La justicia puso la lupa en el candidato kirchnerista. Spoiler Alert: hay algo turbio.

Axel Kicillof, exministro de economía del kirchnerismo y candidato a gobernador por Buenos Aires, hizo muy buena plata, cuando impulsó la venta de bonos del Banco Central al banco suizo UBS Investment Bank, que luego fueron recomprados por Latam Securities, propiedad de Marynberg, quien es conocido en el mercado como el “buitre” populista de Kicillof.

Marynberg se especializó en hacer millones trabajando para gobiernos con dificultades para acceder al mercado como las actuales administraciones de Argentina y Venezuela, a los que les termina cobrando fortunas.
Todo se dio a conocer luego de que el lobbysta financiero vendiera su piso en Nueva York por u$s30 millones. La transacción no pasó desapercibida y llegó al diario New York Post: “Un argentino había encabezado una de las operaciones más impactantes de la semana, al vender un piso frente al Central Park por u$s30 millones”.
El diario subrayó que el dueño del inmueble ubicado en el piso 17 del 110 de Central Park South, es un financista “crony” del ministro de Economía argentino, Axel Kicillof. Crony suele utilizarse para aquellas personas que hacen jugosos negocios gracias a sus contactos en el poder, una práctica que en Estados Unidos se conoce como tráfico de influencias y es severamente penada por la ley.
Como era previsible, el escándalo al trascender la operación fue rápidamente levantado por los fondos buitres que pleitean contra la Argentina y que sostienen que el gobierno de Cristina Kirchner esconde una corrupción estructural.

Kicillof enfrenta una denuncia en la justicia penal por supuestas maniobras con bonos argentinos, realizadas con Marynberg y el banquero Jorge Pepa, representante en el país de la entidad suiza UBS.
A través de Latam Securities, Marynberg compró en sintonía con Economía unos u$s300 millones de bonos cotizados en dólares. LPO reveló en su momento que esa maniobra fue instrumentada comprando el Bonar X (aa17) y también se instrumentaron operaciones de alquiler de esos bonos conocidas como Repo.
La orden vino directa del Ministerio de Economía al Banco Central cuando estaba a cargo de Juan Carlos Fábrega, a quien se le exigió que estas operaciones las concretara a través del polémico banco suizo UBS Investment Bank, que tenía en ese momento como uno de sus operadores más importantes en la Argentina a Jorge Pepa.
Pepa tiene diálogo directo con el viceministro de Economía, Emmanuel Alvarez Agis, el encargado por orden de Kicillof de manejar este tema.
Esto derivó en una denuncia penal que realizó el dirigente peronista Juan Ricardo Mussa, quien pidió que se investigue si efectivamente Kicillof ordenó a Fábrega que haga una venta direccionada de bonos de la deuda.
Luego de la maniobra, Pepa pasó a formar parte de la firma de Marynberg, acaso demostrando que se trató de un negocio muy redituable para ambas partes.