De espaldas a la plaza y de rodillas ante las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro, el arzobispo renovó el pacto de fidelidad en un discurso en el que habló de las «limitaciones de la ciencia», de la «defensa de la vida desde la concepción» y dio a atender que algunos sectores se aprovecharon de la pandemia. 

Durante la renovación del pacto de fe, el arzobispo Mario Antonio Cargnello hizo alusión a la pandemia y comparó la situación actual con la bendición del Papa Francisco frente a una Plaza San Pedro Vacía en Pascuas. «Estamos todos en la misma barca», aseguró.

Las alusiones políticas, siempre presentes en las homilías de Cargnello, habían generado cierta expectativa, sobre todo luego de las idas y vueltas con las autoridades del COE sobre la realización de la procesión. Y aunque el eje central del discurso fue la pandemia, algunos pasajes dejaron entrever la posición de la iglesia frente a las decisiones tomadas.

«La enfermedad ha superado proyectos partidarios e ideológicos y ha puesto en evidencia sus límites y la mezquindad de segundas intenciones. ¡Qué triste es contemplar el aprovechamiento de la situación para justificar decisiones dudosas en desmedro del bien común! La enfermedad desnuda al ser humano. Éste no puede ser explicado por ideologías parciales, por visiones sesgadas, por mesianismos de cartón», apuntó Cargnello.

En relación a las consecuencias económicas de la pandemia, Cargnello se despachó contra quienes buscan lucrar con la enfermedad y llamó a imponer una nueva solidaridad.

«Nos estamos empobreciendo. Son muchísimas las familias que ven disminuir su calidad de vida, sus ahorros, sus posibilidades frente al futuro. Son demasiados los hogares a los que no les alcanza ni para comer. Los hombres y las mujeres que enfrentan la posibilidad de perder su trabajo sufren la angustia de un futuro incierto. Se impone la necesidad de una solidaridad real, sostenida, transparente y de una conducción honesta, austera, paciente. Es duro ver a los que lucran con la enfermedad, con la necesidad del otro, con el dolor ajeno«, remarcó.

Finalmente, y visiblemente quebrado, el representante de la iglesia salteña pidió perdón al señor del Milagro por no poder sacar su imagen a las calles. «Reconocemos tu llamado a celebrar el Pacto de Fidelidad con cada uno de nosotros, con cada una de nuestras familias, con nuestro pueblo de toda la arquidiócesis y de toda la Provincia de Salta, con todos tus devotos. Pero, Señor, perdónanos, no hemos podido sacar tu imagen. Perdónanos Señor», concluyó.