La frontera salteña es un problema nacional. Pasa de todo.

La frontera salteña es un problema nacional. Al ingreso de drogas ilegales, en cifras desconocidas, aunque se presumen cantidades importantes, ahora se suma el tráfico de contrabando, por varios cientos de millones de pesos anuales.

La provincia muestra tal pasividad en Orán y San Martín, que las fuerzas nacionales deben actuar en provincias vecinas, para “atajar” el ingreso de la mercadería. La zona de ingreso, bajo control de Marcelo Lara GroSS, -un aliado U que prometía orden-, es una suerte de “pequeña Sinaloa”, donde todo se mezcla.

Un artículo del diario santiagueño El Liberal denuncia el ingreso sin control desde Bolivia, por la zona fronteriza de Aguas Blancas. La ruta, que incluso se utilizaría para el paso ilegal de personas, se encuentra bajo territorio provincial y bajo el control de la gestión U.

Pese a esto, los mares de contrabando, ingresaría sin control. No debe confundirse la lucha contra el comercio ilegal, con los operativos que meses atrás arremetieron contra los “tours de compras” de la capital salteña. Entonces se buscaba intervenir en la competencia entre micros de línea. En ese caso se trató de una utilización alevosa del Estado provincial, bajo órdenes de una empresa de transporte de larga distancia, cuyo representante legal no sería otro que el amigo personal del gobernador Horacio Aguilar. Fue a pedido de esta empresa y su libre competencia, que se utilizó la policía y la Secretaría del Consumidor, para intervenir en el negocio de los micros.

Esto del contrabando es otra cosa, nada tiene que ver con eso, pese a que se presente de otra manera desde el portal provincial. El artículo de El Liberal explica “cómo es el paso de la mercadería ilegal en la frontera”, y luego afirma que “un pequeño ejército de hombres llevan los bultos a campo traviesa y los cargan en ómnibus, camiones y utilitarios que esperan en rutas lejanas. De allí, a Santiago, La Rioja, Córdoba y Buenos Aires”. Además profundiza: “la mercadería que ingresa clandestinamente en el país, por Salta, en la frontera con Bolivia, viaja en las denominadas “caravanas de compras” para abastecer al gran mercado de La Salada, en el conurbano, y a otras “saladitas” del interior del país, entre ellas las que funcionan en Santiago del Estero.

Desde el 24 de enero pasado y hasta el 15 de este mes, los gendarmes secuestraron mercadería por un valor superior a los 110.000.000 de pesos y en Santiago del Estero, en junio pasado en un solo procedimiento incautaron bultos por 4 millones de pesos. Se trata de mercadería que llega desde China por el Pacífico a Chile y Perú, para después ingresar en Bolivia. En la Argentina entra ilegalmente por la zona de Aguas Blancas”, explicó una fuente oficial. Los pasadores del contrabando, ciudadanos salteños, hacen ese trabajo, por diez veces lo que ganarían en una finca del ingenio El Tabacal, por ejemplo. Por cada bulto con mercadería que cargan en sus hombros, cobran hasta $ 250. Por día hacen tres o cuatros pasadas.