materia de seguridad que existe en la provincia.
La situación del migrante
En el país existe gran cantidad de población migrante proveniente de países limítrofes y su presencia es fundamental para el desarrollo económico del país. Según el último censo la población extranjera representa un total del 4,5% del total de habitantes del país, es decir de 1.805.957 personas. De ellos 1.245.054 llegaron de países limítrofes y 157.514 de Perú y habitaron las provincias del norte del país, principalmente Jujuy y Salta.
Según el informe sobre trabajo del mundo (OIT) hay mayor presencia de migrantes proveniente de países latinoamericanos y son mujeres. La mayor cantidad de estas personas viene al país en busca de una mejor vida, con la esperanza de encontrar un empleo. Las mujeres y los niños son las más perjudicadas en estos procesos migratorios debido a las brechas de género y cuando llegan a Argentina deben establecerse como trabajadoras en muy malas condiciones como es el caso de las mujeres de Bolivia que llegan a la provincia y son contratadas por un salario mínimo como costureras, mulas, empleadas domésticas o como peones en condiciones de esclavitud, haciendo visible la feminización de la pobreza y la violación de los derechos humanos.
A pesar que en el imaginario social y los medios de comunicación de la provincia afirme y muestren escenas donde personas de nacionalidad Boliviana pasan nuestras fronteras para cobrar subsidios como la asignación Universal o en este tiempo el IFE, según los principales programas sociales gestionados por la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), el Ministerio de Salud y Desarrollo Social, el Ministerio de Producción y Trabajo, y el Ministerio de Educación, menos del 10 % de los beneficiarios son extranjeros.
Fernanda Reyes, responsable del área de Niñez de la Anses, explicó que el organismo gestiona coberturas de infancia, que se dividen en asignaciones familiares, para aquellos cuyos padres tienen un trabajo formal, y la Asignación Universal por Hijo (AUH) para los que “Es el 6 % del gasto total de la seguridad social, así que cuando se dice que se está desfinanciando el sistema porque se paga AUH estamos muy lejos de esa realidad” analizó Reyes en una entrevista con “Reverso”.
El fenómeno migratorio en Argentina son complejos y multifactoriales ligados a procesos históricos, políticos, sociales y económicos que sostienen el mundo como lo conocemos en la actualidad. Las migraciones que sucedieron a lo largo de la historia en nuestro país tuvo como premisa la construcción de que Argentina era una “tierra de oportunidades”. Pero como plantea Gil Araujo, la globalización plantea a las migraciones como una oportunidad para mejorar las condiciones de vida ya que en el país de origen no las encuentra. La llegada a la provincia de Salta lleva a que los migrantes no encuentren oportunidades laborales o que las que consigan rocen los límites de la esclavitud donde se violan los derechos humanos, esto se da principalmente en los trabajos relacionados al campo, la agricultura, la ganadería, al tabaco.