El decálogo para el tratamiento sobre la violencia contra las mujeres, realizado por la Red PAR, fue repartido por el municipio a periodistas de diferentes medios. La medida se hizo en el marco del “Plan Integral contra la violencia de género” que puso en marcha el municipio. (Andrea Sz)

El intendente Miguel Isa realizó una reunión con periodistas de diferentes medios el pasado martes e hizo entrega del Decálogo para el tratamiento periodístico de la violencia contra las mujeres, realizado por la Red PAR. Además se anunció que se realizarán capacitaciones a empleados municipales sobre la violencia familiar y de género. Del encuentro participaron Marisa Vázquez de la Red PAR, Inés Flores Alsina, Marcela Jesús, Mónica Juárez y la directora de DDHH de la municipalidad, María Morales Miy, entre otros.

El decálogo tiene como objetivo reflejar la importancia de un tratamiento adecuado de la información sobre la problemática de la violencia hacia la mujer. El reciente caso de la joven Melina en Buenos Aires y una nota publicada en diario Clarín son ejemplos de cómo los medios de comunicación, bajo apreciaciones, construyen un sentido que penetra fuertemente en la sociedad. La nota en cuestión decía, entre otras cosas, que la joven “Se levantaba todos los días al mediodía, que se había hecho 4 piercings, que tenía 5 perfiles de Facebook, que tenía amigos más grandes y nunca decía en qué andaba”. En un intento de querer construir el perfil de Melina, Clarín instala con todas sus apreciaciones sobre la vida de la chica, que le pasó lo que le pasó porque con sus actos se lo buscó. La nota fue repudiada por diferentes organizaciones de mujeres de todo el país.

Justamente el decálogo de Red PAR (Periodistas de Argentina en Red por una comunicación no sexista) realizado en 2008 y que ahora el municipio intenta poner en práctica en la capital salteña, en el punto 6 señala: “Nunca buscaremos justificaciones o motivos (alcohol, drogas, discusiones, celos, separación de la pareja, infidelidad, etc.), que solo distraen la atención del punto central: la violencia. La causa de la violencia de género es el control y la dominación que determinados hombres ejercen contra las mujeres”.

El amor no mata

El decálogo además pone énfasis en los calificativos usados a la hora de abordar un caso de violencia de género, en el punto 3 definen “Desterramos de nuestras redacciones la figura de ‘crimen pasional’ para referirnos al asesinato de mujeres víctimas de la violencia de género. Los crímenes pasionales no existen”.

Mientras que en los Aportes para facilitar el tratamiento periodístico del decálogo se señala que este término pasional remite al amor romántico, a los amores que matan, idea que justifica y frivoliza el crimen. Además el enorme contexto que abarca la calificación pasional, invisibiliza la gravedad criminal de la agresión.

Es así que el calificativo pasional obstaculiza toda posibilidad de análisis: si el hombre mata es un apasionado, para el periodismo está clara la razón y entonces la mirada se pone sobre la víctima. (Algo hizo o motivó la pasión). Además se tiende a caer en una mirada que omite la contextualización del hecho y la consideración de que es una conducta aprendida y avalada socialmente.

Por otra parte en el punto 4 el Decálogo recomienda: “Lo importante es proteger la identidad de la víctima, no la del agresor. Dejar en claro quién es el agresor y quién es la víctima, y señalar cuáles pueden ser las actitudes y situaciones que ponen en riesgo a la mujer en una relación violenta, para ayudarlas a toma conciencia sobre su estado”. En este punto, algo que los periodistas deben tener en cuenta es trazar “La Ruta Crítica” de mujeres víctimas de violencia, esto abarca desde que la mujer empieza con la decisión y determinación de apropiarse de sus vidas y las de sus hijos, según define la Organización Panamericana de la Salud. De esta manera se evitará caer en el prejuicio de que no hacen nada, de que ‘por algo se quedan’, de que ‘les gusta’. Esta Ruta además marca las dificultades que aparecen en la Justicia, en el ámbito de la salud y demás recursos del Estado.

Música contra la violencia

En su punto 9 el Decálogo señala el especial cuidado que debe tenerse con las fotos e imágenes que acompañan las notas, insta a alejarse del sexismo, el sensacionalismo y la obscenidad. Del mismo modo en las producciones audiovisuales, se recomienda usar temas que no contengan letras que hablen de amores enfermos o celos.

Existen diferentes canciones de variados estilos que la Red Par puso a disposición, entre ellos se encuentran: El club de las mujeres muertas (Victor Manuel); Un extraño en mi bañera (Ana Belen); Caperusita (Ismael Serrano); Malo (Bebe); A golpes (La fuga); Malos tratos (The Birras); Violencia machista (Ska-P), entre otros.

Por su parte la Campaña Nunca más a mi lado, de la red uruguaya contra la violencia domestica y sexual realizó un video con diferentes artistas, en el video oficial, Eduardo Galeano comienza leyendo: “Hay criminales que proclaman tan campantes ‘la maté porque era mía’, así no más, como si fuera cosa de sentido común y justo de toda justicia y derecho de propiedad privada, que hace al hombre dueño de la mujer. Pero ninguno, ninguno, ni el más macho de los supermachos tiene la valentía de confesar ‘la maté por miedo’, porque al fin y al cabo el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo.”

Lugares de referencia

Por último, el punto 10 del Decálogo se refiere a los datos útiles que se pueda aportar dentro de la nota, números telefónicos gratuitos de asistencia, lugares de atención, etc.

Salta posee el programa de Violencia Familiar que esta bajo la órbita de la Dirección general de Promoción y Protección de Derechos, dependiente de la Secretaría de Promoción de Derechos Humanos del Ministerio de DDHH. Cuenta con un área de fortalecimiento Institucional y Comunitario que posee equipos que deben enfocarse en actividades de capacitación, sensibilización, prevención y contención. Existen en la capital salteña 29 redes comunitarias por la No violencia Familiar, que nuclean a instituciones de 165 barrios.

Existen además 12 centros, Programas y oficinas de protección, orientación, denuncia y acompañamiento a las víctimas de violencia familiar.