Un domingo sorprendente colocó nuevamente en la recta del triunfo a Sergio Massa y empoderó más a Gustavo Sáenz en Salta. Los cambios de gabinete han comenzado a ventilarse y las dudas comienzan a preocupar hasta a los funcionarios más encumbrados. Emiliano Durand ya tiene equipo y los perfiles indican que solo habrá un Jefe en la Municipalidad de Salta.
Ganadores y perdedores
El triunfo de Sergio Massa en las elecciones generales, y la proyección de victoria que cubre al Ministro de Economía con vistas al ballotage, nuevamente ha conmovido el espectro político provincial. El gran ganador del domingo en Salta ha sido Gustavo Sáenz, y el gran derrotado es el romerato.
Juan Romero parece haber perdido la brújula y su tropa cayó nuevamente derrotada considerando que el veterano senador nacional jugó políticamente para Javier Milei y le aportó la fiscalización del comicio. A pesar de un triunfo ajustado en Salta, la Presidencia se aleja cada vez más, y también los cargos nacionales que ya se repartían. Perdieron en Mayo contra Emiliano Durand; en Agosto ayudando a Horacio Rodríguez Larreta contra Patricia Bullrich, y ahora se terminaron de quemar con los “libertarios” frente a Massa. Merecen poco, pero en la mesa chica siempre lograron grandes ganancias.
En esta semana los romeristas comenzaron a recoger la tanza de su caña de pescar cargos y buscaron dialogar con el oficialismo saencista. Prometen no volver a hacer travesuras –nadie les cree- a cambio de que aterricen algunos de sus dirigentes en el equipo de gobierno provincial y preservar espacios en la comuna capitalina. Hacen fila Agustina Gallo Puló, Federico Casas, Susana Pontussi, María Eugenia Angulo para jugar en la liga de Grand Bourg, mientras que otros funcionarios tienen la misión de quedarse a defender la gestión de Bettina Romero en el Tribunal de Cuentas Municipal como Daniel Amador, Ramiro Nordera y Ramiro Angulo. Copar lo que se pueda y gestar impunidad es la orden.
Nuevas caras en la gestión saencista
Muchas especulaciones han ganado los despachos de funcionarios provinciales que tiemblan cuando les comentan que habrá modificaciones en el gabinete. Pablo Ismael Outes dejará un cráter que ya se convirtió en el espacio más codiciado por otros ministros, algunos de los cuales pelean la porción sin saber que ya están degollados y no lograrán pasar las fiestas de fin de año en sus actuales escritorios.
El único alivio lo dio la victoria de Unión por la Patria, que de consolidarse el 19 de Noviembre, podría abrir espacios en la estructura nacional para compensar algunos despidos que a estas alturas se ven tan necesarios como el oxígeno político. El problema es que de sobrevivir un gobierno del mismo signo político, no habría sangría de funcionarios porque todos trabajan hoy para que gane Massa. En Unión por la Patria militan dirigentes de La Cámpora, del Partido de la Victoria y de los movimientos sociales que no solamente manejan miles de planes sino también tienen sillas en los cargos nacionales como Anses, PAMI, Ministerio de Trabajo, Procuración General del Tesoro, Afip y Aduana.
La única perlita reservada para la oposición es el cargo de la Oficina Regional Noroeste de la Unidad de Información Financiera (UIF), donde se investigan lavados de activos, evasiones fiscales y financiamiento terrorista, que hoy ocupa el abogado personal del jefe del romerato, el abogado Oscar Pedro Guillén. Toda una ironía.
Las versiones siguen sosteniendo un crecimiento de la figura de Sergio Camacho, que podría ser el próximo Jefe de Gabinete, u ocupar el sillón de Outes (Coordinación de Enlace y Relaciones Políticas de la Gobernación) con algunos cambios de subalternos. El electo diputado nacional tendrá la ardua tarea de preservar los cargos de sus fieles, entre quienes sobresalen Antonio Hucena y Pablo Peñalba por los vínculos y aparatos que manejan, aunque el ahora Ministro de Infraestructura no parece tenerlos en sus planes.
Otro que tira y pega, seguro de que no van a mandarlo a cuarteles de invierno es Ricardo Villada. Sumado a un tándem fuerte que integran con Camacho y Roberto Dib Ashur, se propone discretamente para ocupar el sillón de Outes. A los peronistas que están encolumnados con el popular “Loro” ya les salieron zarpullidos de considerar que el frente electoral que los unía podría ahora ser comandado por quien les competía dentro del saencismo.
Aunque prefieren invocar el clásico “Equipo que gana no se toca”, saben que los cambios llegarán y que el segundo mandato tendrá otra impronta. Los ministros tienen más motivos para preocuparse, considerando que la llegada de Cristina Fiore al Ministerio de Educación los puso sobre aviso de que hasta los más cercanos amigos del Gobernador pueden ser eyectados, como también ingresar quienes hasta hace unos meses despotricaban contra la gestión. Por si esto fuera poco, la actual diputada de raíz renovadora está reclutando algunos dirigentes urtubeycistas como Eduardo Costello. El destino de Matías Cánepa todavía es incierto, pero no hay dudas de que seguirá aportando consejo y opinión en las cercanías del gobernador y sin tanta exposición como la que le generó el conflicto docente de mediados de año.
Otro foráneo que tendría asegurada una cartera ministerial es el intendente de Tartagal Mario Mimessi, que luego de que le aseguraran un espacio relevante abandonó la amargura y ofrece lugares en una comitiva norteña que parece será nutrida. Sáenz, en este caso, cambiaría radical por radical y apuesta fuerte al pluralismo. Así como Sergio Massa vende un gobierno de unidad nacional, en Salta buscan un modelo similar.
Martín de los Ríos y Mario Peña son otros de los ministros en duda. Al primero lo jaquea la intención de Flavia Royón de tener una rueda de auxilio para el caso de que la extirpen de la Secretaría de Energía de Nación. Quiere por lo menos ser Ministra de Minería y Energía, y le sobran posibilidades considerando que hoy es casi una mano derecha del candidato presidencial. Al titular de la cartera de Turismo solamente lo sostiene la celosa mirada de su padre, titular de la radio del carnero, pero siempre existe la sensación de que el área que comanda podría rendir más.
Varios son los intendentes perdidosos también han comenzado a avanzar con pedidos de contención. Yolanda Vega de Cerrillos salvó este mandato con la diputación nacional y Gustavo Solís ya tiene comprometido un lugar en la Jefatura de Gabinete a crearse. Pero quedan algunos alcaldes de peso como Pablo González de Orán, Sebastián Dominguez de Pichanal, Carlos Folloni de Campo Quijano que engrosan las filas de los desocupados.
El team de Emiliano
En la Municipalidad de Salta ya están por estrenar gabinete y, contra todo lo que se especulaba, Emiliano Durand está conformando un equipo en el que los perfiles son sobrios y algunos casi desconocidos. Está claro que él y Juan Manuel Chalabe serán los que concentrarán las decisiones y que no buscaron histriónicos ni figuritas de renombre.
Chalabe como Jefe de Gabinete; Facundo Furió a Hacienda; Sergio Zorpudes a Obras Públicas; Martín Miranda a Servicios Públicos y Medio Ambiente; Agustina Agolio a Gobierno y Matías Risso a la Procuración General. Esta es la columna vertebral del gabinete que ingresaría en diciembre y al que se suman otros nombres que van cubriendo cargos de responsabilidad en un Municipio que cuenta con más de 4500 empleados.
En esta semana comenzará la transición que ya tuvo algún intento frustrado y que quemó a algunos negociadores. Por parte de Bettina sufrieron la indiferencia Agustina Gallo Puló -que terminó renunciando- y el abogado Lucas Amado. En la otra esquina de ese ring, el Presidente del Concejo Deliberante Darío Madile y Javier David, también olieron el fracaso al no poder vencer el hermetismo de la gestión del romerato, en el que en los últimos días mandan Juan Esteban Romero y Daniel Nallar y despiertan sospechas de negociados de última hora.
Desconfiados, malhumorados y paranoicos, cada bando descree de las buenas intenciones. Desde el durandismo no esperan delaciones ni confesiones de los últimos crímenes con la cosa pública municipal. Desde el romerismo consideran que deben ser gobierno y decidir sobre el municipio hasta el 10 de diciembre inclusive, y que nadie los tocará. Ni siquiera Sáenz.