Un hombre fue secuestrado. Lo tuvieron a plan de pizza, porno, birra y faso por más de dos meses. Cuando tenían que liberarlo no se quería ir. El primer caso de Síndrome de Budweiser.

Aaron Michael O’Keefe fue reportado como desaparecido por su novia el 14 de junio y no fue sino hasta fines del mes pasado que los secuestradores fueron a devolverlo a la puerta de su casa.

La razón de esta extraña decisión se debe a que al no ser pagada nunca la recompensa que por O’Keefe se pedía, lo tuvieron que retener en la vivienda que compartía con la banda de secuestradores, a quienes aseguró no haber visto nunca las caras pero sí los recuerda con cariño.

“Me tenían en una habitación pequeña, llena de revistas pornográficas, comics y mariguana, dos veces al día me daban pizza y cerveza. Nunca la pasé tan bien en mi vida”, comentó a la prensa yanqui el secuestrado quien al volver a su casa decidió abandonar “la vida miserable” que tenía antes del secuestro. Dejó su trabajo como recepcionista de hotel y actualmente se dedica a apostar por internet.

El yanqui oriundo de Alabama dice ya no preocuparse por nada y agradece a sus secuestradores, quienes le brindaron la “oportunidad de reconocer que esta vida es una mierda tremenda pero mientras tengamos porno, drogas blandas y mozzarella, hay una luz al final del túnel”, comentó O’Keefe.