Como cada vez que el Papa Francisco tiene la centralidad de la noticia, Monseñor Bernacki salió a pregonar edificantes sentencias morales realizadas en base a una vieja homilía del hoy Papa. Nada dijo de los despidos en la Universidad Católica y el fin de las becas deportivas en esa institución.

El arribo del papa a Brasil se convirtió en una excelente oportunidad para que la jerarquía católica salteña prescinda de hablar sobre los problemas en la Universidad Católica en donde echaron al encargado del gimnasio hace un par de semanas, hecho que se enmarco en el proceso de destrucción del área deportiva yla persecución a los alumnos que protestaron contra ello.

Silenciado ese tema, Bernacki aprovecho la venida delPapa para presentarse como un humanista incorregible hondamente preocupado por el destino de los salteños. Por eso mismo se preguntó si en la actual coyuntura política salteña «Sería mucho pedir que en el marco de las campañas políticas, los candidatos traten de hacerlo en el marco de una cultura política y no en el de una politiquería perimida y absurda? ¿Sería mucho pedir que descubran al pueblo como prójimo, la más de las veces despojado y golpeado?». Las edificantes preguntas fueron publicadas por la agencia informativa católica AICA que además reprodujo otras como estas: «¿Sería mucho pedir a quienes se presentan como candidatos que respondan al pueblo con una campaña limpia y sin violencia, poniendo el hombro al bien común, que ejerzan el poder de forma transparente, que aprendan a escuchar a la gente, que dejen la arrogancia de las promesas, y que lo presentado en la plataforma de los partidos no quede diluido luego por negociados?».

Además agregó que «queremos una cultura política, optamos por la recuperación de una política madura, exigimos que sean claros en sus propuestas y necesitamos que ejerzan el poder como servicio a la ciudadanía. Recuerden que la Ley de Dios y el amor al prójimo a nadie nos exime, y mucho menos a aquellos que tienen una vocación política». El prelado indicó que los votantes muchas veces son vulnerados en su dignidad «por la mentira del discurso», basado en la difamación y la calumnia contra el otro. También estimó que la clase dirigencial considera al pueblo «sólo por lo que vale un voto».

Monseñor Bernacki, realizó esta reflexión en torno al evangelio del buen samaritano y una homilía del entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, hoy papa Francisco, acerca de la «cultura política» y la «politiquería».