Roberto Catalino Bejarano y sus hijos Santiago Ismael y Roberto Davida están imputados por el asesinato cometido en un contexto de narcocriminalidad.
El Tribunal Oral Federal de Sala N°1, integrado por la jueza Marta Liliana Snopek (presidenta), Federico Santiago Díaz y Mario Marcelo Juárez Almaraz llevarán adelante el proceso por el asesinato perpetrado en septiembre de 2022 en un contexto de narcocriminalidad.
Roberto Catalino Bejarano y sus hijos Santiago Ismael y Roberto Davida están imputados por el asesinato cometido en un contexto de narcocriminalidad.
Monges fue asesinado de cinco disparos en la cabeza. El cuerpo fue encontrado el 3 de septiembre de 2022, alrededor de las 12.20, en el barrio El Círculo, en la zona sudeste de la ciudad de ASalta. El cuerpo estaba dentro de una Ford Eco Sport.
La reconstrucción de las últimas horas con vida de la víctima permitió individualizar a los Bejarano como los autores del homicidio. En lo que fue la antesala del crimen, los acusados, la víctima y otra persona implicada, aún no identificada, se trasladaron en la camioneta Ford, entre las 22 horas del 1 de septiembre y las primeras horas del día siguiente.
El periplo de ese viaje terminó en el lugar en que fue hallado muerto Monges, asesinado de manera premeditada y acordada con los acusados, quienes usaron dos armas de fuego que no pudieron ser secuestradas. En cuanto a la mecánica del asesinato, explicó que, dada la ventaja numérica, primero lo redujeron y luego le dispararon en la cara y el cráneo.
Sobre el móvil del crimen, el fiscal general ratificó la hipótesis ya enunciada en la formalización de la investigación. Precisó que se debió a inconvenientes vinculados al narcotráfico entre Monges y los Bejarano.
La fiscalía federal ratificó la acusación contra los Bejarano en la audiencia de control de acusación en la que sostuvo que el crimen de Monges se cometió en el marco de una red de tráfico de estupefacientes, en el que se encontraba involucrada la víctima con los imputados.La fiscalía señaló que la reconstrucción de las últimas horas de vida de Monges permitió individualizar a los Bejarano como los autores del ataque homicida.