Había sido destituido en octubre del 2014, la Corte de Justicia de Salta debía pronunciarse al respecto hace meses pero guardó un silencio que posibilitó el absurdo: Osvaldo García reasumirá como intendente de Coronel Moldes. (Daniel Avalos)

Osvaldo García es un intendente que se hizo famoso por expedir cheques sin fondos a mansalva. Eso y otros motivos impulsaron al Concejo Deliberante, durante todo el año 2014, a pedir algún tipo de intervención del ejecutivo provincial en el municipio para poner freno al desmanejo.

Nada de eso ocurrió y los ediles iniciaron el proceso de destitución. Los motivos que aducían eran varios: 215 demandas judiciales en contra del municipio por emitir cheques sin fondo; desaparición de $35.000 destinados a la construcción de un museo gauchesco; evaporación de $210.000 que se debía entregar al Club Atlético San Bernardo; dudoso destino de 245 mil dólares que el municipio había recibido en el 2013 del BID para un proyecto que nunca se concretó; o la ejecución del adoquinado en cinco cuadras cuando estaba presupuestado el trabajo en diez.

El 30 de octubre del 2014, finalmente, el Concejo Deliberante de esa localidad emitió la Resolución 108/14 por la que se destituía a García. El caso pasó a la Corte de Justicia provincial, que en el plazo de tres meses debía emitir sentencia al respecto. A un año y dos meses de ello, el máximo tribunal no emitió dictamen. En el medio ocurrieron algunas cosas: el destituido intendente buscó su re-re-reelección en mayo de este año y cosechó 1.069 votos contra los 991 de Rita Carreras, la mujer que presidía el Concejo Deliberante, la que había impulsado la destitución y la misma que aseguraba que en las elecciones, García en persona repartía dinero en las escuelas para asegurarse un triunfo en unos comicios reñidos.

Cuarto Poder se comunicó con Carreras para consultarle respecto al rol de la Justicia en la destitución de García. La respuesta fue tajante. “Me desilusiona la justicia salteña. Su falta de compromiso con la causa fue absoluta. Entre octubre de 2014 y marzo de 2015 nos pidieron que ratificáramos la denuncia y así lo hicimos presentando pruebas que ellos mismo avalaron. Incluso llegaron ingenieros que peritaron las obras denunciadas y nos dieron la razón, aunque desde marzo o abril de este año nunca más supimos nada de ellos” acotó.

El perito al que se refiere Carreras es el ingeniero en Construcciones Alberto Osvaldo Lazarte. Fue designado por la Corte, la misma que remitió un informe escrito sobre el caso del Museo del Gaucho. El relato posee párrafos desopilantes: se apersonó al municipio y el intendente brillaba por su ausencia; el secretario de Obras Públicas tuvo que romper el candado que resguardaba el ingreso al Museo al que llegó el perito y el presidente de la Asociación del Museo, David González, que, dicho sea de paso, le informó a Lazarte que nunca recibieron nada del municipio y que no sabía qué obras estaban involucradas en el subsidio. Una de las conclusiones del perito judicial es representativa: “Las construcciones edilicias, en correspondencia sólo al Museo, se encuentra en estado de ruina parcial, que pone en riesgo la vida de las personas”.

De victimario a víctima            

La coartada de García en ese entonces la siguiente: señalar a Rita Carreras como una opositora que quería disputarle la intendencia. Así evitaba referirse a la docena de pedidos de informes que Carreras había elaborado y que nunca fueron respondidos por el ejecutivo municipal: falta de pago a la empresa que abandono la construcción de defensas y encauzamiento del Río Chuñampa porque debía cobrar $1.100.000 aunque sólo percibió del municipio $545.000; nula rendición de los fondos que el municipio recibía por la descentralización de la ayuda social que en ese año era de $1.661.431; estado del parque automotor derruido; restricción de agua potable a determinados barrios; emisión de cheques sin fondos; o un municipio involucrado en múltiples procesos judiciales.

García ni respondía los escritos ni se apersonaba al recinto cuando lo citaban. Sus argumentos eran muchas veces insólitos. Desde escritos firmados por sus funcionarios que informaban “que debido a compromisos pactados con anterioridad, el Sr. Intendente, Osvaldo García, no podrá asistir…”; hasta respuestas como la del 21 de enero de 2014 donde sentenció que los pedidos de informes aprobados en una sesión del 6 de enero eran improcedentes. Aducía que la ley autorizaba extender las sesiones ordinarias hasta una fecha que no contemplaba a la sesión del día de reyes. Sesionar un 6 de enero, entonces,  era un “vicio manifiesto, siendo de gravedad extrema, toda vez que implica una grave y grosera violación a los preceptos legales vigentes que delimitan la competencia temporal del Concejo Deliberante…”. Por todo ello, el intendente resolvió lo siguiente: “Obsérvese y declárense nulas de nulidad absoluta las Resoluciones…”.

Pruebas de siempre

Las pruebas de las irregularidades cometidas por García trascendían, sin embargo, a las recabadas por los concejales. Un informe de la Auditoría publicado en diciembre de 2013 daba cuenta de las andanzas del jefe comunal. La lista es tan extensa que por cuestiones de espacio reseñaremos sólo algunas: ausencia de libro de resoluciones municipales salvo un bibliorato en donde faltaban 44; inexistencia de balances de tesorería y de deuda pública; falta de inventario de bienes; desaparición de contratos celebrados con profesionales externos para asesoramiento; ausencia de un listado de bienes inmuebles propios y de las tierras fiscales.

El manejo de la obra pública no era menos vergonzante. García declaraba haber ejecutado obras por $3.476.858 pero los auditores no pudieron acceder a la “documentación contractual de las obras, actuaciones técnicas del proyecto y de ejecución de obra, Mayores de Cuenta, Órdenes de Pago ni actuaciones de contratación de insumos y mano de obra con terceros”. Había más: el municipio estaba involucrado en 356 procesos judiciales: en 139 como actor reclamante y en 217 como demandado. De estos últimos, los mejores casos daban cuenta de eso que todos señalan como una debilidad de García: incurrir en el antijurídico acto de emitir cheques sin fondos.

Ante todo ello, los auditores enfatizaron que a la gestión García correspondía “la aplicación de la normativa contemplada en la Res. AGPS Nº 20/04”. La misma busca “proveer a la Auditoría General de un Reglamento que brinde celeridad a las actuaciones, asegurando el legítimo derecho del Estado de munirse de aquellos elementos esenciales para fundamentar la acción judicial tendiente a hacer efectiva la responsabilidad civil de los agentes y funcionarios, ante la existencia de un perjuicio de significación para el Fisco, en el marco propio de una investigación sumarísima”.

El último informe

En agosto de 2015, los auditores publicaron otro informe. El mismo buscaba evaluar la ejecución presupuestaria en 2011 aunque los técnicos advirtieron que era imposible emitir opinión porque Osvaldo García carecía, entre otras muchas cosas, del presupuesto 2011, un estado de tesorería sobre el periodo, un inventario de bienes patrimoniales e inmuebles o un informe de gestión sobre los cheques municipales.

Como ya dijimos, la relación de los cheques sin fondos y García es indisoluble. De allí que al respecto convenga trascribir la observación número 14 de los auditores que dice así: “las chequeras utilizadas durante el periodo auditado, no fueron puestas a disposición por el Sr. Intendente, quien las administra de manera unipersonal, excluyendo a la tesorería que resulta el responsable natural de las mismas”. Eso sí, con lo poco que pudieron hurguetear, los técnicos encontraron que tres cheques emitidos por el intendente por $130.511 fueron rechazados por carecer de fondos.

Cuarto Poder consultó a otros vecinos sobre la opinión que les merece la situación de su municipio en manos de este intendente. Las respuestas variaron aunque todos coincidían en algo: García decidió radicarse en Capital. La última vez que atendió reclamos de la gente en el edificio municipal fue hasta las elecciones de mayo. Por fuera de eso, sólo se lo encuentra en algunos actos escolares y en los partidos de fútbol que disputa el club municipal los domingos.

El próximo 10 de diciembre, García volverá a Coronel Moldes. Debe jurar como jefe comunal de ese municipio.