Un informe de UNICEF sobre el sistema educativo salteño contiene alarmantes datos sobre el desempeño de los alumnos: alto nivel de fracaso escolar, sobreedad, bajo nivel de aprendizaje, mayor rendimiento en escuelas privadas que públicas que confirman, según UNICEF, un escenario de alta inequidad. (Gonzalo Teruel)
El profuso informe elaborado por UNICEF, la oficina de Naciones Unidas para la infancia, caracterizando el sistema educativo provincial sacó a la luz información que si bien es pública, hasta el momento fue cuidadosamente silenciada por el gobierno. El documento técnico denominado “La educación en cifras” presenta un lenguaje neutral, descriptivo y con escasas calificaciones, y una importante cantidad de estadísticas que concluyen en alarmantes datos sobre el desempeño de los alumnos salteños.
El denso documento está disponible en la web de UNICEF bajo el título “La educación en cifras. Indicadores seleccionados para la caracterización del sistema educativo” y analiza -entre otros ítems- el porcentaje de población que asiste a la escuela, la evolución reciente de la cobertura educativa, el nivel educativo alcanzado, perfil de escolaridad, la asistencia por grado, y la sobreedad como expresión del fracaso educativo. El trabajo aclara que los indicadores miden procesos de largo plazo “por lo que no deben interpretarse en relación con la coyuntura de los últimos años”. Por ser una cuestión “de largo plazo” el éxito o el fracaso escolar de los salteños es responsabilidad compartida por Juan Carlos Romero y Juan Manuel Urtubey.
Universalización y algo más
El acceso al sistema educativo está casi universalizado en Salta entre los niños de 6 a 11 años. Así lo revela el informe elaborado por UNICEF en base a estadísticas oficiales de la primera década del siglo XXI. El dato, no obstante, no debe tranquilizar a las autoridades de la provincia porque va de la mano con otro mucho menos benévolo: los chicos de entre 12 y 17 años tienen dispar acceso al sistema educativo, según el nivel de ingreso de sus familias.
“Quienes pertenecen al grupo que percibe menores ingresos alcanzan niveles de escolarización en torno al 91%. Mientras que, aquellos que están en el grupo de ingresos medios alcanzan tasas de asistencia cercanas al 94%, y los de ingresos altos se sitúan en el 99%”, detalla el documento técnico. Esta diferencia podría parecer menor -son menos de 10 puntos porcentuales- pero son “estadísticamente significativas” y revela la desigualdad de la sociedad salteña.
En base a la Encuesta Permanente de Hogares realizada por el INDEC en los años 2005, 2008 y 2011, el estudio indica que para el porcentaje de población de 12 a 17 que asiste a la escuela en los aglomerados urbanos “en todos los años presentados se observa una sistemática diferencia de cobertura entre la población de ingresos bajos, medios y altos”. Además se puntualiza que “la población fuera de la escuela está principalmente compuesta por los jóvenes pertenecientes a hogares de ingresos bajos”.
“Se observa una relativa estabilidad entre los años 2005 y 2008 en torno a los porcentajes de asistencia (…) Al analizar la evolución 2008/2011, se identifica un incremento de la cobertura total -pasa del 92,4% al 94,2%- explicado principalmente por un incremento de la asistencia de los sectores de ingresos medios y bajos”, detalla el paper.
Al analizar la matrícula por edad simple y condición de edad, dato útil para perfilar el éxito o fracaso escolar, el informe señala que “entre los 7 y 8 años de edad, el [comienzo del] crecimiento de la sobreedad dimensiona los niveles de fracaso temprano al inicio de la primaria”. “A los 12 años de edad, 3 de cada 5 alumnos asiste en edad teórica, es decir, ha logrado transitar los primeros 6 años de la primaria sin repetir ni abandonar. A partir de los 13 años, el crecimiento de la sobreedad total y avanzada manifiesta la intensificación del fracaso en el inicio del nivel secundario”, añade y sentencia que “la disminución sistemática de la cantidad de alumnos que asisten con edad teórica es expresión del fracaso escolar: De cada 3 jóvenes de 17 años, aproximadamente 1 asiste a la escuela en edad teórica, 1 asiste con rezago, y otro permanece fuera de la escuela”.
De acuerdo a las estadísticas oficiales, el máximo en la cantidad de alumnos inscriptos se da en 8° grado y es efecto de los altos niveles de fracaso en el inicio del secundario, que provoca una retención con sobreedad: muchos alumnos repiten los grados iniciales y vuelven a intentarlo. En el mismo sentido, la caída de la matrícula a partir del 9° grado es provocada por el abandono.
Inequidad primaria
“Los altos niveles de fracaso escolar y sobreedad presentes en el nivel primario, que afectan principalmente a las escuelas estatales y rurales, junto con estos bajos resultados en los aprendizajes de los alumnos, conforman un escenario de altos niveles de inequidad”, dice concluyente el informe en los capítulos que analizan los Resultados del Operativo Nacional de Evaluación 2007 y 2010. En idéntico sentido, asegura que “la progresión y finalización del nivel secundario, de la que muchos jóvenes quedan excluidos, aún manifiesta amplias brechas para lograr un aprendizaje significativo en las áreas principales del conocimiento”.
Según revela UNICEF a partir de datos de 2007, el porcentaje de alumnos que en el 3° grado de la primaria no alcanza niveles satisfactorios se sitúa en torno al 30% para las áreas de Lengua, Matemática y Ciencias Sociales y en el caso de Ciencias Naturales, los resultados bajos alcanzan a más de la mitad de los alumnos. En la evaluación del último año de la primaria, los niveles de logro de todas las áreas alcanzan niveles equivalentes: entre el 30% y el 40% de los alumnos no alcanza los niveles esperados. Ciencias Naturales continúa mostrando los valores más bajos.
Además del fracaso escolar de los niños salteños, otro rasgo que queda de manifiesto en el informe es la desigualdad en el acceso al conocimiento según el nivel socioeconómico de sus familias. “Las escuelas urbanas privadas muestran resultados significativamente más altos que las escuelas estatales, en todos los grados y áreas, con brechas que llegan a los 27 puntos porcentuales”, denuncia el documento. Estas diferencias también están presentes entre los niños de las ciudades y los del campo. “Entre las escuelas rurales y urbanas estatales, las mayores diferencias en los resultados de calidad se manifiestan en el 6° grado, donde las brechas llegan a los 13 puntos porcentuales”, puntualiza el trabajo de los especialistas de Naciones Unidas.
No comprendo
Las estadísticas del nivel secundario son más actuales, datan de 2010, y arrojan -tal vez por consideraciones metodológicas- una curiosa y significativa variación en relación a las del nivel primario. “En el inicio del secundario -2° y 3° año- los resultados entre áreas son muy dispares, según los criterios definidos en las evaluaciones”, dice UNICEF y advierte que “el área de Matemática es la que muestra resultados más bajos: menos de la mitad de los alumnos alcanzó resultados medios y altos; los resultados de Naturales son levemente superiores, mientras que en Lengua y Sociales son muy superiores”. “En la finalización del secundario, los resultados de Lengua muestran los mejores índices, con un 75% de resultados medios y altos, mientras que en Matemática esta proporción alcanza sólo al 69% de los evaluados. En las Ciencias Sociales y Naturales, los resultados medios y altos oscilan en torno al 68%”, desagrega el informe.
Aún tomando estos últimos datos, los mejores consignados en todo el trabajo analítico de UNICEF, la conclusión es grave: entre un 25% y un 30% de los adolescentes que terminan la escuela secundaria expresa dificultades en los contenidos y capacidades cognitivas evaluadas.
El ombligo del país
A partir de los datos consignados y aclarando que el diseño metodológico de las evaluaciones nacionales de calidad educativa exige un conjunto de recaudos para establecer comparaciones de resultados obtenidos en los distintos años, UNICEF plantea un análisis aproximado de la evolución entre las distintas jurisdicciones provinciales.
“En el nivel primario, Salta muestra entre los años 1996 y 2007 resultados que la posicionaron en una ubicación intermedia. Entre 1996 y 2005 manifiesta escalar posiciones en relación al resto de las jurisdicciones, más intensamente en Lengua y en menor medida en Matemática. En cambio, entre 2005 y 2007 se observa una pérdida de algunas posiciones, ubicándose cerca de la mitad de la distribución”, explica el paper sin mayor detalle.
“En el nivel secundario, la situación es diferente para cada área: en Lengua, en las sucesivas evaluaciones, la provincia mejora posiciones en relación al resto de las jurisdicciones, a excepción del año 2005. Para el 2010 ocupa el 10° lugar en la distribución. En cambio, en Matemática la tendencia 1996/2005 se manifiesta decreciente, con una recuperación en el 2010 que la vuelve a colocar en la misma posición que en 1996”, añade el texto elaborado por Martín Guillermo Scasso con la asistencia en el procesamiento de los datos de Natalia Pérez León.