Lucas Godoy, precandidato a diputado provincial, anunció que ante la proximidad de un nuevo aniversario del golpe del 76 presentará un proyecto para que la Legislatura consolide políticas de la memoria. En el marco del Museo Espacio para la Memoria propone un Centro de Estudio sobre “Cultura política en Salta en los 60 y 70”. (R.R.)

En charla con Cuarto Poder, el precandidato a diputado provincial aseguró que su compromiso con el proyecto proviene de motivaciones de tipo políticas – ideológicas, emocionales y con una clara necesidad de saldar una cuenta pendiente en la provincia: montar un ámbito de estudio sobre el periodo, tal como existen en otros lugares del país. “Lo primero tiene que ver con un claro compromiso a la política de Verdad, Justicia y Memoria en torno a ese hecho nefasto que si bien no inauguro los golpes de estados en nuestro país, sí inauguro una mecánica perversa: los centro clandestinos de detención y la desaparición de personas. Lo emocional lo asocio mucho a los que muchos los argentinos vivimos el año pasado con el reencuentro entre Estela de Carlotto y su nieto Guido, porque ese hecho nos evidenció también que desde el sufrimiento y los hechos traumáticos se puede aprender a pensar nuestra historia pero para ello requerimos del encuentro entre los materiales de la historia y los hombres y mujeres que desean explorar un periodo histórico en particular. Con esto último acabo de explicarte la necesidad de contar en Salta con algo que hoy no existe que es un Centro de Estudio sobre aquellos años”.

A su proyecto lo denomina “Biblioteca y Archivo sobre la Cultura Política en Salta durante los 60 y 70”. Al mismo lo concibe como una forma de empezar a concretar lo que la legislatura ya inició con la aprobación del proyecto que cuenta con media sanción y se denomina Instituto Museo Provincial Espacio para la Memoria Dr. Miguel Ragone. Con respecto al Centro de Estudios en sí mismo, Godoy precisa que es parte del mismo camino aunque ahora con objetivos más específicos: localizar, producir y centralizar material documental, fotográfico, audio-visual y editorial que permitan el análisis histórico de aquel periodo. “A partir del logro de esos objetivos debemos atraer a historiadores, periodistas, a miembros de la misma justicia y al público en general para que se sumergen en el estudio de lo ocurrido. De allí que creo que lo adecuado y lo factible en estos momentos es que la institución posea cinco secciones: Biblioteca, Hemeroteca, Archivo Oral, Archivo documental y Videoteca y Fototeca”, enfatiza el legislador.

 

En el proyecto que Godoy comparte con la redacción, se puede leer que la sección del Archivo Oral tendría por objeto producir testimonios orales de ex presos políticos, militantes, familiares y amigos de desaparecidos o ex militantes con el fin de recuperar la voz de los silenciados durante la dictadura y aún después de ella. A la hora de explicar cómo se logrará eso, el autor del anteproyecto manifiesta que hay que hacer lo que hicieron otros centros del país como ocurrió con la propia organización de Abuelas de Plaza de Mayo: “Empezar un trabajo de identificación de testimoniantes que incluyan a exmilitantes políticos en Salta, hombres de la cultura, familiares, amigos y compañeros de militantes asesinados, desaparecidos o exiliados que en este caso hayan vivida en Salta o protagonizado su militancia política en la provincia. Los historiadores con los que hablé me dicen que testimonios de este tipo no están desprovistos de cargas afectivas y hasta ideológicas, pero que son testimonios que deben considerarse como parte de un todo que cobra sentido en su conjunto. Eso permitirá ir reconstruyendo e interpretando el periodo en cuestión y las personalidades de los protagonistas. Dichos testimonios deben ser luego desgravarse para que quede un soporte de papel y otro de audio que puedan inventariarse y resguardarse para ponerlos a disposición del público en general”.

Con respecto a la sección documental, el autor plantea que lo mejor en esta etapa es firmar convenios con la Justicia Federal. “La Cámara de Diputados debe realizar convenios con el Juzgado Federal con un objetivo claro: identificar expedientes judiciales y procesos legales llevados adelante contra personas acusadas de actividades subversivas en las décadas del 60 y 70. A esos expedientes también hay que salvarlos del deterioro propio del tiempo, inventariarlo, clasificarlos, foliarlos y reproducirlos por medio del fotocopiado”.  En el anteproyecto, se especifica que egresados de Historia de la Universidad Nacional de Salta aseguran que aun cuando la primera impresión de este tipo de documentos es la de valorarlos como parciales por haber sido producidos por los militares, hay que recordar que la disciplina histórica encontró métodos de trabajos que permiten elaborar “una historia de los vencidos” pueda producirse incluso con fuentes que fueron redactadas por “los vencedores” como ocurre, por ejemplo, con el estudio de los pueblos originarios durante la colonia en donde la fuentes documentales que usan los historiadores fueron producidas por los españoles.

 Imágenes de la vida

 “Hay algo que también tenemos que desarrollar. Cuando hoy pensamos en aquella época nos vienen imágenes del horror, de la muerte de los compañeros en manos de los genocidas. Por supuesto que eso también tiene que estar y para ello hay que centralizar la máxima cantidad posible de los muchos documentales que hay sobre el proceso. Es lo que en el proyecto aparece como la sección de videoteca. Pero también debemos tratar de recuperar imágenes de la vida plena de las víctimas y eso lo queremos hacer con la sección de la Fototeca que requiere que así como nos juntamos con familiares, amigos y compañeros de los desaparecidos para que nos hablen de ellos, también nos permitan reproducir fotos y otras imágenes de las víctimas. Es más, hay que recorrer los archivos de diarios y realizar convenios con el diario El Tribuno para identificar ejemplares de la época y reproducir las fotografías originalmente publicadas por los medios gráficos, contextualizar las mismas por medio de epígrafes y garantizar a los que posibilitan ese trabajo que la propiedad intelectual del material”.

Sobre los contenidos de las otras secciones -biblioteca y hemeroteca- el proyecto proyecta un trabajo más simple: la adquisición de libros publicados sobre el periodo vía donaciones y/o la simple compra del material. Con respecto a las revistas del periodo, Lucas Godoy reconoce que la cuestión es más complicada porque las revistas de la época suelen no reeditarse y formar parte de colecciones de distintos archivos privados y públicos del país. De allí que para ir accediendo a ese material “hay que recurrir a donaciones, intercambios de este tipo con otros organismos y la firma de convenio que nos permitan reproducir el material buscado en otros centros de estudios u organismos pertinentes”.

Sobre el financiamiento del proyecto, Godoy es claro: se trata de un proyecto que debe sostenerse en el tiempo pero que en el anteproyecto especifica las distintas etapas, la duración y los objetivos de las mismas a fin de destinar los fondos necesarios para garantizar el trabajo de los profesionales que estén al frente del proyecto. De todos modos, asegura, “esto no es un gasto sino una inversión que ayudara a revalorizar nuestro propio pasado y consolidar esa convicción salteña sobre aquello que no queremos más. Por eso también confío en que concurrirán al llamado estudiantes terciarios y universitarios de Ciencias Sociales y abogacía en calidad de voluntarios a los que la Cámara debe capacitar para la tarea, reembolsarle los gastos que el desempeño de la actividad requiera, asegurarles la provisión de los insumos y garantizarles que ese trabajo se convertirá en un antecedente para su futuro laboral”.