Ya despegada de la figura de Gustavo Sáenz, el esfuerzo de la intendenta Bettina Romero y sus asesores, se concentra  solamente en imponer su imagen, por encima de cualquier gestión. Mientras tanto, los problemas de fondo en la ciudad, continúan a la espera.

Al final, a “Titi” le hubiera convenido quedarse en casa el jueves por la mañana, y no salir apurada como lo hizo. Ya todos sabemos que ha empezado a perder el encanto, y tal vez por eso, su equipo le recomendó que haga un esfuerzo sosteniendo un par de niños en brazos, escuche a una vecina y meta los pies en el barro.

Apresurada (la opinión precoz salió a criticarla por las costosas botas que llevó puestas pero no caló), su aspecto derrochó ternura y demostró que está dispuesta a dejar todo por su epopeya marketinera.

«La critican porque va y la hubiesen criticado si no iba», justificaron en su entorno. Y algo de razón tienen, aunque ni los más férreos enemigos la podrían haber criticado si además de la foto, firmaba un compromiso para que los vecinos no se vuelvan a inundar.

Después de todo son problemas viejos, descuidados por anteriores administraciones, y el simple hecho de estar en el lugar todo sabemos que no resuelve nada. «A las palabras se las lleva el viento», dice el dicho, al cual habría que agregarle, «y a los partes de prensa los degluten los pocos medios de comunicación amigos». Pero la única realidad, es que a la planificación la valora el que sabe, y las obras benefician a la gente.

Sin mirar alrededor

Está muy confiada y segura de lo que hace”, dijo Juan Romero en una entrevista con el colega Daniel Salmoral, intentando esquivar opinar sobre la gestión municipal. No se debe olvidar que, tal como los hemos comentado, la relación no se encuentra en el mejor momento según lo hemos dado a conocer en ediciones anteriores. Ni el padre quiere quedar pegado a malas decisiones tomadas por la hija, ni la hija quiere que se la vea apuntalada por lo que ella misma llama «los viejos» de la política.

Que está muy confiada se le nota, y por eso sigue concentrado el poder absoluto a su alrededor. Pese a su cada vez mas distanciada relación con los concejales, en la semana ratificó ese rumbo y vetó una Ordenanza de Emergencia Sanitaria. La iniciativa planteaba la creación de un Comité de Emergencia del que también formarían parte los ediles capitalinos. Titi consideró que en un marco como el de la pandemia de Coronavirus, la Carta Orgánica Municipal le encomienda al Ejecutivo Municipal “atender y proteger la vida, la salud, la integridad física y la seguridad de los ciudadanos”.

Los concejales que buscaban sumarse y participar, fueron una vez mas ninguneados por la intendenta a la que le gusta hacer uso y abuso del poder absoluto.

Antes que cante el gallo

Internamente, el municipio es una caldera donde la ex subsecretaria de Cultura de Gustavo intendente, ocupa un lugar fundamental a la hora de decidir cómo se muestra a la intendenta frente a los ciudadanos.

El meteórico ascenso la llevó de aquel periférico cargo, al epicentro político. De firmar las autorizaciones para el uso de anfiteatro del parque San Martín, a convertirse en la principal consejera de Titi. Su gran mérito es ser una añeja amiga de la intendenta.

En una ciudad donde las problemáticas domésticas tienen un ritmo de crecimiento bastante acelerado, es menester recordar que la fatiga política puede producir una metodología folclórica apta para los asesores que no asesoran y solo aplauden mientras en tiempos de escases cosechan algo más que sus heladeras siempre llenas.

La orfandad política no solo queda de manifiesto con la tendencia a la improvisación de los que aceptan cargos sin importarle los desafíos planteados  sino, y sobre todo, en el desprecio por los observadores que de rebote pueden entender qué pasa y son ninguneados.

Aunque en esto de venderse como una dirigente popular sea todavía un fracaso, para regocijo y esperanza de los paracaidistas, por el momento Bettina banca a los que se suman al arte del chupamedismo

Amigos son los amigos

Íntimo de la familia Romero a través del hermano de la intendenta, entra en escena su best friend Juan Aranda. El nivel de confianza es tal que quedó a cargo del manejo de la caja destinada a la propaganda de la Bella Dama.

Entre sus antecedentes tiene media temporada en TV Canal 2, tras un breve paso por la revista ABC (recordada como la gran mimada de Miguelón) para luego mostrarse como novedoso -a un alto costo- sacando a la calle la Revista Salvador, un fracaso que intentó maquillar bajo distintos personajes a políticos en campaña. Fue tanta la repercusión negativa de estas tapas de revista, que mucho que ya habían realizado producciones se bajaron (como Javier David, y sus calzas blancas vestido de ángel) luego, el resto del mundillo político rechazó la propuesta.

Dicen, que el modelo de los súper amigos, se desarrolla en términos romerianos ortodoxos; adjudicaciones directas en un contexto de emergencia  que habilita excepcionalidades (o en algunos casos discrecionalidades).